Familia

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Estuvieron besándose unos minutos, disfrutando de esa tranquilidad

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Estuvieron besándose unos minutos, disfrutando de esa tranquilidad. Lucius se preguntó si aún estaba dudando de su pedido pero lo dejó ir a su ritmo, acariciando su cabello y atrayéndolo un poco más hacia él.
Cuando retrocedieron algunos pasos y sintió la cama contra sus piernas se dejó sentar, pero no tuvo mucho tiempo de acomodarse antes de ser recostado en la cama de nuevo.
Notó el cambio en el ambiente enseguida, notando las feromonas sin poder evitar reaccionar ante ellas sintiendo un escalofrío. Remus acarició su mejilla suavemente antes de apartarse, se miraron a los ojos unos segundos antes de que el alfa volviera a besarlo.
Jadeó levemente dejándolo acomodarse entre sus piernas, alzando su mano para acariciar su nuca y atraerlo más hacia él antes de ser regañado con un ligero gruñido. Se quedó quieto un momento, sin saber muy bien que hacer. Pensó por un momento en devolverle el gruñido, un poco molesto por lo que había sucedido hacía un rato pero controló esa parte de él.
No se trataba de él en ese momento.
Aunque era agradable pensar que aun podía pelear si quería.
Notó los ojos dorados antes de que volvieran a besarse.
Gimió por lo bajo al sentir el cambio en las feromonas, tuvo ganas de abrazarlo y apegarse más a él pero sus brazos fueron retenidos enseguida. Se removió un poco pero al final se detuvo, preguntándose porque estaba luchando tanto ante ello cuando ya lo habían hecho antes.
⸺Remus.⸺ Susurró cuando el alfa besó suavemente su cuello, como tratando de tranquilizarlo. No sabía qué hacer y por un momento se arrepintió de no haber pensado mejor en ello.
Un omega promedio estaría más asustado y apegado a su alfa luego de un secuestro aunque fuera leve, no totalmente energético y feliz al recordar que lo había salvado. Pero tal vez el hecho de que había visto cosas más horribles suceder lo habían dejado algo insensible a esas situaciones, pero entendía su necesidad de proteger y reclamar.
El alfa agarró sus muñecas con una sola mano y deslizó la otra sobre su camisa, empezando a desabrochar los botones.
Realmente estaba bastante vulnerable, su varita estaba rota y aunque peleara no podría salir fácilmente del agarre, no tenían una palabra para detener todo él sabía que no era necesario. El nombre de la niña de ambos iba a servir, no importaba cuando descontrolado estaba el alfa siempre reaccionaría ante el nombre de su bebé.
⸺Estas controlándote.⸺ Fue en ese momento que notó que su propia incomodidad venía de las dudas que obviamente estaba sintiendo su pareja.
⸺No quiero lastimarte.⸺ Remus murmuró suavemente presionando un nuevo beso en su cuello antes de acariciar una pequeña porción de piel con los dientes, soltando sus manos. Sintió un escalofrío recorrerlo ante ello y no pudo evitar un jadeo, sintiendo su propio aroma intensificarse.
Luego de una pelea de dos alfas era normal que el vencedor marcara al omega, era algo tan arcaico que incluso sonaba estúpido. Pero era algo que había quedado en el instinto y sumado a todo lo que ellos habían pasado debía ser de pronto abrumador.
El lobo no podía morder, no podía dejar marcas y no había podido olerlo esa noche, realmente parecía lógico que su necesidad de someter y cuidar se hubiera mantenido.
⸺Por favor.⸺ Murmuró incorporándose un poco, alzando su mano y acariciando su mejilla. Tuvo ganas de besarlo o atraerlo hacia sí, pero se mantuvo quieto esperando que el otro diera el primer paso mientras sentía la piel caliente bajo sus dedos.
Esta vez cuando lo besó sintió todas las feromonas arremolinarse a su alrededor, jadeó con fuerza sintiendo que eso solo lo hizo sentirlas más profundamente. Ambos se abrazaron dejando su aroma en el otro, rodeó su cuello con sus brazos gimiendo al sentir que chupaba sobre la glándula de aroma.
Sabía que el alfa estaba dejando su aroma donde podía, manteniéndose aun sobre la ropa, así que estiró sus manos y empezó a desabrochar la camisa de su pareja, ansioso por dejar también su aroma en él.
Deslizó sus manos sobre su piel, gimiendo cuando invadió su boca nuevamente. Sentía el calor entre ambos arrasar cuando por fin quitó la camisa y apegó su pecho al de él.
Le gustaba poder moverse y parecía que no era necesario quedarse quieto, podía notar la igual emoción de su pareja en las caricias y eso lo hizo sentir bien. Su cabello debía estar desordenado y sus labios rojos por los besos que compartían, ni siquiera podía pensar en nada más que no fuera él.

No te metas con el lobo.Where stories live. Discover now