23. Scott Lang

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Mi trabajo me tenía enserio estresada, el ser una exitosa empresaria no era de lo mejor. Era genial cuando no estaba en el trabajo y salía con mi novio gastando todo ese dinero.

Ver tantos papeles en mi escritorio me volvía loca y solo deseaba acabar de una maldita vez.

—¿Puedo pasar?—Aquella voz tan conocida me sacó de mis pensamientos.—¿Como está mi sexy empresaria favorita? Te traje comida.

—Me has salvado, de verdad te amo Scotty.—Suspire tomando la bolsa que contenía papas y una hamburguesa.—Es estresante ver todos estos papeles y nunca acabar, necesito desestresarme un poco.

Rápidamente camino rodeando el escritorio hasta estar junto a mi.

—Te puedo ayudar con eso.—Levante una ceja.—Confía en mi, te gustará.

Asentí para que luego él llevara sus labios a los míos con dulzura y delicadeza.

—Cariño..—Susurre.—Tiene que ser rápido no pu..

Sus labios me callaron inmediatamente y me levantó de la silla para colocarme encima del escritorio. Se separó un poco de mí para bajar sus pantalones y dejarme ver su dura y creciente erección.

—Scott..—Jadee.

Sin más comenzó a subir la falda que llevaba sacando mi ropa interior y abriendo mis piernas, realmente nunca lo había visto así de ansioso.
Quede recostada en el escritorio mientras él comenzaba a estimularme sacándome así varios gemido con su nombre.

Así estuvo unos cuantos minutos antes de entrar con lentitud y sin saber de donde agarrarme hice mis manos puños, un sonoro gemido salió de mi.

—Oh Scott..—Gemí cerrando mis ojos del placer.—Sigue así amor, así..

Escuche varios gruñidos de su parte haciéndome saber que también lo disfrutaba, lo que más lograba calentarme era el sentir sus manos aferrarse con fuerza a mis caderas hundiéndose cada vez más profundo y duro en mi.

Mi placer lograba ser tanto que comencé a arañar el escritorio, pero hubo algo que nunca espere y nunca lo había sentido en toda mi vida pero era extremadamente delicioso. Scott logró golpear repetidas veces un punto en mi interior y agradezco tanto que lo haya hecho pues ahora sentía era fascinante sensación en mi.

—¡Mierda Scott!

Él sin embargo, comenzó a hacer aquellas embestidas más descuidas y torpes sabiendo que al igual que yo estaba al borde del orgasmo.

Ambos soltamos un gemido cuando este nos arrasó con intensidad y consiguió liberarnos el uno al otro.

—Muchas gracias cariño..

—Lo que sea por mi chica.—Beso mis labios con cariño.

—Te amo pero ahora estos papeles están desordenados por tu culpa.

ℳ𝒶𝓇𝓋𝑒𝓁 ℱ𝒶𝓃𝓉𝒶𝓈𝒾𝑒𝓈 lWhere stories live. Discover now