Capítulo 4

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(Dos días después)

Belphegor y Squalo llevaban al hijo de Lal en sus brazos, el pequeño había despertado luego de una gran siesta y quería ver a su madre.

Quien debería estar hablando con Akane y Seina.

Este niño se parece demasiado a Colonello... Solo espero no salga estúpido como él — El rubio rió de la extraña forma en que él sólo podía.

De ser así Eiji la tendrá difícil para entrenarlo— Squalo chasqueo la lengua y siguió su camino junto al genio rubio.

Fuera de los pasillos, los sirvientes se encargaban de regar las flores.

Llegaron al Jardín principal aquel que estaba en medió de la mansión, rodeado de cuatro entradas. Dos hacía el centro de la construcción, estando en la zona neutral entre concordia y exitium.

Y las dos que llevaban a cada una de las divisiones.

Miraron a todos lados intentando encontrar con la vista a Eiji, al verlo se sorprendieron y abrieron la boca casi hasta el suelo. Mukuro y Hibari platicaban como personas normales, Squalo pensó que estaba soñando e hizo que el pequeño entre sus brazos le diera una palmada.

No estaba soñando.

A su lado Belphegor no estaba del todo bien, creía esta viendo una ilusión de Fran o Viper, cualquiera de los dos se le hacia molesto pero los aguantaba.

Eiji miraba a sus dos guardianes con una sonrisa, una que parecía ocultar algo, Seina a su lado sonreía de manera triste. Akane limpiaba su arma, ella no mostraba ninguna expresión.

En la mesa que ocupaban, se encontraba el ramo de rosas que Kawahira había enviado para el pelinegro. El peligris se percató de la rosa azul marchitándose, comprendía ahora el porque de la actitud de los tres esos últimos dos días.

Muy pronto llevarían a cabo el exterminio de Varia y CEDEF al mismo tiempo, ya sabia el porque de adelantarlo tanto.

Si no salía bien, perderían a uno de sus Jefes y nadie podía permitirse eso.

Oye— Squalo llamó la atención de Eiji, este le miró y luego posó su mirada en el pequeño.

¿Trajiste a Yerik?— El mayor asintió y dejó al bebé en los brazos de Sawada.

Este comenzó a jugar con los dedos del pelinegro.

Squalo...— El mencionado miró a Seina.

¿Qué pasa?— Cuestionó.

Mi madre, Raven y Rian vendrán. Por favor, prepara todo para ellos.— Squalo miró a Belphegor, este hizo una mueca.

Jefe— Tsuna miró a Squalo sin quitar su sonrisa.— La rosa...—

La expresión del pelinegro paso de ser una feliz y despreocupada a una triste. Se sentía impotente al no poder hacer nada, ya Kawahira lo había dictado.

El Mar del Cielo [KHR]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang