El Mar del Cielo [KHR]

Capítulo 11

Reborn quien se había interesado en lo que pasaba con la peliplata había seguido en silencio a la joven a la cocina, claro se quedo afuera cuando ella, cerró la puerta con seguro.

Pero el tenia forma de como saber que decía.

Transformando a León en algo que le ayudara se pegó de manera "disimulada" a la puerta, escuchando los reclamos de la de ojos verdes a su bastardo padre, a palabras de la misma Rian.

Sin embargo, el ex-arcobaleno del sol no contó con escuchar las palabras: "Traicionaste a un cielo y eso no es algo que se perdone".

¿Acaso la joven que había ayudado a Lal sabia de las llamas de ultima Voluntad? Y si con cielo se refería a su madre, entonces la peliplata debía poseer las mismas llamas.

El azabache de despegó de la puerta y chasqueo la lengua, debía encontrar tiempo libre para que Timoteo no le jodiera la vida con sus sesiones de entrenamiento para los de la décima generación y así podría llevar a cabo sus investigaciones.

Regresó a la sala como si nada y sin despedirse se largó de aquella residencia.

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-El cielo se esta nublando...- Susurró Ophelia mirando al cielo.

Estaba sola en esos momentos, M.M había salido de nuevo, pues necesitaba algunas prendas nuevas de ropa. Viper por otro lado quiso salir a divertirse, claro cuidando no ser descubierto por alguien.

-Joven Maestro... No. Tsunayoshi, ¿cual de todas será tu verdad?- Cuestionó a la nada. -En todos los mundos paralelos, tú eras feliz con tu familia y amigos. En ninguno se suponía que conocieras a los Campell, una familia maldita; pero sin embargo, dos mundos decidieron cambiar esa historia. Nuestro mundo y otro parecido... ¿Como es que cambiaron tanto las cosas?-

Aquella mujer siguió mirando aquel cielo nublado con melancolía.

-El olor de la tierra mojada... Lluvia- Siguió hablando.

Ella podía leer los corazones de las personas como su madre y ver los miles de mundos paralelos al igual que Uni.

—Tal vez... No, eso sería imposible— Susurró la mujer.

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—Seina-san, por favor reconsiderelo—

La mencionada miró a la ex-arcobaleno del cielo sentada frente a ella.

—¿Reconsiderar que?— Cuestionó.

—Lo que están tratando de hacer, sería volver en vano todo lo que Sawada-san ha hecho hasta ahora— Explicó la peliverde.

—Entonces me éstas pidiendo que en lugar de reparar todo... ¿Traicione los deseos de la persona a la que le juré lealtad?— Preguntó con tono neutral, la mirada de Seina se afiló al no escuchar respuesta de parte de Uni.

Tomando su taza de té y acercándola a su boca para beber de ella, ignoró la mirada de la menor.

—A pesar de que Tsuna posea el cargo de Comandante de las fuerzas británicas por pedido de la Reina. Ena podría quitárselo en cualquier momento, una de las condiciones de la mafia inglesa para estar bajo el mando de la Reina fue esa: La persona que se convierta en Jefe de la familia y posea la sangre de la misma, tiene el derecho a convertirse en el líder de todas las tropas de Inglaterra— Uni quiso hablar de nuevo, pero fue interrumpida por Seina.