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Mi cabeza palpita y tengo la boca seca y pastosa. Puedo escuchar a Gokú ladrando y por primera vez, quiero matarlo.

—Gokú, cierra el pico— ahogo mi cabeza contra la almohada, sin recordar absolutamente nada de anoche.

¿Qué demonios pasó?

Despego con mucho esfuerzo mi cara de la cómoda cama y saco mi cuerpo adolorido de ella. Cuando me meto al baño, veo mi maquillaje corrido. El rimel y el delineador de ojos color negro está disperso por mis mejillas y me toma unos cuantos minutos, algodón y jabón para poder sacarlo por completo.

Killian no está en la cama, así que asumo que ya se despertó. Ni siquiera sé qué hora es, pero me doy un baño, sacando cualquier suciedad de mi rostro y cuerpo e intento recordar. Anoche, fuimos a la fiesta, Killian y yo follamos y luego, me emborraché con Kendra. Killian me trajo a casa sana y salva, como era supuesto. No había pasado nada malo.

Ya un poco más tranquila, luego de haberme bañado, salgo de la ducha y me pongo ropa cómoda, observando nuevamente el trabajo de Killian en la pared.

Cuando bajo, intento encontrar al tatuado en la cocina, el patio o la sala de estar. Lo encuentro en el último lugar, en el sofá, con su teléfono en las manos, mientras el televisor está encendido y puedo escuchar las voces de Los Simpson.

—hola— me acerco hasta él y me da una sonrisa leve.

—hola, dormilona— me dejo caer en el sofá con él, apoyando mi cabeza en sus piernas, haciendo una mueca— ¿Dormiste?

—ni siquiera sé qué hora es— murmuro mientras él me acaricia el cabello. Dios, no te detengas. Gokú se acerca y me pasa la lengua por el rostro—hoy no, cachorro— lentamente, alejo al cachorro mientras mi cabeza retumba desde el interior.

—¿Quieres comer algo?

Niego.

—no, no creo que pueda comer nada hasta mañana— me muerdo la lengua, sintiendo mi estómago revuelto por la cantidad de alcohol que ingerí anoche. Cristo, ya no estoy para estos bailes.

—está bien— Killian mantiene su mano sobre mi cabello y luego de unos minutos en silencio, carraspea— Isla.

—¿Uhm? — me acomodo mejor con mi cabeza sobre sus muslos.

—¿Te acuerdas de lo que pasó anoche? — pregunta poco después.

—¿Lo de follar en un cuarto desconocido? Si, me acuerdo.

No podría olvidarlo.

—No... lo otro— me dice.

—no, lo último que me acuerdo es que me ayudaste a bajar del auto porque había tomado mucho— murmuro— ¿Por qué? ¿Qué pasó?

Killian niega, con los labios apretados, no sé si conteniendo una sonrisa o crispado.

—nada, no importa.

Me incorporo, sentandome en el sillón, preocupada.

—dime— lo miro, un poco asustada— ¿Qué dije? ¿Qué hice?

—nada, Isla, una tontería— él clava sus ojos en la pantalla, como si Los Simpson fueran más importantes que nuestra conversación— ven— él vuelve a recostarme sobre sus piernas, como si no hubiera pasado nada.

Intento recordar alguna cosa extraña. Peter habló por micrófono, luego Killian y yo follamos, tomé más alcohol y luego Killian me trajo a casa. Me ayudó a bajar del coche, ¿Y luego? Le dije que lo amaba... ¿Y luego?

¿Quieres casarte conmigo?

—Killian — lo miro, sin saber muy bien qué decir. AY, Dios Santo.

Fuera del set #1Where stories live. Discover now