ℳ𝒶𝓇𝓋𝑒𝓁 ℱ𝒶𝓃𝓉𝒶𝓈𝒾𝑒𝓈 l

26. Tony Stark

—¡Anthony Stark!—Abrí la puerta y caminé hasta su escritorio cruzándome de brazos.

—¿Que sucede linda?—Rodé los ojos al ver su bella sonrisa.

—Tony, habíamos quedado en ir juntos a probar los pasteles, nos casamos en un mes y no veo que te comprometas Stark.—Suspire.

El se levantó de su asiento y camino hasta mí para tomarme de la cintura y apegarme a él.

—Lo siento cariño, de verdad lo olvide, pero te prometo que mañana iremos.—Sonreí y lo bese.

—Si faltas Tony, te irá muy mal...

El asintió y me dio otro beso. Rápidamente me cargo y me puso encima del escritorio besando mi cuello con lujuria. Comencé a sacarle el saco y él levantó mi vestido para sacármelo.

Le hice sentarse en la silla No sin antes bajarle los pantalones y liberar su dura erección, comencé a menear mi trasero en esta sacándole un jadeo, rápidamente baje mi ropa interior y me deje caer lentamente en él llenándome de placer.

Me apoye en sus hombros mientras mis ojos se cerraban disfrutando aquella sensación tan placentera, me movía lento y ambos lo disfrutábamos. Sentí sus manos en mis pechos y luego quitó mi sostén liberando estos para masajearlos y hacerlo aún más excitante.

Cada vez se sentía mejor y cada vez deseaba ir más rápido para conseguir mi tan deseado orgasmo pero me contuve y seguí lento para que durase aún más. Él soltó un jadeo para después tomar mis caderas y llevarme al ritmo de su antojo, mis gemidos comenzaron a salir cada vez más altos conforme a las embestidas.

—Mierda Tony...—Gruñi apretando sus hombros.

El placer aumentó y fue cuando se levantó conmigo encima y me recostó en el escritorio hundiéndose en mi con tanta fuerza que me hizo arquear la espalda.

Mis piernas comenzaron a temblar cuando golpeó repetidas veces un punto en mi que me provocó un indescriptible placer. Sentí que me vendría y él lo noto acelerando sus embestidas logrando que el orgasmo me arrasará con intensidad.

Él continuó embistiéndome varias veces mientras que mis gemidos no cesaban pues seguía sintiendo placer en mí hasta que lo sentí inundarme por completo provocando mi segundo orgasmo.

—Te amo.—Susurro jadeante el.

—Lo se cariño, yo también.