Fuera del set #1

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La semana ha ido tranquila. Killian y Gokú en cierta forma están progresando en su relación, aunque al humano le molesta que el cachorro amanezca sobre la cama todos los días.

Cada mañana, alrededor de las nueve, bajo con Gokú al patio del edificio para que gaste energía —bastante— y poder irnos a Fetish sin que él esté aburrido en el departamento.

Peter ha sugerido el otro día que podría volver a grabar con Killian y lo estoy pensando. Dice que hubo muchos comentarios en la página cuando dejaron de subir vídeos nuestros y que, si yo ya estoy bien, podría volver a grabar. No supe qué decirle en ese momento, así que no he tomado una decisión aún.

—ya ha regresado el monstruo—Killian se burla cuando entro al departamento con la bola de pelos jadeando. Cuando cierro la puerta, suelto al cachorro, que va a tomar agua casi como si su vida dependiera de ello.

—no le digas monstruo.

—hablaba por ti— Killian se acerca y me da un beso—¿Cómo se portó la bola de pelos?

—Gokú, Killian. Se llama Gokú—suspiro—tú quisiste ponerle ese nombre, no le cambies la identidad al pobre perro—le doy un beso en la barbilla mientras veo al cachorro acostarse en el piso de la cocina.

—¿Se portó bien?

—si, yo creo que va a aguantar hasta la tarde—me apoyo contra él mientras Killian me abraza, porque últimamente estoy más... ¿con ganas de ser abrazada, tal vez? —¿Peter habló contigo?

—¿Sobre qué?

—me dijo que podía volver a grabar.

Killian se separa unos centímetros de mí y me observa.

—¿Y qué quieres hacer?

—lo estoy pensando—le digo—¿Qué opinas?

—extraño grabar contigo—Killian se encoge de hombros—pero es tu decisión.

—lo voy a pensar.

—¿Podemos practicar un poco, no? —Killian me alza y no puedo evitar reirme — creo que ya te olvidaste cómo debes comportarte en la cama.

—¿Tú crees?—Killian nos mete en la habitación y cierra la puerta—yo creo que tú vas a tener que ceder.

Killian se ríe, sabiendo que estoy bromeando, aunque tengo una ligera idea para volverlo loco y hacerle entender que puedo volverlo loco.

—yo creo que vas a tener que aprender a obedecerme—Killian me besa la coronilla y comienza a bajar sus labios por mi rostro.

—¿Sabes, Killian...? Vas a tener que esperar hasta la noche, pero vas a tragarte tus palabras—le doy un beso rápido y me alejo de él.

Killian se ríe.

—lo voy a estar esperando.

Salgo de la habitación luego de darle una última mirada a Killian. Voy a la cocina, en donde está el cachorro, moviendo la cola.

—hola, bebé—me tiro en el suelo junto a él y lo acaricio—¿Estás cansado?

Juego con él un rato antes de que Killian aparezca.

—eres una bruja —me dice y yo noto la erección oculta tras sus pantalones, que me hace soltar una carcajada— Gokú, aléjate de esa bruja.

Gokú le ladra moviendo la cola, pero se queda sobre mis piernas.

—él sabe lo que es bueno— le saco la lengua y Killian, para mi sorpresa, se sienta en el piso frente a mí—¿Crees que va a crecer mucho?

—Isla.. nos podemos ir a la casa cuando quieras, la oferta sigue en pie.