La familia Malfoy insiste

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Habían sido tres días intensos, de pronto la salud de Sirius había decaído y sintió que todos sus temores se hacían realidad. Harry se quedó a su lado casi todo el tiempo y empezaron a llegar amigos de la orden de forma intermitente, él era el único que se quedaba ahí.
A veces quería volver a casa y dormir bien, bañarse con tranquilidad y no solamente con los hechizos de limpieza, extrañaba su casa y aunque sonara tonto, las ligeras charlas con Lucius.
Sabía que la mezcla de aromas molestaban al omega de sobremanera y era imposible para él no oler a Sirius cuando se la pasaba sentado al lado de la camilla donde este estaba inconsciente esperando que despertara. Solía hablarle y a veces simplemente vigilar, sobre todo con la sospecha que había sobre que su empeoramiento de salud se debía a envenenamiento, pero sabiendo que él regreso a la vida ¿Cómo se podía afirmar eso? ¿Cómo saber si era causado por salir del velo? ¿Qué ocurría si era una enfermedad crónica incurable que lo consumiría hasta matarlo por segunda vez?
A pesar de sentir que estaba siendo bastante dramático se obligó a permanecer a su lado el máximo tiempo posible y volvió a casa un par de horas en la noche cuando sabía que el patriarca estaba durmiendo. Estar apoyado contra la pared al lado de la puerta de la habitación había dejado de ser suficiente, quería entrar, abrazarlo y acurrucarlo contra él pero se negaba a hacerlo. Se había puesto como excusa que no quería perturbar el sueño del rubio pero sabía que en realidad evitaba que su aroma se impregnara en él ya que estando sus amigos rondando en el hospital Arthur había notado que tenía un ligero aroma extraño cuando preguntó si se había cruzado con Malfoy en su camino al hospital.
Eso lo aterró un poco, no les había dicho a sus amigos de su enlace y sobre todo los Weasley mayores, reconocían el aroma de Lucius. Tal vez por el hecho de que él siempre los molestaba arrugaban la nariz ante cualquier indicio del patriarca aunque parecían ignorar su naturaleza omega.
Así que ahí estaba, tratando de evitar que el aroma del omega se le impregnara aunque eso significara que él no podría dejar su aroma en Lucius. Sentía realmente un dolor agudo en el pecho al pensarlo pero trataba de mantenerlo bajo control distrayéndose leyendo, aunque no se le había pasado las miradas molestas de Draco. Si el aroma de Draco fuera más parecido al de su padre no debería tener tanto cuidado pero el rubio tenía un aroma más parecido al de su madre y, lamentablemente, el aroma de Lucius era fácil de identificar.
Había pensado en usar anti-feromonas, pero cuando Hermione le preguntó por qué lo hacía se dio cuenta que eso era tan sospechoso como traer el aroma del omega encima.
Se estiró mientras bostezaba, no había dormido bien y cada vez podía comer menos, aunque eso era más por su preocupación que por el vínculo.
— ¿Nunca te vas? — Sirius bromeó agarrando más su mano, Remus dejó escapar una pequeña risa y negó. Sirius había despertado esa mañana y parecía estar mucho mejor, aunque aún debía estar en cama su piel ya no se veía muy pálida y al fin había podido hablar.
—No hasta que te mejores. — apretó la mano de Sirius de manera cariñosa y luego la soltó un poco, se sentía contento de tener a su amigo de nuevo más entre los vivos que entre los muertos.
—Me alegra mucho tenerte aquí. — Remus asintió ante lo dicho mientras seguía sonriendo.
—A mí también me alegra que estés de vuelta, pensé que te perdíamos de nuevo. — medio bromeó aunque tenía algo de verdad. Había estado aterrado con la idea durante días y estaba seguro de que Harry también.
Incluso el cachorro estaría ahí si no fuera porque lo llamaron desde el ministerio, aunque Harry no dijo la razón Remus tenía la sospecha de que le iban a ofrecer algún puesto ahí o de nuevo le pedirían algo, como cuando le pidieron que se llevara mejor con Draco para dar a la gente la imagen de que la guerra había terminado. Eso le molestaba, no deberían pedirle más a Harry y él no tenía por qué aceptar, pero parecía que aún no sabía cómo decir que no del todo.
—Nah, no tengo ganas de morirme de nuevo ¡Y mucho menos dejar que Harry se case con ese rubio oxigenado! ¡Seguro que lo obligó! O tal vez usó su celo y lo ató. — Sirius soltó su mano para agitar sus brazos, aun no se le tenía permitido una varita así que Remus agradecía que no pudiera explotar cosas.
—Cuando empezaron a salir, no estaban enlazados. — Había decidido seguir un poco con la mentira de que el enlace entre Harry y Draco era real, solamente porque los cachorros se guardaban el hecho de que estaba enlazado con Lucius. Además, cuando el trío dorado llegó y Ron casi suelta que fue por el ministerio, Harry le había pegado un codazo y si Sirius no hubiera estado casi inconsciente, se hubiera dado cuenta de lo que quería decir el niño Weasley.
— ¡Moony! ¡Apóyame! ¿Cómo puedes estar tan tranquilo? — Sirius frunció el ceño mientras hablaba.
—Creo que ambos… pudieron superar sus diferencias. — dudó, aunque eso era cierto. A pesar de todo se habían enlazado y eso significaba que se habían acostado, aunque borrachos pero al final de cuentas… eso quería decir que se habían deseado.
— ¡Solo quieren dinero y fama! ¡Si el Malfoy mayor fuera un omega seguro lo usaría para fines siniestros! — Remus apretó los labios ante la mención de Lucius sin poder evitar recordar lo que ocurrió en Azkaban, Lucius realmente lo había enredado esa vez pero después de todo que estuvieran unidos de una forma más fuerte había sido prácticamente su culpa aunque no lo hubiera planeado.
—Sirius, deja de quejarte de la pareja de Harry. Cuando él vuelva hablaran. — suspiró tratando de mantener el tono tranquilo, se sentía algo nervioso con esos temas y prefería evitarlo pero Sirius siempre volvía a ellos.
¿Acaso ya sospechaba algo?
— ¡No pienso ser el padrino! ¡No dejare que la boda se lleve a cabo! —
— ¡Por Merlín, Sirius! ¡Cállate! — ambos se miraron directamente y Remus no pudo evitar enrojecer un poco algo avergonzado de haber alzado así la voz, soltó la mano de Sirius enseguida mientras negaba suavemente con la cabeza. Estar lejos de Lucius estaba empezando a poner de mal humor a su parte instintiva quien se moría por volver con el rubio.
Sirius se quedó en silencio por unos minutos antes de resoplar, Remus lo miró de reojo sin saber si disculparse por ese arrebato o dejarlo estar ya que si continuaban hablando seguramente terminarían peleando, se sentía irritable.
—Lo siento. — se sorprendió un poco ante el tono ligeramente apenado de Sirius pero eso lo hizo sonreír.
—Podemos… dejar el tema de los cachorros, Sirius. — recomendó sin siquiera dudar en llamar cachorros a Harry y Draco.
—Por Merlín, Remus ¿Llamas cachorro al crío Malfoy? — el de cabellos negros volvió a fruncir el ceño y el licántropo se sintió ligeramente divertido.
—Sirius…— regañó.
—Bien, bien, no diré nada. Mientras no me salgas que te casaras con mi prima y que él será tu hijastro creo que estaré bien, aunque sería gracioso la cara de Malfoy si eso pasara. — Sirius dejó escapar una risa y Remus se obligó a sonreír, quiso preguntar a que Malfoy se refería pero prefería no desviar la conversación para ese lado. Si Sirius veía como lo peor que podría hacer era enredarse con Narcissa ¿Cómo tomaría que estaba enlazado con Lucius Malfoy?
No pudo evitar la ligera sonrisa al recordar como  había hecho enojar al patriarca al insinuar que podía unirse a ella también, nunca lo había pensado realmente pero había sido divertido molestar al rubio platino.
—Remus…— Sirius alzó su mano y agarró la de su compañero con fuerza — ¿Por qué no estás con Tonks? Harry me contó… bueno, que estuvieron por salir. — lo miró a los ojos directamente, como que si buscara la verdad en los ojos de Remus pero este desvió ligeramente su mirada.
—Yo… bueno, cometí un error. — miró hacia otro lado siendo pausado en sus palabras sintiendo su boca seca. No quería mentirle así a Sirius pero la verdad podría hacer que se enfadara aún más.
—Sabes que no te juzgaré, me burlaré tal vez pero ¿Qué cosa tan mala podrías hacer tú, que eres como un saco de azúcar? — se burló el sangre pura negando con la cabeza con diversión.
—Sirius, no hablemos de mi vida amorosa, por favor. — su tono salió algo avergonzado.
—A alguien le hace falta sexo. — dejó escapar una risa y Remus enrojeció, también extrañaba eso de su casa. Era agradable estar con Lucius y sin duda bastante placentero, extrañaba completamente el tacto de su piel, su aroma y hacerlo hacer esos gestos que hacía solo durante el sexo. El licántropo carraspeo.
—En realidad… luego de que la guerra acabó he tenido una vida sexual activa. — admitió por lo bajo haciendo que su amigo arqueara una ceja.
— ¿Con Tonks? — la sonrisa se extendió en el rostro de Sirius.
— ¡No! No hablaré de con quién. — negó con la cabeza enrojeciendo un poco más. Si Sirius supiera con quien tal vez sería capaz de pegarle o molestarse terriblemente con él.
—Tú no eres capaz de sexo sin ser novios. — lo dijo como que si fuera la verdad absoluta y el mestizo no pudo evitar arquear la ceja.
—Cuando estábamos en Hogwarts nosotros… lo hicimos sin ser novios. — Remus no sabía si ese tema era mejor, seguía siendo algo incómodo. Sirius le devolvió la mirada y el rubio trigo se preguntó que pasaba por la mente del sangre pura.
— ¿No fue la razón por la que paramos? ¿Por qué tu no querías “solo sexo” si no todo completo? — su tono fue totalmente neutro y eso confundió al de ojos mieles.
—Sirius…— ni siquiera sabía que decir o como contestar la pregunta, algo sorprendido de que todo hubiera desembocado ahí.
— ¿O decidiste que yo era demasiado inmaduro y que me prendaría, así que decidiste cortar por lo sano? — ni siquiera sonaba ofendido, la falta de emoción en su voz lo hacía sentirse incómodo y alerta. Remus se removió antes de responder.
—Yo no tenía sentimientos románticos por ti, Sirius, ni tú por mí, éramos, somos solo amigos. — habló tratando de parecer seguro pero sin saber qué respuesta quería su amigo.
— ¿Tu decidiste que yo no tenía sentimientos hacia ti? — esta vez sí, el tono de Sirius demostró molestia.
—Yo… no dije eso. Sirius ¿En serio vamos a empezar a pelear por algo que pasó hace casi dos décadas? — trató de sonreír para quitarle el hierro al asunto pero por el rostro de su amigo supo que no dejaría el tema ahí.
—No te creo que no tenías sentimientos hacia mí. — el de cabellos negros se cruzó de brazos y Remus abrió la boca sorprendido, luego quiso reír pero se tragó esa reacción ¿Se trataba de ego? ¿De que todos se enamoraban de Sirius a esa edad y que él no lo hiciera lo molestaba?
—Eras mi mejor amigo, te admiraba mucho y me atraías físicamente, me gustaste un largo tiempo, también es cierto pero luego esos sentimientos volvieron a ser una llana amistad ¿Contento? — trató de aplacarlo y no pudo evitar pensar ligeramente en Lucius. Suponía que ambos tenían en común lo mimados que podían ser, pero si llegara a decirlo en voz alta Sirius le gritaría y se lo tomaría como el peor de los insultos.
—Más o menos. — Remus sonrió en respuesta al notar el gesto en su amigo aunque al ver que él se incorporaba se echó para atrás soltando su mano y parándose evitando por completo el beso incluso antes de pensarlo. Sabía que tal vez iba a ser un beso a broma pero no pudo evitar rechazar su cercanía e incluso, sentirse un poco amenazado.
El licántropo estuvo a punto de disculparse por haber huido así cuando la puerta se abrió, ambos adultos miraron hacia la mujer que entraba.
Narcissa Malfoy los observaba desde la puerta, vistiendo un bonito vestido verde Slytherin que dejaba sus hombros descubiertos.
—Narcissa. — Sirius habló con desdén aprovechando que se había sentado, Remus estuvo a punto de decir algo cuando notó el aroma conocido proviniendo de ella.
Lucius.
No pudo evitar apretar los puños recordando que ella aún era su esposa, dio un paso hacia atrás respirando profundo pero eso solo logró que el aroma del omega se sintiera más fuerte. Era sutil, era obvio que la dama había tratado de borrar la mayoría de las feromonas de su esposo sobre ella pero algunas aún quedaban, nunca había tenido algo en contra de Narcissa pero no podía evitar sentirse enojado.
—Los dejo hablar. — no hizo caso a la queja de Sirius, salió rápidamente del lugar sintiendo su corazón latir con fuerza. Quería volver a casa y pedir alguna explicación pero no podía, si lo hacía debía volver rápido y Sirius notaría el aroma en él.
Podía haber mil explicación de porqué la dama olía a Lucius, desde un tenue accidente hasta… ¡Por Merlín, claro que no! Estaba seguro que una marca no se podría llegar muy lejos con otra persona, pero siendo Lucius omega podía llegar un poco más lejos con otro omega.
¿Ella había ido hasta ahí para echárselo en cara? ¿Para recordarle que luego del año Lucius volvería a su lado como siempre?
Agitó la cabeza con fuerza y empezó a caminar en círculos, sacó un chocolate de su bolsillo y empezó a comerlo sintiendo que de a poco se tranquilizaba. No debería sentirse tan territorial pero lo hacía, tal vez debía ir a casa y cenar con Lucius pero luego negó.
Era tonto ir a tratar de recordarle su lugar porque lo cierto era que no tenía un lugar.
Lucius era su omega y ellos compartían vínculo, tenían sexo y tal vez se podría decir que se estaban haciendo amigos pero nunca hablaron de exclusividad. Si no lo habían hablado, no había nada por reclamar y si Lucius se daba cuenta de ese desliz de emociones lo usaría a su favor y no podía permitirlo.
Volvería a casa en seis días, luego de que ocurriera la luna llena… y el celo del omega.
—Creí que no dejarías a mi querido primo solo, pude haber ido a envenenarlo. — miró hacia la mujer quedándose quieto, trató de no respirar por unos segundos para evitar que el aroma siguiera llenándolo. Si no fuera un hombre lobo tal vez ni siquiera lo notaría, si Lucius no fuera su omega no lo sabría, creería que era un perfume.
Trató de concentrarse en esos pensamientos antes de meterse otro pedazo pequeño de chocolate en la boca.
—No lo harías, todos sospecharíamos de ti. — respondió luego de comer, Narcissa lo miró con desdén.
—Así que… cuando puedas separarte de mi esposo ¿Saldrás con Black? — lo dijo como que si se hubiera encontrado un charco desagradable.
—Eso no es tu incumbencia. — Remus frunció el ceño mientras se erguía un poco más, era más alto que ella pero Narcissa Malfoy no era una mujer fácil de intimidar.
—Que desagradable. Dos alfas jugueteando de esa manera. — movió su mano como que si le hubiera caído una telaraña desagradable.
—Te recuerdo que tu esposo es un omega y he logrado satisfacerlo de algunas formas que tú nunca podrías. — presionó pero lo único que consiguió fue que la dama le sonriera.
—Pero ahora estás demasiado ocupado con Sirius. — casi se burló.
—Eso no quita que Lucius este enlazado conmigo. — no veía el caso de pelear pero ahí estaba, incapaz de frenar la pelea e irse.
—Eso no quita que es mi esposo, Lupin. — fue como echar sal en una herida, aunque en ese caso en vez de dolor solo pudo sentirse enojado.
—Lo sé. — él la miró a los ojos sin temor, ella arqueó la ceja y acomodó su capa sobre sus hombros antes de sacar su varita. Remus se tensó agarrando la propia.
—Lucius odia comer solo. — y diciendo eso,  se alejó. Remus miró por donde ella se iba antes de entrar de nuevo a la habitación de Sirius, este lo miraba con algo de enojo.
— ¡Te fuiste apenas entró! — se quejó.
—Lo siento, su aroma era algo extraño. — eso no era del todo mentira y se sentía mejor en no mentir con eso.
—Sí, traía el aroma de Malfoy, seguramente tuvieron sexo antes de que ella viniera ¿Crees que traten de traer más Malfoy al mundo? Qué horror. — Sirius frunció la nariz y a Remus casi le hizo gracia que con el gesto se pareciera un poco a su prima.
—Conoces… ¿El aroma de Lucius? — preguntó dudoso y no pudo evitar tensarse al notar que Sirius asentía, apretó los labios sintiéndose de pronto muy molesto ¿Por qué razón Sirius conocía ese tipo de aroma de Lucius? Aguantó el gruñido estoicamente mirando hacia su amigo.
Ambos se quedaron en silencio y Remus ni siquiera tuvo ganas de preguntar que excusa había tenido Narcissa para llegar con ellos, él ya sospechaba que había ido únicamente para fastidiarlo.
“A Lucius no le gusta comer solo” suspiró ante el pensamiento recordando que había faltado a todas las cenas, tal vez debería preguntarle al respecto a Draco.
—Remus ¿Puedo hacerte una pregunta? — salió de sus pensamientos ante la pregunta de Sirius.
—Bueno… sí. — asintió sin poder evitar la curiosidad.
— ¿Estás en una relación con alguien actualmente? —
Remus lo observó sin saber cómo responder, negó con la cabeza e iba a explicar cuando la puerta de nuevo se abrió, esta vez entró alguien completamente distinto a la dama.
—Snape. — saludó el licántropo, sintiéndose de pronto salvado. Sirius tenía la mala costumbre de enfocar toda su atención en el omega desde siempre y estaba seguro que después de muerto no se le había quitado.
— ¡Quejicus! — Se burló Sirius pero luego perdió la sonrisa — ¿Qué diablos? ¿Eres un omega? — había una genuina sorpresa en su voz y Remus recordó de pronto que él no lo sabía. Para ellos Severus había sido un beta siempre.
—Veo que estar muerto te ha atrofiado más el cerebro, Black. — se burló con desdén.
— ¡Huele horrible! — se echó hacia atrás mientras fruncía el ceño.
—Lo mismo digo de ti, perro sarnoso. — Severus ni siquiera cambió su expresión burlona.
—Sirius, por favor. Ya no somos unos críos así que compórtate. — No podía regañar a Snape, no le correspondía y le debía demasiado para decirle que estaba mal responderle a Sirius así.
—No le pides a Black que madure, Lupin, nunca lo hará. — el Slytherin sacó un vial de su túnica. 
— ¡Ey, soy muy maduro! — se quejó Sirius.
—Aquí traje tu poción, Lupin. — se la tendió y Remus la tomó en sus manos sonriendo un poco, recordaba que le había pedido por carta si podía traerla hasta el hospital y no había obtenido respuesta, se alegraba de que hubiera venido aunque estaba casi seguro de que había ido para picar a Sirius.
—Ah, gracias.
Sirius miró el intercambio entrecerrando los ojos y cruzando sus brazos de nuevo.
—Ustedes ¿Salen? — aunque trató de sonar asqueado había duda en su tono.
Remus iba a decir algo para sacarlo de su error pero Severus sonrió con malicia.
— ¿Celoso, Black? — se mofó antes de retirarse cerrando la puerta tras de él, Remus lo miró enojado porque Sirius volvió a pegar el grito en el cielo.
— ¡Remus, es una serpiente! ¡Es malo! ¡Fue un mortífago! — la furia se notó enseguida en el rostro de Sirius.
—Sirius, déjame explicártelo…— trató de aplacarlo una vez más.
— ¡Primero Harry y ahora tú, esas serpientes les han lavado el cerebro! —
— ¡Por Merlín, Sirius! ¡Yo y Severus no salimos! —
Ambos se quedaron callados unos segundos, las feromonas de enojo se podían sentir en todo el ambiente y Remus lo notó. Trató de calmarse relajándose un poco pero no le estaba gustando la situación.
Snape estaba cerca de su celo y a él no le afectaba realmente porque estaba enlazado con Lucius, pero seguramente Sirius se había sentido algo confundido ante las feromonas y ante el hecho de que el omega se mostrara totalmente indiferente hacia él incluso en esa época.
—…
¿Tuvieron sexo? Eso sería asqueroso. — Habló al final.
—No le faltes el respeto. No, no he tenido relaciones con él porque nunca me metería con el interés de uno de mis amigos aunque estuviera muerto. — Remus habló de manera calmada notando que las feromonas de su amigo seguían en aumento, tenía ganas de sobreponerse pero se controló.
— ¡Él no me gusta! — era casi como estar con un adolescente y eso pocas veces lo había molestado.
—Sirius, estabas obsesionado con él. Solo que eras demasiado toxico para darte cuenta. — trató de que no sonara muy duro pero al ver como su amigo solo fruncía más el ceño supo que la pelea no terminaría bien.
—Sí, ahora soy el toxico. —
Remus suspiró al escucharlo sintiéndose de pronto demasiado cansado para todo ese lío. No había dormido lo suficientemente bien, había dejado solo a su omega y él había encontrado una manera de distraerse.
—Sirius, no pienso tener esta pelea contigo.
— ¿Por qué ahora lo defiendes a él?
—No pienso discutir contigo. — Remus se levantó pensando que podía hablar con los Weasley para que vinieran a ver y cuidar se Sirius, estaba ya por irse pero la pregunta de su amigo lo paró.
— ¿Fue porque creíste que tenía sentimiento por él que decidiste que lo nuestro no podía ser? — Sirius alzó su voz, agarrándose del borde de la camilla sentado en ella, dejando que sus piernas colgaran.
Remus suspiró.
—…
No, no fue por eso. — salió cerrando la puerta preguntándose porque tanta insistencia por parte de Sirius, aunque enseguida salió de sus pensamientos al ver como Draco se alejaba tranquilamente pero era obvio que estaba escuchando —Draco ¿Por qué estabas escuchando? —
¿Por qué estaba rodeado de tantos adolescentes? Eran difíciles de entender.
— ¿Yo? No seas egocéntrico, Lupin. — el rubio se cruzó de brazos y Remus se sorprendió como se veía bastante quitado de pena, como que si estuviera acostumbrado a mentir así. No pudo evitar pensar en lo parecido a Lucius que era esa actitud.
—Sabes que soy un hombre lobo, puedo sentir que estuviste demasiado tiempo cerca de la puerta. — no era realmente cierto, podía decir que había pasado por ahí pero no lo había sentido al salir. Draco había tenido sus cuidados y eso lo hizo sentirse ligeramente orgulloso.
—Ustedes no pusieron hechizos de privacidad así que de nada privado estaban hablando. — Draco lo observó alzando la barbilla.
—Draco ¿Qué ocurre? — Prefirió no alargar más la conversación.
— ¿Sabes porque Black está interesado en tus respuestas? Nací de una Black y conocí algunos otros más, yo se la razón por su interés en ti y es llano ego.
No seas inocente, Lupin. Black odia la idea de que alguien que estuvo a su alrededor y tuvo sexo con él no se haya enamorado de él y no este besando la tierra por donde pisa. — el menor apretó los puños imprimiendo su enojo en cada una de sus palabras.
—Draco, lo sé. No soy estúpido, Sirius es algo inmaduro pero no es una mala persona. — admitió. Sabía, estaba seguro, que no había habido reales sentimientos románticos entre ellos.
—No deberías estar aquí. — el rubio se cruzó de brazos mirándolo enojado.
—Es mi mejor amigo y…— empezó a explicar sintiéndose aun cansado. No quería descargarse con el joven cachorro así que trataba de ser suave en sus respuestas.
—El celo de mi padre empieza en dos días. — lo interrumpió Draco y ante eso lo pudo asentir, lo sabía, por eso se sentía tan irritable y quería estar más cerca del patriarca.
—Tiene sus supresores, volveré en un par de días a casa. — prometió, a fin de cuentas no podría ocultarle por siempre a Sirius con quien se había unido y extrañaba demasiado a Lucius.
— ¿Estás enamorado de Sirius? —
—Draco, tú y tu madre están actuando extraño. — Remus arqueó la ceja ante la pregunta, preguntándose internamente porque ese día se le estaba haciendo tan largo y extraño.
—Eres el alfa de mi papá y no voy a permitir que andes revolcándote con Black cuando él te necesita más que él. — Draco lo miró con los ojos entrecerrados, con la varita en su mano pero sin apuntarle directamente.
—Lo de tu padre y yo solo es instinto. Viste como empezó y ahora tenemos las consecuencias de algunas decisiones. Además no es como que si se pudiera llegar muy lejos con una persona, solo se podrían los juegos previos. — explicó ¿Los Malfoy tenían reglas una vez que hacían un enlace? Lucius no le había dicho nada y por ello suponía que no.
— ¡Lo sé! Pero quiero que vuelvas a casa. Tú y mi padre tienen una rutina y él odia que arruinen sus rutinas. — el rubio habló como que si fuera obvio y Remus no pudo evitar recordar la última frase de Narcissa.
—Creo que él puede estar más feliz sin mí a su alrededor. — dijo sinceramente.
— ¿Se lo preguntaste o sacaste esa conclusión tu solo? — atacó enseguida el menor, Remus suspiró con fuerza y se pasó la mano por el cabello.
—Volveré pasado mañana, cachorro ¿Contento? — negoció, aunque sonrió un poco al notar ese gesto en el rubio.
— ¡Sí! Deja al trío dorado encargarse de Sirius. Maldición, es tan molesto. — Draco hizo una mueca al hablar de su tío.
—Draco. — medio regañó aunque no pudo evitar sentirse algo divertido. Tal vez luego de la pelea que tuvieron dejar a Sirius unas horas era lo mejor, se comunicaría con sus amigos para ver si alguno podía venir.
—Así que ahora me llamas “cachorro” ¿Es porque estas enlazado con mi padre? — preguntó con curiosidad.
—Sí. — admitió asintiendo, el rubio sonrió con diversión.
—Ya me imagino la cara que pondrá tu amigo…—
—Pero por ahora no se lo diré, ahora solo traten de dejarlo tranquilo hasta que se recupere. —
— ¡Esta bien! ¿Debería llamarte padrastro o algo así? — se burló, Remus negó con la cabeza revolviendo el cabello del menor sintiéndose algo divertido. Las serpientes parecían ser bastante divertidas una vez que te tragabas el veneno acido del principio.

No te metas con el lobo.Where stories live. Discover now