Capítulo 22

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Bianchi mantenía a Gokudera vivo por solo minutos, pensando en que hacerle a quien había llamado hermano alguna vez.

Hayato...— La pelirosa tocó la mejilla de su familia de sangre, el único que le quedaba.

El de ojos verdes no le respondió, solo bajó su mirada. Bianchi apretó sus dientes al verlo.

¿No piensas decir nada? ¿Alguna vez consideró tú cerebro lo equivocado que estabas? ¿No te dolió hacerle aquello a la persona que te aceptó por como eras? Eres la misma basura que recuerdo Hayato, no has cambiado nada...— Sus ojos rosados mostraban un profundo dolor y decepción hacia quien fue una de las personas más importantes de su vida.

En su interior comenzó a crecer ira y enojo al observar como él lloraba en silenció.

¿Qué sentido tiene derramar lágrimas ahora?— Cuestionó mirándole con despreció.

Ninguno...— Susurró en respuesta.

Bianchi trató de decir algo a su hermano, sin embargó calló y dejó caer una pequeña lágrima antes de abrazarlo con fuerza.

Desde pequeño fuiste tan tonto, yo ya no puedo ayudarte...— Pequeñas gotas trazaron un camino salado en las mejillas de la fémina.

Su sangre, quién no reaccionaba al pensar en aquellas palabras no supo que hacer. La mayor deshizo el abrazo mirándole a los ojos, pensando en el poco parecido que tenían.

Sin pensarlo demasiado se alejó de él, detrás de ella esperaba Yamamoto con su katana en mano.

Yamamoto...— Susurró su apellido con dolor.

Lo siento Gokudera... Pero esto es por mi padre— El filo de la katana apuntó directo al pecho del peliplata.

Hasta nunca Hayato— Despidió su hermana.

Hermana...— Sin siquiera poder decir alguna palabra más, el pecho de Gokudera fue atravesado por el arma de Yamamoto.

Su rostro era sombrío, Bianchi cerró sus ojos indispuesta a seguir mirando aquello, sólo sabía que su hermano ya no estaría más ahí.

El castaño sacó el filo del cuerpo ahora sin vida, dejando que cayera al suelo.

Debemos llevar a Chrome, Nana e Iemitsu con nosotros. Ahora, solo dejemos que Hibari y Tsuna se deshagan de RebornLa pelirosa asintio saliendo junto al castaño de la sala, Den llevaba a la inconsciente Chrome mientras los dos adultos les seguían de cerca.

Muerte era lo que se veía por todos lados, Mako acercó a Nana un pañuelo para ponerlo en su nariz, la matriarca lo aceptó.

Ahora que lo pienso... ¿Y Mukuro?— Cuestionó Yamamoto.

Debe haberse quedado afuera con DakariRespondió Den con simpleza.

Dejemos la plática trivial para otro momento, nos vamos— Ordenó Risa frente a ellos.

Dos mujeres de cabellos verdes aparecieron junto a ella, Yamamoto observó con curiosidad la katana bañada en sangre de Misa y la gladius con sangre seca de Hatsu.

Crei que no tenías intenciones de lastimarlo— Comentó Mako a la Yabuki.

El se lo buscó, además, sería algo feo dejar vivo a alguien que jamás podrá recibir amor a cambió— Sonrió al recordar su encuentro con el maestro de artes marciales.

El Mar del Cielo [KHR]Where stories live. Discover now