67

67K 5.8K 1.7K
                                    

El 24 de diciembre llega más rápido de lo que me gustaría. Estoy partiendo mi vida entre los preparativos del festejo con Susan, los chicos y mi familia y el planeamiento de mi boda.

Mientras estoy en el supermercado haciendo las compras, voy haciendo un listado mental de lo que vamos a necesitar para la boda, las personas que Killian y yo queremos ahí y además, busco la comida para la Navidad con Susan.

—Estás muy distraída— me dice Killiando cuando ya estoy en la casa, acomodando las cosas en la alacena— siento que tu cabeza está en otra parte.

Y lo está. Mi cerebro no puede partirse en tantas partes sin perderse un poco.

—estoy un poco abrumada por todo— le digo— me pone nerviosa el encuentro de mis padres con Susa.

—¿Nerviosa, por qué? Yo creo que van a llevarse bien— Killian pone su mano sobre la mía y me mira— Isla, tienes que relajarte. Nadie va a odiar a nadie, si surgirá la tercera guerra mundial, en serio.

—lo sé— suelto un suspiro— pero soy así, no puedo cambiarlo.

—lo sé— Killian me aprieta la mano, reconfortándome— ¿Por qué no vas a darte un baño mientras guardo todas las cosas en el auto y ya vamos para el orfanato?

Asiento.

—¿Crees que mis padres sepan llegar?

Killian me mira divertido.

—si, Isla. Tienes que dejar de preocuparte por tonterías— me da un leve empujón en dirección a la escalera— tu padre tiene mi teléfono por cualquier cosa. Si no encuentra el camino, lo guiaré.

Me siento un poco más tranquila luego de bañarme.

Killian y yo compramos algunos juguetes para los chicos — pelotas, juegos de mesa y libros para colorear — y esperamos poder dárselos hoy. Son trece niños en total.

Trece, de nuevo. Ese número nos persigue.

También decidimos que vamos a casarnos el trece de febrero, día que — según Killian— empezamos a salir.

Le escribo un mensaje a Susan, avisando que estamos yendo y poco después, Killian y yo estamos manejando en dirección al orfanato. También estamos llevando a Gokú. El alien es mucho más independiente, pero tengo miedo de que Gokú se asuste con la pirotécnia así que creí que sería mejor que esté con nosotros.

—¿Por qué no estás nervioso? —le pregunto cuando ya puedo ver el enorme edificio gris.

—¿Quién dijo que no estoy nervioso? — Killian me da una sonrisa tensa— ya lo superé, isla, superé toda la mierda— me dice— ellos pueden venir, preguntar lo que quieran y yo voy a responder.

—¿En serio?

—no voy a dejar que mis miedos y mi pasado me vuelvan a controlar, nunca— le doy un apretón en la pierna cuando él detiene el auto— ahora, no dejes que tus miedo te controlen y mueve ese culo hermoso fuera del auto.

No puedo evitar reirme y hacer lo que él dice, respirando con profundidad para luego abrir la puerta trasera para bajar al cachorro. Cuando llegamos a la puerta, Susan nos recibe y puedo notar que ella también está emocionada y nerviosa.

—pasen, pasen— el interior del edificio está fresco y es más agradable que el caluroso exterior— ¿Tus padres vendrán, cierto? —ella me mira.

—si, vendrán pronto— le digo, nerviosa— viven un poco lejos, así que posiblemente lleguen en una hora o dos.

Decidimos que mis padres pasen la noche en casa, porque no tiene sentido que ellos vengan y tengan que regresar a la madrugada para el pueblo, así que van a quedarse a dormir en la habitación extra.

Fuera del set #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora