V. Elena.

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23 de noviembre de 2012

Robándome el tiempo, las ganas y la paciencia, llegó el desierto de los ojos miel, besos secos que llegaban al alma, y abrazos que queman la piel, de Elena. No dijo nunca un 'te quiero', ella no era de las que lo llevaban de palabra. Lo demostraba en cada sonrisa, en cada caricia, en cada gemido y en cada orgasmo. No era de las cariñosas, arrancaba gritos y desgarraba la calma, pero no dejaba nunca que tocases suelo. No estaba en sus planes el verme llorar. Y no podríais haceros una idea de lo que me ayudó a escapar de mí misma sin dejar de ser yo. Respiraba a tu lado y te dejaba sin aliento, dormías con ella, pero no te daba tiempo a soñar, por si acaso venían pesadillas. Le importaba, o eso creo. Y aunque te robaba la sed, salí adelante gracias a su saliva. Llegó la luz del día y rebotaba en la arena de su piel, ambas nos pusimos de acuerdo y los relojes volvieron a marcar el tiempo.

Crónicas de un yo pasado, tú presente y nuestro futuro.Where stories live. Discover now