55

65.4K 6.4K 1.3K
                                    

Pasaron varios días desde que Killian y yo tuvimos esa conversación a las tres de la mañana. Después de darle muchísimas vueltas, me decidí.

—no sé por dónde empezar— digo, completamente nerviosa. Incluso mis manos sudan.

—podrías empezar contándome qué hiciste hoy, por ejemplo—la doctora Lawrence me mira con una sonrisa.

—salí a caminar con mi perro—digo.

—¿Cómo se llama?

—Gokú.

—Gokú, bonito nombre—me sonríe.

—Killian lo eligió— comento, sonriendo.

—¿Quién es Killian?

—mi novio— le aclaro —adoptamos a Gokú hace unos meses, lo encontramos en la calle, en realidad y nos lo quedamos.

—¿Así que tu novio y tú viven juntos?

—si. Empezamos a vivir juntos también hace unos meses, cuando me enteré que estaba embarazada, pero... —no puedo decirlo —ahí la conocí a usted, en el hospital.

—¿La chica que ingresó con una hemorragia, cierto? El hombre que te acompañaba tenía muchos tatuajes.

—ese es Killian—digo, sonriendo.

—decidiste venir, finalmente. Me alegro, Isla.

—pensé que lo había podido manejar—ella escribe algo en su bloc de notas—pero al parecer no— mascullo.

—es algo que suele pasar. Muchas veces creemos que hemos cerrado etapas o superado, pero reaparecen cuando nuestra mente está más tranquila. ¿Ha pasado algo más en estos meses que te impidiera procesar tu duelo?

—realmente no sé por dónde empezar—murmuro—yo... anoté algunas cosas antes de venir— digo, abriendo la aplicación de notas de mi teléfono, donde fui escribiendo todo.

—¿Quieres leerlas?

—antes que nada, necesito saber que todo lo que yo le diga quedará entre nosotras— mumuro.

—los doctores, desde los nutricionistas hasta los psiquiatras o psicólogos tenemos algo que se llama secreto profesional— me dice, con un tono pausado—no no puedo hablar con nadie sobre lo que tú me cuentes, a menos de que tenga que hacer una interconsulta y en ese caso, nadie sabrá tu identidad o te pediré tu expresa autorización—me explica—puedes hablar tranquila, esto será solo entre nosotras dos.

—trabajo como actriz porno—ella me mira con los ojos muy abiertos—tal vez pueda empezar contándole esto, para que pueda entender por qué todo es tan complejo— digo, rascándome la nuca.

—está bien, ¿Por dónde quieres empezar? No te interrumpiré amenos de que sea necesario.

—empecé a trabajar en Fetish hace un poco más de un año. Natasha, una amiga de la universidad me contó que lo hacía y de alguna forma, un día, estaba allí. Natasha luego de unos meses se fue, porque empezó una relación —digo, viendo como ella va anotando cosas —yo seguí. Grababa algunas veces por semanas y... ¿Hasta... dónde puedo contar?—murmuro.

—¿A qué te refieres?

—quiero decir, puedo... ¿Hablar de las escenas y eso?

—si crees que es importante o algo que deba saber, entonces sí—ella me mira—no voy a juzgarte, Isla. Así me contaras algo con lo que no estoy de acuerdo, igualmente mi trabajo es ayudarte.

Tomo una respiración profunda antes de seguir.

—bueno, las escenas eran normales, eran con... sexo convencional— sigo—hasta que un día mi jefe apareció diciendo que había un hombre que quería grabar conmigo escenas de sexo sadomasoquista.

Fuera del set #1Where stories live. Discover now