ℳ𝒶𝓇𝓋𝑒𝓁 ℱ𝒶𝓃𝓉𝒶𝓈𝒾𝑒𝓈 l

65. Bucky Barnes

Era frustrante tener un cerebro tan Bueno como él de mi padre dado que me arrastraba hasta su laboratorio por horas y horas.

—Papá, estoy cansada.—Mentí.— Quiero dormir y comer algo.

—Que lástimas que tengas que ayudarme con esto cariño.—Rodé los ojos.—Novalee Stark deja de mentirme y concéntrate estamos cerca.

Asentí mientras continuábamos creando nuevos prototipos de armas para sus traje su demás.

Era simplemente aburrido hacer esto, no quería reconocimiento simplemente quería una vida normal como cualquier otra persona.

Sin embargo tan pronto como acabamos me dirigí a mi casa y entre lo más rápido que pude a la tina para sacar el estrés.

Estos días habían sido de lo más pesados y estresante que nunca, ansiaba sacar mi estrés de alguna manera.

Abrí mis piernas mientras llevaba mi mano hasta mi femineidad comencé a estimularme y jadeos salieron de mi.

Nunca me di cuenta que alguien me observaba desde la oscuridad del pasillo no hasta que una mano tomó mi cuello apretándolo levemente.

Yo gemí inconscientemente y me tensé rápidamente al ver a un hombre con un brazo de metal frente a mi.

—¿Quien eres?—Susurre y veía en su mirada confusión como si se debatiera entre hacer algo o no.

—Necesito terminar mi misión.—Susurro para él mismo pero eso me lleno de confusión.

Podrán llamarme loca pero el simple hecho de tenerlo sujetando mi cuello y su mirada en mi cuerpo desnudo me llenaba de excitación por lo cual no detuve el movimiento de mis dedos en mi.

El noto lo que hacía y me sujeto más fuerte, yo gemí excitada y fue entonces que él me saco de la ducha desabrochando sus pantalones para dejarme ver lo duro que estaba.

Jadee al verlo y rápidamente se desnudó y alzó llevándome a la sala donde rápidamente se hundió en mi con una fuerza indescriptible que ardió en lo más profundo de mi.

—Carajo...—Gruño mientras tomaba con fuerza mis caderas embistiéndome duramente una vez más.

Mis gemidos salieron descontrolados y lo sentí aún más erecto de lo que ya estaba, mis manos comenzaron a tocas mis pechos llena de placer me estremecí bajo su cuerpo.

Sentí que rozaba algo en lo profundo de mi y él quería alcanzarlo por lo que tomó una de mis piernas y la llevo a su hombro y se metió tan profundo que golpeó algo en mi que me hizo lloriquear de placer.

Mi garganta dolía, mis piernas tambien pero el placer era más que suficiente.

Lo sentí palpitar al igual que mis piernas temblar, ambos estábamos a punto de orgasmo y en un minuto nos atrapó con fuerza y gemimos al unísono.

Él continuó embistiéndome con lentitud hasta salir de mí bese sus labios y él me correspondió antes de sentarse.

—¿Quien eres?—Pregunté sentándome y mirándolo con curiosidad.

—No lo se...—Susurró mirando hacia la nada.

Vaya que esto será una historia interesante...