"La botella"

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Irene salió a la cocina dispuesta a tomarse un ibuprofeno como desayuno. Despeinada, y con un dolor terrible de cabeza, vio a Eva llegar con Lola desde la otra parte de la casa.
- Hola mi niña preciosa... - cogió el bollito en brazos, y la acurrucó contra su hombro. - Buenos días Eva corazón, ¿Que tal?
- Pues muy bien, bueno sorprendida de no haberte visto salir de la habitación.
Irene la miró extrañada "¿Como me iba a ver salir de la habitación si estaba en la otra punta?".

En ese momento y con un bostezo que dejaba ver su campanilla, Inés salió  también de la habitación y se unió a la fiesta de ibuprofenos. 
- Buenos días - dio un beso a Lola en su cabecita y se acercó a por un vaso de agua. - Madre mía, no había tenido una resaca así en mi vida...
Eva las miró extrañadas.
- ¿Que pasa? ¿Tan mala cara tengo?
Eva sacudió un momento la cabeza...- No, Inés lo siento, es que creía que habíais dormido en el otro cuarto, creía haber escuchado, bueno... no pasa nada, olvidadlo.

Irene e Inés se miraron,  y se echaron a reír.
- Eva cielo, me temo que ya no estás a salvo en ninguna parte de la casa...
Irene meciendo a Lola contra su pecho y dándole pequeños azotes en el culete asintió corroborando a su futura mujer.
- Noelia y Melisa por fin  han dado un paso al frente en su relación, ayer se besaron delante de todo el mundo en la carroza, ¡Estaban tan monas!
Eva empezó a mover las manos entusiasmada.
- ¿En serio? ¡Joder, ya era hora! Me las veía de viejas como la mujer del titanic contando su historia por primera vez a los medios...

A las tres les salió una carcajada imaginando el panorama, e Inés se dio cuenta de que no se enteraba de nada.
- ¿Pero bueno que tu también te lo esperabas? - Inés no podía salir de su asombro. - No si ahora, la única que no se había dado cuenta era yo.
- Cariño, es que tu eres muy inocente. - Irene le dio un tierno beso en la mejilla, y con una mano le apartó un mechón de la cara. - Estas guapísima de resaca, ¿Lo sabías?
Inés la miró con esos ojos llenos de amor - Me lo imaginaba...
- Creída.
- Guapa. - Inés arrancó a la pequeña Lola de sus brazos, ahora le tocaba a ella.
Irene fue a por dinero para pagarle a Eva, que bastante había trabajado ya. La acompañaron a la puerta.
- Eva, tenemos muchas ganas de que vengas para tomarte algo con nosotras y no para cuidar a los niños, prometemos que será pronto.
Inés secundó a Irene.
- Si, ¡buscaremos una niñera para llevarnos de fiesta a la niñera!
Eva las abrazó.
- Será un placer, chicas... de verdad.

Irene, Inés y su pequeña Lola, se dirigieron al cuarto de Noelia y Melisa.

- ¡Bellas durmientes! - Inés entró al cuarto de golpe, sin pensar que esa noche sus amigas no habían dormido vestidas, se las encontró desnudas y abrazadas en la cama, y dando un portazo se dio la vuelta. - No podemos pasar.
- ¿Como que no podemos pasar? - Irene escuchó risas dentro de la habitación.

- ¡Inés pasa! que ya nos hemos tapado.
Irene comprendió la cara de susto que tenía Inés, y de nuevo le dio la risa. "Pero es que, como podía ponerse tan guapa cuando se ruborizaba! ¿¡Como!?"

Inés abrió la puerta de nuevo, e Irene pasó primero con dos cafés en las manos.
- ¡Buenos días! - Irene se acercó a la cama y les dio un beso a cada una. Inés miraba desde la otra punta de la cama.
- Podría haberos visto Lola, y ya tendría un trauma para toda su vida.
Entre risas, sorbían un poco de ese rico café que les había traído Irene.
- ¡Tu si que eres trauma! Ven aquí a darme los buenos días ahora mismo.
Melisa estaba divertida viendo a su amiga sin querer acercarse, y Noelia algo tímida ante la situación, no mediaba palabra, pero sonreía como una boba, al lado de Mel.
Al final Inés se acercó por el otro lado y también les dio los buenos días. Se habían puesto una camiseta, pero seguían tapadas porque no habían llegado a las bragas.

