Epílogo

81 5 1
                                    

La mañana había llegado a Italia, todos y absolutamente todos se habían despertado al mismo tiempo dado a un acontecimiento.

Tal y como había pasado cuando regresaron del futuro, los recuerdos habían llegado para darles una grandiosa bofetada. Más de uno comenzó a llorar en sus habitaciones privadas, conociendo el sufrimiento de una de las personas más puras de toda la tierra.

Sus palabras al ser cubiertos por la luz del Trinisett habían calado profundo en aquellos que lo habían escuchado.

Cada arcobaleno asesinado sintió muy bien el dolor de sus versiones futuras y se sintieron decepcionados de si mismos al tomar un decisión como aquella.

Los guardianes del noveno corrieron por toda la mansión buscando al susodicho hombre anciano, sin encontrarlo por ningún lugar.

Pero eso era solo el comienzo de un nuevo camino.

»«

Skull por su parte estaba comenzando a desesperarse, había buscado por todo lugar conocido en el que Emilia pudiera estar.

Su búsqueda estaba empezando a ser en vano, ella no estaba ahí.

Había rogado tantas veces por volverla a ver aunque fuera por un momento y el maldito destino así lo quiso. Tan pronto se la devolvió, volvió a arrebatarsela, golpeó con tanta fuerza el suelo que logro romper parte del mismo.

Sus subordinados no sabían que hacer con aquella persona capaz de destruir todo a su alrededor, nada de lo que pudieran decir o hacer lograba calmarlo.

Una llamada a Viper y este mismo le dijo que estaba buscando a Aria, Luce y Uni. Las tres cielos se habían esfumado como espuma de mar, Varia se había movilizado luego de una gran discusión con Squalo y Belphegor sobre su traición.

Skull llevó su mano a su pecho esperando maldecir al destino una vez más, solo para llevarse la sorpresa de que no tenía el pacificador y darse cuenta, de que había recuperado su tamaño original.

»«

Inglaterra estaba celebrando en esos precisos instantes, nadie sabía cómo ni por qué.

Pero dos miembros de la familia Aaron habían logrado quitar a la Reina de su cargo y tomarlo como suyo, los gemelos nietos de Eileen D'Black, habían logrado lo que muchos no.

Casi al mismo tiempo, en la mansión principal de su propia familia, la ceremonia de sucesión para la décima Aaron se llevaba a cabo.

Erina Aaron D'BlackPronunció Eileen. —¿Juras ser el cielo que todo lo cubre, aquel que acepta a todos por igual, aquel que jamás a abandona y siempre protegerá a los suyos?—

Erina levantó su mirada del suelo, apretó sus labios conteniendo un sollozó, tomó el anillo de Aaron que se le era ofrecido y lo colocó en su dedo corazón. Una pequeña llama del mar apareció en el, las lágrimas comenzaron a caer de sus ojos y miro a su abuela.

Lo juró— Su mirada era determinada, sin una pisca de titubeó. —Por la familia... Por Ena—

Eileen la miro sorprendida y sonrió levemente asintiendo.

Se lo que Ena siempre quiso ser...— Los guardianes de Erina tomaron los anillos siguientes para ellos.

Kaori abrazó a Kaiyo con enorme alegría y felicidad, la niña de ojos café sonrió y devolvió el abrazo con la misma intensidad.

El Mar del Cielo [KHR]Where stories live. Discover now