3.

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TRES

Para cuando quiero darme cuenta, ya es lunes y estoy saliendo del salón de clases. Historia del Derecho Romano es como un grano en el culo. Me duele la cabeza y quisiera irme directamente a mi casa, a seguir mirando la serie que dejé a medio ver el fin de semana, pero debo pasar antes por Fetish.

—¿Has entendido algo? — el chico que estaba sentado a mi lado dentro del salón, me sonríe—. Parecías perdida.

—No, en realidad—le devuelvo el gesto—, estoy pensando en otra cosa.

En el hombre tatuado de ojos oscuros. ¡Admítelo, Isla!

—Puedo ayudarte, si quieres — se ofrece —, soy Liam, por cierto.

—Isla.

Le doy rápidamente mi número de teléfono cuando me lo pide para pasarme sus notas de hoy y me excuso. No quiero llegar tarde a la grabación y, aunque una parte de mi quiere poner cualquier excusa y no ir, la otra se siente expectante. Hay algo en Amo Killian que me hace querer conocerlo.

Cuando llego a Fetish, media hora después, todo el ambiente en el set parece distinto. Hannah está corriendo de un lado al otro y no veo a ninguno de mis compañeros rondando por ahí como usualmente lo hacen. Saludo a la apresurada editora y busco a Peter hasta que doy con él en el pasillo. Está de frente a mí y de espaldas, noto la musculatura de un hombre con traje. Es él, Killian. A pesar de que es fácil identificarlo por su altura, su presencia, de por sí, lo identifica.

Trago saliva y camino hacia ellos, queriendo detenerme y pensar bien qué coño hacer. Honestamente, me planteo la posibilidad de salir corriendo antes de que siquiera noten mi presencia, pero el productor me nota.

—Hola, Penny.

Algo que adoro de él es que es incapaz de decir mi nombre frente a otros. Desde que mis videos son subidos con ese pseudónimo, él no ha dejado de llamarme así frente a cualquiera. Mi identidad sólo es revelada cuando yo quiero y con quien yo quiero. Fue una de las pocas cosas que pedí cuando me sumé a Fetish. Por eso Evan y algunas actrices lo saben, pero en ningún otro lugar —excepto en mi contrato de trabajo —figura mi nombre real.

—Hola—murmuro, viendo como la masa de músculos y tatuajes se gira y me observa. Hay algo oscuro en su mirada que me impide alejar los ojos de los suyos hasta que Peter me habla.

—¿Estás bien? Tienes gesto cansado—pone su mano en mi barbilla, en un gesto que me es familiar y me parece oír un gruñido—. Dile a Lilian que te maquille con algo de rubor.

—Eso haré—alejo mi rostro de su mano y lo miro—. ¿Cuánto tiempo tengo?

—Media hora, más o menos—me sonríe—. Debo hacer algunas llamadas, el proveedor de lubricante se atrasó este mes y ya me está sacando canas verdes—sonrío porque todos los meses desde que estoy aquí es la misma historia—. Los dejaré para que puedan hablar antes de la escena.

Me tenso al ver que Peter se va prácticamente corriendo y me deja a mi suerte con el hombre a mi lado. Su brazo roza al mío levemente cuando se gira del todo y queda frente a mí. Lo observo en silencio y como él no dice nada, carraspeo y decido hablar primero. Nunca fui tímida ni mucho menos dejé que los hombres me pisotearan, así que este tatuado no va a ser la excepción.

—Así que...—suspiro—. Eres un dominante—lo veo asentir lentamente y parece contener una sonrisa por mi murmullo—. Realmente nunca estuve muy metida en esto y...—me muerdo el labio, sin saber cómo expresarme. Nunca me puse tan nerviosa hablar con un hombre con el que debo follar—. No sé bien cómo... El sado no es lo mío, en realidad.

Fuera del set #1Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