𝐂apítulo Ⅻ: Liv

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La resolana del sol entraba por su ventana. Sabía que sería otro día cansado de trabajar, pero también de aprender mucho.

Ella, hasta la fecha, se encarga de atender la clientela del negocio, pero la señora Engla, amablemente, le enseñó a cocinar. No era una novedad el hecho de que ella antes era muy mala en la cocina y no tendría a Engla toda la vida.

Temía que ese día era tan cercano, pues después de tantos años, la señora comenzó a enfermar y cada día se veía más grave. Pero ella, como siempre, ante Zephyr y Astrid, siempre tenía una sonrisa.

El día en que ella parta, Astrid no se quedaría más aquí, esperando a que el señor Aran haga algo con ella. Después de todo, cuatro años es demasiado.

Cuatro años... tanto tiempo ha pasado desde aquellos acontecimientos. Son cuatro años desde que Zephyr venía al mundo, pero a la vez, cuatro años en que su vida comenzó a ser una pesadilla.

Cuatro años sin ver a Hiccup.

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Desde su casa, Hiccup dibujaba más zonas nuevas en el mapa, concentrado. Luego de haber perdido a su familia, tras no encontrar nada que nutriera el vacío de su alma, volvió a aventurarse con Chimuelo.

—Hiccup, ¡se hace tarde! Dijiste que me llevarías a dar una vuelta —entró una joven, gritando.

Venía distraída, viendo todo el cuarto del castaño, que de un momento a otro tropezó y casi toca el suelo.

—Ten más cuidado, Liv —logró tomarla por la cintura, asustado de que casi cayera. Ésta se ruborizó —. Perdón, es que estaba... —pero Liv lo interrumpió.

— ¿Otra vez trazando mapas? —preguntó, decepcionada —. ¿Otra vez buscas a tu esposa? ¿No entendiste que tu vida se volvió más tranquila desde que dejaste esa esperanza?

Él rodó los ojos: —No estoy buscando a... ella —recordarla le dolía. Con el pasar de los años, pudo evitar pensar en ella. Pero cada que alguien mencionaba algo referente a ella, los recuerdos se hacían presentes y era inevitable sentir que todo volvía a perder el sentido —. Pero encontré una isla nueva y es necesario retratarla para no perderla.

Liv miró con atención a Hiccup durante unos minutos, mientras él se encontraba concentrado en sus dibujos.

—Si ella volviera, ¿tú serías tan feliz como antes? —cuestionó, temerosa de la respuesta.

—Tú no conoces al Hiccup feliz —frunció el ceño y se rascó la nuca —. Nos conocimos hace un año y medio, es imposible que hayas conocido esa faceta mía.

—Tal vez tú no me conocías, pero yo a ti sí —señaló, cruzada de brazos —. He vivido aquí toda mi vida. Cuando te convertiste en jefe, cuando te casaste y todo eso, tú... te veías muy feliz —admitió, recelosa.

Lo meditó, por pocos segundos: —No te voy a mentir, era bastante feliz.

—Entonces, si ella vuelve, ¿serías tan feliz como antes? —repitió, ya con un nudo en su garganta.

—Qué decirte, Liv... —se quedó unos momentos callado, recordando la textura de su piel —. La sigo amando como el primer día y no hay día que no la extrañe —le dijo, sinceramente, mientras agachaba la mirada. Ella simplemente asintió y él continuó con su dibujo.

—Se me quitaron las ganas de salir —salió rápidamente del hogar del castaño, para que éste no percibiera el daño que le ha hecho.

Cómo era posible que pudiera mantener esa llama encendida sin tener contacto con ella. Por qué seguía guardando su corazón para esa mujer que, claramente, jamás volvería.

Hiccup era un tonto, pues esas preguntas con una pizca de celos eran tan claras para ella, para que al fin se diera cuenta de lo que siente por él, pero es tan ciego e inocente que él creé que ella sigue buscándolo para una simple amistad.

Es que ese fantasma no podía ganarle, puesto que era lo único que quedaba del antiguo matrimonio de Hiccup, fantasmas. No podía seguir amando solo un recuerdo, debía despertar y darse cuenta que tiene una vida por delante, que han pasado cuatro años desde que la vio y que Berk seguía sin una jefe, sin un heredero.

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Alejarse de Berk le haría asimilar más lo frustrados que han sido sus planes desde que comenzaron. No tenía al jefe contento, solo lo presionaba y culpaba, que realmente ya no sabía si agradecer que le haya perdonado la vida a pesar de sus errores, u odiarlo por no haberlo matado en ese entonces.

Unos tres meses fuera de Berk, viajando, buscando de qué manera podrían ejecutar el primer propósito que se planteó. Aunque, todo parecía perdido y así terminaría su vida, perdida en los asquerosos insultos de su mayor.

Daven estaba agotado y desesperado por emprender nuevos proyectos, por ejercer el poderío que antes tenía en su carácter, pero desde aquel error cometido, su jefe solo lo menospreciaba y lo hacía sentirse inútil.

Entró a una casa donde vendían comida por unas cuantas runas. Estaba hambriento y cansado, si bien, desde Berk, no había dormido en una cómoda cama, ni degustado de los mejores platillos. Pero ahora, en este solitario pueblo, encontró un lugar en donde necesitaban comensales que dieran sus ahorros a cambio de buena comida.

Se sentó en una de las mesas y solo tenía la mirada perdida en la vieja madera de éstas. Jugueteaba con sus manos, hasta que una linda voz lo sacó de su trance.

—Buenos días, ¿qué se le ofrece? —amable, dulce, pero más importante, conocida. En cuanto ambos cruzaron miradas, Astrid trató de huir.

— ¡Tenemos que hablar! —suplicó el pelinegro, con emoción.

—Yo no tengo nada de qué hablar —respondió, con brusquedad, mientras se alejaba de aquella mesa y se dirigía a la cocina.

El señor Aran vio como Astrid plantó al hombre y la tomó con fuerza por el brazo.

— ¿A dónde vas, estúpida? —apretó y exigió una explicación —. Aquí tú no eres nadie para tratar así a un cliente. Tú haces lo que ellos te pidan, ¡así te pidan una felación, tú la haces sin reproches! —la aventó en dirección a Daven, quien había presenciado el mal trato.

—Señorita Hofferson, ¡tenemos que hablar!

— ¡No voy a hablar contigo! —pero otra vez, el señor Aran la miró. Sabía que, si no accedía a hablar con Daven, habría castigo.

Tragó saliva y acompañó a Daven afuera.

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Este capítulo definitivamente merece llamarse "el regreso de Liv" para todas aquellas que ya leyeron la misma luna XD

Me encantaba cómo la mataban y maldecían en los comentarios, así que dije, ¿por qué no? Fue una buena antagonista así que le di otra oportunidad xd.

El pasar de un año a otro se me dio fatal, así que perdón si ya de pronto son cuatro años los que pasaron :'v pero el paso de tiempo es importante para la trama.

Me retiro no sin antes darles una disculpa por si el capítulo contiene algunos errores. Espero divisarlos y corregir pronto.

 


Mujeres en tiempos vikingosOnde histórias criam vida. Descubra agora