ℳ𝒶𝓇𝓋𝑒𝓁 ℱ𝒶𝓃𝓉𝒶𝓈𝒾𝑒𝓈 l

10.Peter Quill

Sentía la mirada de Peter en mí pero no me importo, él sabía que no estaba de buenas y con Gamora en la nave mucho menos.

—¿Que tanto me vez Quill?—Pregunte mirándolo.

—Nada.—Rodé los ojos.— Estas enojada y quiero saber por qué.

—No quiero hablar de eso ahora Peter.—Gruñi y salí de ahí, Gamora iba pasando directo a donde Peter pero decidí ignorarla.

Peter y yo teníamos una relación, no amorosa sino más bien sexual, pero todo salió mal y me enamoré de él.

Trató de alejarme lo más que puedo, por fortuna me encuentro a Drax en mi camino.

—Hola Drax.—Sonrei.— ¿Y mantis?

—Estaba con Groot pero ahora no se que hace.—Asentí.— Hola Quill.

Peter hizo un movimiento de cabeza para después jalarme junto a él en una habitación.

—¿Que demonios te sucede?—Fruncí el ceño.

—No, ¿Que te sucede a ti?—Cruzado de brazos se veía aún más sexy.—¿Sales con Drax?

—¿Que? ¡No! ¿De donde sacas esa estupida idea?—Fruncí el ceño.

—Más te vale.—lo mire incrédula.— Tú eres mía.

—Yo no soy tuya.—Ahora yo me cruce de brazos.—No soy de nadie.

Él me sonrió burlón y se acercó peligrosamente, sus labios atacaron los míos y por más que intenté resistirme al final mis labios cedieron.

Sus manos se deslizaron por todo mi cuerpo bajando el cierre de mi traje para aventarlo en algún lado de la habitación, me aprecio en ropa interior para después volver a besarme con necesidad y posesividad.

Comencé a desvestirlo hasta ambos quedar desnudos, sus caricias me hacían sentir la mujer más afortunada al tenerlo a él tocándome.

Pero en ese momento reaccioné, el no siente lo que yo siento, para él solamente soy un buen acoston.

—Peter detente...—Susurre mientras sus labios en mi cuello me hacían abrir las piernas.

—Lo siento.—Susurro separando sus labios de mi cuello.—¿Ya no quieres seguir haciendo esto?

Pude haberme negado pero sinceramente, no quería.

—Si quiero Peter.—No lo pensó dos veces antes de regresar sus labios a los míos.

Comenzó a alinearse en mi entrada hasta que por fin se deslizó en mi interior haciéndome arañar su espalda y soltar cosas incoherentes en el proceso.

Tomó mis piernas abriéndolas lo más que pudo hundiéndose de nuevo con fuerza, mis ojos estaban cerrados.

—Eres mía...—Jadeo y yo asentí.—¿De quien eres?

—Soy tuya...—Susurre.

Beso mis labios dejándome una sensación de querer tenerlos ahí de nuevo, pero solté un grito de placer cuando logró tocar un punto sensible para mi, mi espalda reaccionó arqueándose mientras arañaba con fuerza su espalda, el jadeo.

Sus embestidas no se detuvieron dándome oleadas de placer, mis labios besaron su hombro dejándome llevar por el sentimiento, su nombre salía de mis labios en pequeños gemidos y el solamente jadeaba y soltaba gruñidos.

Comencé a jadear cuando mis piernas se tensaron y mis muslos se contraen apretando, sacándole así un gemido, mordí su hombro cuando él orgasmo me lleno por completo.
Sus embestidas eran tan duras hasta que se liberó dentro de mi.

Entonces me di cuenta de las lágrimas que salían de mis ojos por el placer y por el error que cometí.

—¿Estas bien? ¿Te lastime?—Tomó mi rostro acariciandolo pero negué.

—No Peter, no lo harías, eres un maldito Dios en la cama.—El sonrió pero evite su mirada.— Es que... ya no puedo seguir haciendo esto.

—¿Por que? ¿hago algo mal, quieres que cambie algo?

—Está Perfecto así, es solo que..—Suspire.— Debo alejarme de ti, porque... quiero olvidarte.

Él frunció el ceño mientras yo me vestía por completo.

—¿A que te refieres?—Me tomó por los hombros.

—¡Que te amo!—Suspire y mis lágrimas salieron de nuevo.—Y tú solamente quieres tener sexo conmigo pero yo quiero más que eso.

El silencio reino, cada quien en sus propios pensamientos hasta que de la nada sus labios atacaron los míos con dulzura y cariño.

—Creí que tú sólo querías sexo conmigo.—Ambos reímos y unimos nuestros labios de nuevo.

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