-Chicas quiero verlo otra vez...
Melisa y Noe miraron a Irene confundidas, porque no sabía a que se refería.
- Vuestro beso de ayer... ¡que quiero verlo otra vez!  - Irene daba pequeños aplausos rápidos y seguidos. - Es que yo sabía que había algo, ¡Lo sabía!
- Pues yo no tenía ni idea, pero vaya, que ahora entiendo porque Irene se empeñó en comprar el aceite de masaje... ¡iba a ser verdad que tenías quién te lo diera!

Noelia miró a Mel, esperando que la besara, de alguna manera siempre se había dejado llevar por ella, en cada paso de su relación, ¡o casi siempre!. Melisa levantó la mano hacía su cara, y la besó.
Inés tapó los ojos de Lola, sin poder evitar una sonrisa gigante, e Irene  las miraba tapándose la boca, y a punto de pellizcarse!

- ¡Madre mía vaya cuatro patas pa un banco! - la frase de Inés hizo que todas estallaran a reír de nuevo.
- Podríamos mudarnos aquí y hacer un blog. "La mansión de las bolleras"-  A Noelia imaginación no le faltaba, desde luego.
- Pues yo lo veo clarísimo, además teniendo en cuenta que acabáis de poner una piscina en la terraza y que llega el verano...
Irene les dio un azotazo. - ¡Anda que no tenéis morro vosotras dos! Segura estoy que os vais a bañar más que nosotras!
- No sería mala idea estrenarla hoy... - Inés dio la idea y el resto abrió los ojos de par en par.
- Dios un baño para esta resaca infernal! - Melisa aprobó la idea.
- Si, ¡y unas cervezas! - A Noelia también le parecía bien.
Irene las miró, y viendo que Inés estaba con la niña en brazos, y las otras dos sin bragas, se levantó de la cama y se dirigió a la cocina, a rellenar la nevera y meter algunas cervezas al congelador.

Sin comerlo ni beberlo, se habían olvidado de los cafés, y pasaban la resaca con cerveza en la piscina.
- Madre mía Irene, la idea de comprar los dos áticos ha sido lo mejor que vas a hacer en tu vida, como tengas esas ideas siempre, te voy a acabar votando. - Inés le tiró agua a Melisa.
- Eso ni en broma querida, que llamo a Albert y te manda de vuelta a Barcelona!
Esta vez fue Noelia la que le tiró agua a Inés, y  el momento de relax se convirtió en una batalla campal.
Irene con Lola en brazos, que llevaba un gorrito precioso de aguacates, se dio la vuelta para que la niña no sufriese en ese pequeño encuentro de féminas en guerra.

- Mi bebé, tu aquí conmigo, que estas chicas están como tracas. Eso si, tu de mayor a votar a podemos eh.
- Irene, ¡Que te estoy escuchando! - Inés le gritaba y se iba acercando a ella, dejando a las otras dos continuar solas. Abrazó a Irene por la espalda, y se acerco a la  cabecita de Lola.
- Mirame hija, mira a mamá. Irene te adora, pero tu siempre serás naranja, siempre. ¿Me lo prometes? 
Como respuesta a Lola se le escapó un pequeño eructo, la pobre había desayunado hacía poco.
Inés puso cara de haber perdido esa batalla.
- Ale, tira a limpiar a tu hija.
Irene se dio la vuelta antes de salir de la piscina y tiró de Inés, que tenía cara de enfurruñada.
- ¡Ven aquí enfadica! - la cogió y la besó, y besó también su cara, sus mejillas, su frente, su cuello. La llenó de besos antes de ir a limpiar a su pequeña niña morada.

- Inés, tranquila, ¡tía Mel hará de esa niña toda una mujer naranja!
Noelia la besó para que cerrase el pico. Irene llegó de nuevo con Lola y se acercó a su chica.
Después de unos cuantos besos, que repartieron entre ellas y su niña,sacaron de nuevo las cervezas y volvieron a brindar.

Irene e Inés las miraron. 
- ¿Por que nos miráis tanto? - Preguntó Noelia algo sonrojada. - Tenemos monos en la cara ¿ O que?
Irene e Inés se miraron entre ellas y fue Inés la que habló.
- Chicas,  queremos que esteis a nuestro lado en la boda. Nuestras madres nos llevaran hasta un altar improvisado,  pero después volverán a su asiento y a nuestro lado solo estaréis vosotras.
- Si. Queremos que nos deis los anillos, que coloquéis nuestro vestido y que nos retoquéis el maquillaje cuando no podamos evitar llorar.

Se creó un silencio lleno de emociones, las que no podían evitar llorar ahora eran ellas. Con cuidado de no aplastar a Lola se abrazaron de nuevo las cuatro.

Noelia emocionada levantó el botellín a lo alto:

Volcanes dormidos.Où les histoires vivent. Découvrez maintenant