Mi Inés.

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"Buenos días guapa! Le ha surgido un evento a Pablo y la niñera está mala así que me vuelvo pitando a Madrid! Me hubiese gustado comer contigo. Avísame si vienes a Madrid, para recompensar la noche tan bonita que me regalaste ayer. Muak!"

Inés se despertó con ese mensaje, y se volvió a tumbar en la cama. Se le hizo horrible pensar que ya iba a kilometros de distancia. Pero ¿por que tan horrible?
Tratando de disipar tantas emociones que sin su consentimiento ahora recorrían todo su cuerpo, intentó centrar toda su atención en el trabajo y la casa.
No había muchas cosas que la hicieran desestabilizarse, y no quería que Irene fuese una de ellas.

Xavi, la llamó para avisarle de que llegaría antes de cenar, y entonces, recordó que no había contestado el mensaje de Irene, quien se coló de nuevo en su cabeza.
Respiró hondo, y empezó a escribir. Quiso limitarse a ser amable, pero tras darle a enviar, y releer sus propias palabras, le costó reconocerse.

"Buenos días reina! Yo solo puse el sitio, la noche fue bonita porque estuviste tú, con tus ocurrencias!! En cuanto tenga planes para Madrid serás la primera en saberlo ;). Un besito!"

Suspiró, "¿Le he llamado reina?. Le he llamado reina."

......


Era ya por la noche, Irene estaba en casa con Pablo y los niños. El candidato de podemos había salido de la ducha y se había puesto cómodo, había sido un día largo.

Hablaron de como les había ido a ambos, no habían podido verse con tranquilidad, y Pablo sabía que Irene había estado con Ines Arrimadas, así que tenía una curiosidad enorme por saber como le había ido con ella.

- Pues con Inés bien... - puso cara de ternura- ¿Sabés? en el congreso siempre se le ve tan dura, y tan cabezota que es imposible ver la persona que es realmente.

- Bueno cariño, todos tenemos un lado oscuro y uno un poco mas amistoso... que hayas conocido el amistoso no quita todo lo que hay en el oscuro. Ya sabes que su forma de pensar, e incluso de expresarse me desespera un poco.

- Se a lo que te refieres, pero tú no la has visto como yo... - Pablo notó la admiración con la que Irene hablaba de Inés, parecía que hablaba de alguien que él no conocía. - En Barcelona no me faltó de nada, fue a recogerme, me llevo a cenar, me acercó al hotel, y estuvimos hablando de todo! Hemos llevado vidas tan diferentes, Pablo... es tan importante la educación, la vida que ha tenido alguien para luego ser quién es...

- Bueno, hablas como si hubiese tenido una infancia terrible.

- Oye! no te burles! Sabes a lo que me refiero! Ines siempre ha tomado su vida demasiado en serio, y soltarse un poco la melena para ella es como un delito!

- ¿Soltarse la melena? ¿de eso hablasteis? No habrás asustado a Arrimadas, ¿no? -Pablo estaba divertido imaginando a Irene hablando con Inés de algunas cosas.

- Pues fíjate que no... creo que no se asustó en ningún momento, de hecho le encantaba hablar de todo. - Ahora, era Irene la que sonreia divertida, recordando las caritas de Inés mientras le contaba sus deslices adolescentes, entonces de repente se quedó un poco mas seria y miró a pablo. - Pablo, estoy segura de que volveré a quedar con Inés, se que no es de tu agrado, pero siento que se ha convertido en alguien importante para mi, y quiero que lo respetes sin burlarte.

Pablo advirtió la seriedad de Irene al pedirle aquello.

- No te preocupes cariño, me fió de tu criterio y se que al igual que yo te respeto, tu respetas que yo no quiera formar parte de esa amistad.
Irene lo notó muy seco tras esas palabras.

Siguieron hablando de mas cosas y se sentaron a descansar, los dos necesitaban una ración de sofá, con manta. Irene agradecía que Pablo no quisiese formar parte de esa amistad, porque esa amistad, esa relación con Inés, era suya y solo suya.

Volcanes dormidos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora