Severus y Lucius

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—Severus. — al escuchar la voz de Lucius el nombrado apenas pudo contener un resoplido. No había esperado que el rubio volviera tan pronto aunque recordando la casi pelea con Lupin no debería sorprenderle. Malfoy y Lupin no le daban más de un día de descanso antes de volver a picotear.
Esos dos se estaban apegando más de lo normal y debía investigar eso.
—Lucius, no te esperaba que volviera tan pronto por aquí. — admitió sinceramente pensando que debía quitar a los Malfoy de las protecciones, que avisaran antes si querían ir. Eran demasiado cotillas, aunque sutiles, como para dejarles pase libre.
Es más, quitaría a todo el mundo de las protecciones como tenía previsto.
—Por supuesto que no, vine a hablar contigo. — el patriarca observó el lugar y movió algunos papeles antes de sentarse, Severus apretó los labios sin decirle nada mientras etiquetaba las últimas pociones del día. No valía la pena retar al patriarca por correr sus papeles, eso solo haría que empezara a repetir la acción para llamar su atención.
— ¿Ahora tú y Lupin son como una pareja casada que se cuenta todo? — se burló, notando como su amigo desvió la mirada. Interesante, aunque con lo que había descubierto el día anterior no debería sorprenderle.
—Estamos en una tregua. — Lucius carraspeó ligeramente mientras sacaba su varita, Severus sabía que no había real peligro en ello. No dudaba de que el patriarca fuera un gran contrincante ahora que parecía mucho más sano, pero sabía que no había ido ahí a pelear.
—Parece una buena tregua, tienes un aroma a satisfecho que me revuelve el estómago ¿no pueden mantenerse sin tener sexo incluso fuera del ciclo? — negó con la cabeza, era obvio que Lucius había tratado de deshacerse del aroma antes de ir, pero ese aroma  a complacencia solo podía deberse a una genial noticia o a sexo.
Conociendo a Lucius era sexo.
—Él no es nada malo en lo que hace. — el rubio tarareó ligeramente, algo divertido. El ex profesor cerró las puertas de vidrio de su mueble antes de mirar de nuevo a su acompañante.
—Pude haber vivido sin esa información. — dijo en voz algo dramática, aunque solo para fastidiar al otro.
—Quiero hacerte una pregunta. — Directo al grano, Lucius podía tomar muchos caminos para saber lo que quería pero cuando eran dos serpientes quienes hablaban a veces era preferible ir directo al punto o se armaría una pelea de quien podía desviar más el tema.
—Está bien, hagamos preguntas incomodas. Yo empezaré y si estás dispuesto a contestar luego contestaré tus dudas. — se acercó y movió su varita haciendo que la iluminación aumentara, mirando directamente hacia Lucius aprovechando la altura que le daba seguir parado. El patriarca se paró decidiendo que era mucho más cómodo estar a la misma altura.
Bueno, eso era típico de Malfoy.
—Me parece un trato justo. — Lucius asintió, corriendo su cabello más hacia atrás. Severus se preguntó por unos segundos porque no se lo había atado antes de pensar en la interrogante.
¿Qué información podía valer lo suficiente…?
— ¿Qué sentiste cuando te acercaste a él cuando estaba en la forma de lobo? — preguntó directamente, mirando hacia los ojos del patriarca. El rubio se sobresaltó un poco pero enseguida volvió a su expresión más neutral.
— ¿Cómo…?— Severus ni siquiera lo dejó terminar la pregunta.
—Lo vi en un recuerdo de Black, ahora ¿Estás dispuesto a responder? Sabré si mientes. — le recordó antes de caminar alejándose de él mientras revisaba que ninguno de sus viales faltaba, si Lucius quería seguir la conversación debería seguirlo y eso hizo.
—Si, por supuesto. Se sintió extraño, al principio yo… estaba alterado, pero cuanto más me acercaba sentía más calma. Cuando llegué a la barrera y él se apoyó en ella… no lo sé. Fue cálido. Me sentí mareado y caliente, casi como si tuviera fiebre. — Lucius sonó un poco pensativo mientras se detenía fuera del lugar donde su amigo guardaba sus ingredientes menos peligrosos.
—Excitación. — Severus habló mientras cambiaba de lugar uno de los frascos, mirando apenas de reojo la expresión pasmada del patriarca y ocultando su sonrisa divertida.
— ¡Por supuesto que no! — exclamó ofendido, con el rostro algo rojo.
—Tu cuerpo está diseñado para aceptarlo en cualquiera de las dos formas. — Era bueno manteniendo sus tonos en desinterés, pero era realmente divertido molestar a Lucius.
—Yo nunca… jamás…— el rubio negó varias veces como que si estuviera tratando de encontrar las palabras pero no lo lograba.
—Que nunca seas capaz de hacerlo no quita que tu omega si es capaz. Instintivamente no lo sientes como alguien peligroso hacia ti, es otro nivel de confianza que este en su otra forma.
Dime ¿Qué te detuvo de pasar? — se dio la vuelta para mirarlo pero solo fue un instante antes de salir, cerrando y sellando la puerta detrás de él. 
—Él se distrajo con Sirius, empezó a perseguirlo. — Lucius no se movió dejando que el ex espía caminara por el laboratorio.
—Así que te fuiste ¿Qué crees que hubiera pasado si pasabas? — se burló ligeramente.
—No lo sé, tal vez ahora estaría muerto o sería un hombre lobo. — el rubio dudó solo unos segundos antes de contestar, Severus prefirió no burlarse de ese ligero traspié de su amigo.
—Los licántropos no suelen morder a sus parejas porque sienten que podría ser un shock, podría afectar tu fertilidad, tu confianza y, sobre todo, podría ser causa de miedo. Ellos no buscan un esclavo, buscan un igual.
Y también, alguien que pueda darles cachorros no solo una vez si no que acepte volver a tenerlos. Si hay miedo, lo más probable es que solo tenga una oportunidad. — explicó, aun le faltaba mucho que leer del libro, pero al menos ahora tenía una fuente de información.
Lo que no entendía era como varios hombres lobos parecían no tener esa consideración ¿Acaso los que mordían a sus parejas para convertirlas contra su voluntad lo hacían con una conciencia humana?
—Entonces… si hubiera pasado ¿Él…? ¿Entendería el rechazo? — Lucius dudó, solo unos rastros de temor en su voz. Severus salió de sus pensamientos y lo observó de reojo.
—No lo tomaría en absoluto bien, aunque hay gran variedad de formas en las cuales puede reaccionar. Podría sentirse completamente herido o incluso podría ser que ni siquiera entendiera tu rechazo tomándolo solo como un juego. — Severus dijo sinceramente, pensando que no había mejor forma para decir aquello.
— ¿Por qué me hiciste esa pregunta? — Lucius se apoyó contra la mesada, Severus se detuvo al fin para mirarlo a la cara de nuevo.
—Porque quiero que pases la barrera cuando este convertido. — Dijo determinante, mostrando seriedad en su rostro para que notara que no se trataba en lo absoluto de una broma.
— ¿Qué? Estás loco. — Lucius negó con la cabeza.
—Le daré una poción matalobos mejorada, yo estaré vigilando que no te haga ningún daño, Lucius. — Prometió, aunque tal vez debería hacerlo a las espaldas de Lupin, no sabía cómo él podía reaccionar.
Aunque ya podía imaginar al alfa viniendo al siguiente día para reclamar el hecho de que hubiera puesto en peligro a su omega al mandarlo con él ¡Cómo que si él no tuviera formas de proteger a Lucius!
—Quieres usarme como un conejillo de indias. — Lucius habló amargamente y Severus arqueó una ceja, ese tono no lo convencería a él.
—Debiste pensarlo antes de robarme. — sonrió de lado.
— ¿Todo esto por una prueba de embarazo? — Lucius se cruzó de brazos apretando los labios, mirándolo mientras entrecerraba los ojos, como tratando de decirle lo injusto que estaba siendo.
—Sí, debo aprovechar la oportunidad. — Y la había aprovechar bastante bien. Tal vez sería la única oportunidad que tuviera para investigar, estaba seguro que luego de eso no podría convencer de nuevo al rubio de intentarlo.
—Es mi turno de preguntar ¿Te sientes atraído hacia Black? — el patriarca lo observó y el omega menor no desvió su mirada esta vez. El de cabellos negros respiró profundo.
—Instintivamente, sí. — se sinceró, con tranquilidad. Había pensado en eso varias veces y sus verdaderas emociones no se reflejarían en su rostro.
— ¡Pero él siempre fue malo contigo! — el patriarca golpeó ligeramente el suelo con su zapato como que si no pudiera creerlo.
—Creo que mi instinto está atrofiado luego de tantas maldiciones y estrés, solo se aferró a un alfa de su pasado. — Porque era una de las teorías que tenía, además del karma, claro está.
—Que justamente trató de matarte. — Lucius suspiró para luego acercarse más, Severus lo dejó sin dejar de mirarlo.
—Irónico ¿No lo crees? — sonrió de lado, sardónico.
—Tú no mereces eso, el karma parece tener debilidad conmigo. — el rubio admitió, el de cabellos negros dejó escapar una pequeña risa.
Si, dentro de todo, el destino parecía tener predilección por los Malfoy. Los golpeaba solo para luego abrazarlos y decirles “Ya está”
O solo era la suerte de los bonitos.
—Los Malfoy siempre han tenido suerte. — aceptó. O mucho dinero, también.
—Podrías… aprovechar, ver si esa debilidad solo es de tu parte o por su parte también. — Lucius quedó a pocos pasos de él.
—A diferencia de ti, no me acostaría con alguien solo por “aprovechar” — se medio burló, cruzándose de brazos sin retroceder.
—Luego podemos asesinarlo y decir que fue algún efecto secundario de haber estado muerto. — Lucius sonrió de lado, sin decirlo de verdad. No importaba cuanto le desagradara Sirius, no podía arriesgarse a ser tirado a Azkaban.
—Lupin se sentiría muy traicionado. — arqueó una ceja, poniendo especial atención al ligero respingo del patriarca. Incluso aunque fuera una broma, Lucius parecía pensárselo.
—Él no tendría por qué enterarse. — murmuró por lo bajo, al fin. Como que si él pudiera estar escuchando.
— ¿Desde cuándo te interesan sus sentimientos, Malfoy? — Severus lo miró directamente a los ojos de nuevo, Lucius se removió algo incómodo.
—No me interesan. — alzó la voz, el aburrimiento fingido plasmado en su tono.
—Te estás encariñando con él. — Y eso parecía ser lo de menos. Lucius parecía tener una debilidad fuerte por el licántropo pero no era momento de exponerlo.
Se preguntó si Lucius lo notaba, lo más saludable que se veía, el aura más feliz que tenía desde hace un par de días.
¿O todo provenía del embarazo?
—El mismo cariño que uno puede tener por un perro. — Lucius quitó una pelusa invisible de su túnica y Severus sonrió.
¿Lucius realmente se creía esas palabras?
—Bueno, no es él quien se deja follar. — se burló, prefiriendo no hacerle ver algunos puntos sobre el tema.
No, el rubio no se los tomaría bien.
Ni siquiera estaba seguro si el rubio estaba preparado para darse cuenta.
— ¡No hay nada de malo en mi posición en la cama! — el omega mayor gruñó y Severus apenas pudo contener las ganas de retroceder. Las feromonas de Lucius siempre habían sido más fuertes y más intimidantes que las de él.
—Él no confía en ti para otra posición. — dijo seriamente, notó algo de confusión en el rostro del rubio y algo más, que apenas pudo definir.
—Debo ir al medimago. — habló rápidamente.
—Cambio de tema radical ¿Por qué me lo comentas, Lucius? ¿Quieres que te acompañe? — se burló caminando hacia las estanterías, aunque ya las había revisado.
—Sí. — el patriarca asintió.
— ¿Disculpa? — el menor arqueó la ceja algo sorprendido pero tratando de no demostrarlo, no se había esperado ese pedido del mayor.
—Quiero que me acompañes. — dijo esta vez directamente, Severus suspiró.
— ¿Por qué no vas con Lupin? — preguntó sintiendo algo de curiosidad, ahora que el patriarca parecía genuinamente interesado en el hombre lobo lo sorprendía que lo apartara. Aunque tal vez solo estaba demasiado avergonzado como para ir con el alfa.
—Porque confío más en ti. — seguramente era una mentira, pero Severus prefirió no discutirla.
Oh, Lucius no debería confiar en él. Recordó ligeramente la poción del día anterior y sintió una ligera punzada, pero la ignoro.
En dos meses decidiría si volver a dársela o no.
—Malfoy, nunca olvides que te traicione. — le recordó. Aunque hubiera sido por la guerra, ambos habían estado de bandos distintos y él infiltrado. Había vuelto su relación con el rubio solamente amistosa cuando se volvió espía, pero eso no quitaba que se había aprovechado de su confianza.
Pero, después de todo, no solo hablaba de eso. No había sido la única vez que se aprovechaba de la confianza y el miedo del rubio.
—No lo olvido, pero ahora mismo estamos del mismo lado. — Lucius sonrió, Severus no pudo evitar pensar que Lupin lo había ablandado.
¿Quién iba a creerlo? Un mestizo, criatura… pero lo suficientemente alfa para atraer al rubio. Era como un karma, pero un karma que luego de acostumbrarse era de alguna forma bonito.
—Está bien, te acompañaré. Solo para ver qué tan avergonzado te encuentras de lo que diga el especialista. —
Y también debía verificar que la poción hubiera funcionado bien.
Llegaron a Malfoy Manor sin contratiempos, el patriarca pudo verificar que los elfos habían hecho un gran trabajo manteniéndola y mejorándola. Severus siguió al rubio hacia una de las habitaciones donde normalmente recibía al medimago, el cual parecía ya estar ahí.
Al ex profesor no le sorprendió ver al mismo hombre envejecido de hacía veinte años que había ayudado a Narcissa durante su embarazo y el cual le había explicado los peligros de usar supresores tan fuertes y anti feromonas como lo hacía él. Por supuesto que había escuchado y entendido, y luego creo pociones mejores con menos efectos secundarios para poder seguir tomándolas.
—Señor Malfoy, señor Snape ¿Han vuelto a…?— El anciano inclinó ligeramente la cabeza mientras Lucius se sentaba en el sillón  en frente del mayor, Severus no pudo evitar el ligero tarareo de burla.
—No se atreva si quiera a insinuarlo, su alfa se enojara. — Se mofó mirando de reojo a Lucius mientras este lo miraba enojado.
—Oh, entonces los rumores eran ciertos. — Asintió el medimago mirando hacia el cuello del patriarca el cual había dejado a la vista la doble marca mientras se quitaba la túnica, pero aun manteniendo el pantalón y la camisa que llevaba debajo.
—No es Harry Potter. — Resopló el rubio recordando lo que había dicho el diario.
—Sí, eso también lo suponía. — Mientras ambos hablaban el omega menor aprovechó para mirar alrededor, era una habitación poco usada pero bien cuidada, solo algunos muebles y decoraciones habían alrededor y también había un hermoso ventanal por donde entraba bastante luz.
Escuchó sin prestar verdadera atención algunas preguntas normales del medimago hacia Lucius, sintiéndose algo divertido cuando el rubio bajaba un poco la voz o parecía ligeramente nervioso. Volvió a mirarlo cuando al fin terminaron notando que el sanador le pedía que se quitara la camisa, por la posición él fue el primero en mirar la espalda del ex príncipe de Slytherin y no pudo evitar sorprenderse.
¿En qué diablos pensaba Lucius en no tomar las pociones para curar todo eso?
Miró los moretones que casi borraban, por un momento pensó si eran golpes pero enseguida reconoció que se trataban más de cuando alguien era apoyado bruscamente contra algo. Lo peor que tenía eran las mordidas que en ese momento estaban cicatrizadas pero aun podía notarse que habían sido lo suficientemente ondas como para dejar la marca de los dientes en su piel. Seguramente habían sangrado.
El medimago observó con algo de sorpresa y para ninguno de los presentes se le pasó la forma en que el patriarca se aferraba al costado.
—Lucius…— Murmuró el sanador con genuina preocupación, Severus no pudo evitar volver a prestarles toda su atención sintiendo un poco de duda de cómo había terminado así.
—Tenía los supresores, salí con otro alfa. — Lucius miró a otro lado mientras agarraba un lazo y luego su cabello para atárselo en una cola alta, para que pudiera ser más manejable al quitarlo para que el medimago revisara más su espalda.
—Eso no le da ningún derecho… no deberías permitirle…— El anciano apretó los dientes, como si hubiera visto esas marcas antes o peores. Severus no pudo evitar arquear una ceja ¿Incluso un alfa tan tranquilo como Lupin podía reaccionar tan mal porque su omega estuvo con otro? ¿Qué se podía esperar de alfas mucho menos templados?
—Por Merlín ¿En serio tengo que explicarlo todo? Yo… uhm… tenía mi varita conmigo. Nunca inmovilizó mis manos e incluso me pasó la varita varias veces. — El patriarca sonó avergonzado, apoyando sus manos en sus propias rodillas. Severus se sorprendió genuinamente pero ni siquiera lo demostró, a Lucius no solían gustarle mucho las marcas.
— ¿Por qué no usaste nada para curarte? — Preguntó el medimago mientras se alejaba un paso, ya habiendo analizado la situación. Lucius miró a su amigo de reojo aclarándose ligeramente la garganta para responder.
El pocionista se sintió algo divertido por ello, seguramente se estaba arrepintiendo de haberlo traído.
—Las marcas… se sienten bien. — Murmuró el rubio al fin.
—Oh, está bien. Acuéstate entonces, haré algunos hechizos. — Asintió el anciano.
—Está bien. — Lucius aceptó antes de acostarse boca arriba, una vez que estuvo cómodo el medimago murmuró varios hechizos de diagnóstico tardando varios minutos en volver a hablar.
— ¿No tomaste supresores durante tu celo? — Preguntó directamente, Lucius enrojeció. Esa pregunta ya se la había hecho antes y la había respondido.
— ¡Si lo hice, durante todo el tiempo! — se quejó enojado. Severus sonrió ligeramente mientras negaba un poco con la cabeza, no le sorprendería en lo absoluto saber que en algún momento no había tomado sus supresores.
—Puedo decir que anudo en ti las suficientes veces como para que la magia lo note sin un hechizo exhaustivo. Los supresores evitan varias de tus feromonas que logran hacer que un alfa pueda formar un nudo. — explicó el medimago retando ligeramente al patriarca.
—Bueno… él es… tiene sangre de criatura. Anuda siempre, incluso cuando no estoy en calor. — Lucius apretó los puños mirando hacia otro lado donde no estuviera ninguno de los dos presentes, Severus se alejó un poco más tratando de darle algo de espacio mientras volvía a observar alrededor, solo esperaba que llegaran a la parte que realmente le interesaba.
—No deberías dejarlo anudar cuando estas en celo. — Habló determinante el anciano.
— ¿¡Por qué!? — Fue casi gracioso notar lo ofendido y sorprendido que sonaba el patriarca.
—Que anude y eyacule en ti activa tus propias hormonas, Lucius. Es como que si tomaras una poción para anular el supresor.
La verdad, me sorprendería bastante que no estuvieras esperando. — Regañó el mayor de la habitación, ningún otro medimago se tomaría esas libertades pero el hombre había atendido a Lucius desde que era un niño pequeño y luego un poco más intensamente cuando se reveló que era un omega.
— ¡No lo estoy! Y en ningún momento mi supresor falló. — Lucius negó con la cabeza apretando los puños para luego respirar algo profundo para calmarse.
—Obviamente no puede anular totalmente el supresor, por lo que no lo notarías demasiado. Pero si afecta bastante su parte anticonceptiva, yo también aconsejo que no lo dejes anudar los días posteriores a tu celo si quieres evitar un embarazo. — Previó.
— ¿Por qué nunca lo comentó antes? — Lucius sonaba entre ofendido y preocupado, Severus solo los miró sobre su hombro unos segundos antes de acercarse al ventanal para mirar el jardín. Sonrió un poco al ver que algunos pavos reales seguían caminando por allí.
—Los alfas normales, incluso los de alta categoría, nunca anudan a un omega con supresores al menos que sea para marcarlo. Notando que su marca es de hace casi seis meses, no tendría sentido que pudiera anudarte.
Las únicas excepciones son las criaturas pero usted siempre fue… reacio a ellas. — Todos los Malfoy, en realidad. Había sido un lío cuando se dieron cuenta de las pequeñas líneas de sangre que tenían mezcladas con Veelas algunas generaciones atrás, pero al final habían decidido que los veela era las “menos peor” criaturas con las cuales su sangre se pudo haber mezclado.
—Aghhh ¡Y todavía soy reacio! Solo… él… — Lucius trataba de explicar.
—Es un hombre lobo. — Acotó el omega menor sin observarlos, aun mirando hacia afuera a través del vidrio.
— ¡Severus! — se quejó el patriarca.
—No se preocupe, tenemos un  contrato de confidencialidad, no puedo decir nada de lo que hablemos aquí. — Le recordó el medimago que apenas pudo ocultar su sorpresa.
— ¡Bien, bien! ¡Lo es! ¡Y siento que me calma bastante que anude en mí! — Enrojeció aceptándolo, Severus resopló ligeramente, divertido.
—Por supuesto, en ese momento lo único que quieres es concebir, se siente mucho mejor porque te ayude a eliminar la parte anticonceptiva del supresor. Les aconsejaría usar hechizos anticonceptivos además del supresor y evitar el anudamiento en su totalidad.
Ahora haré una prueba de embarazo. — Explicó el medimago apoyando solo unos segundos su mano sobre la cabeza del patriarca, este se tensó ligeramente pero luego se relajó.
—Bien. — Lucius apretó los labios, Severus observó como el medimago pasaba la varita por el vientre de su amigo, no pudo evitar tensarse así que les dio la espalda mientras se distraía mirando algunos de los adornos.
—Tuviste suerte esta vez. Pero no creo que puedas evitar concebir de nuevo si no tomas mis consejos. — Sonrió el anciano, el pocionista sonrió ligeramente, no había estado del  seguro todo ese tiempo pero ¡La poción había funcionado! El anciano ni siquiera lo había notado.
—Está bien. — El patriarca asintió.
—También te daré recetaré algunas pociones y ungüentos para tus heridas. No voy a juzgar que tan rudo son entre ustedes, pero trata de que no se salga de control. — Aconsejó el anciano.
—Nunca nada se me sale de control. — Gruñó ligeramente el rubio.
—Lucius. — Severus dijo su nombre casi con burla, recordándole todo lo que se le había salido de control en lo que respectaba a Lupin pero el patriarca no se dio por aludido mientras se sentaba de nuevo en el sillón.
— ¿Has revisado a Draco recientemente? — Preguntó hacia el medimago.
—No puedo decírselo. — El anciano sonrió suavemente con culpabilidad, la confusión se expresó en el rostro del rubio pero solo unos segundos antes de que la furia lo reemplazara.
— ¡Yo soy el padre de Draco! — Le recordó, enojado.
—Pero ahora que él tiene un alfa, usted perdió el poder sobre él. — Explicó suavemente el anciano.
— ¿Entonces… usted podría decirle al alfa a quien me enlace lo que hablamos aquí? — Lucius dudó, de pronto más preocupado por ese detalle. Severus supuso que luego hablaría con Draco, el pequeño Slytherin siempre terminaba por confiar en su padre tarde o temprano.
—Sí, fue su padre quien hizo el contrato así que sí. — asintió.
— ¡Quiero cambiar eso! — Reclamó enseguida el rubio.
—No hay problema.
Parece que estás bien de salud y que has dormido bien ¿Compartes habitación con tu compañero, verdad? Eso ayuda a que muchas hormonas y feromonas se regulen. Sigue manteniendo la dieta saludable, el ejercicio y el sueño. — aconsejó calmando la situación.
—Muy bien, tomaré lo necesario para curarme entonces. — Lucius murmuró mientras se abrochaba la camisa de nuevo, agarrando la túnica para poder colocársela de nuevo.
— ¿Un embarazo a esta edad sería riesgoso para él? — el pocionista no pudo evitar preguntar, mirándolos de nuevo. El medimago lo observó.
— ¡Severus! — Reclamó el patriarca aunque su voz sonaba ligeramente avergonzada.
—No, no lo sería. Sabiendo que los magos somos más longevos aún no está en su edad critica, aún falta antes de que sus ciclos empiecen a ser más irregulares y luego empiecen a desaparecer. — Explicó suavemente el anciano, sonriendo un poco.
— ¡No estoy tan viejo! — Gruñó el patriarca, ofendido, antes de pararse terminando de acomodar su ropa y agarrando su varita de nuevo.
—Lo sé, muchacho. Aun eres joven. — Habló mirando a Lucius antes de mirar hacia Severus — ¿A usted un medimago le recomendó dejar los supresores o lo ha hecho en su propia cuenta? — preguntó.
—Medimago. — Severus no dudó ni cambió su expresión ante la pregunta.
—Espero que tenga un lugar seguro donde quedarse si no quiere compartir su celo con ningún alfa. — un poco de preocupación se dejaba entrever entre sus palabras, Severus asintió. Ese hombre tenía la mala costumbre de apegarse un poco a sus pacientes aunque siendo un medimago de familia que los conocía desde que eran adolescentes –en caso de Severus- o de bebés –en casa de Lucius y Draco- eso era demasiado fácil.
—Si tengo un lugar, ya llevo algunos ciclos así. — Explicó asintiendo.
—Solo pasaste dos. — le recordó Lucius.
—Es más recomendable si puedes pasarlo con un alfa de tu confianza, tomando él los supresores, por supuesto, para evitar la mordida y el embarazo. — Aconsejó el anciano, Severus suspiró negando con la cabeza.
—No confío en nadie para ello. — Admitió, porque era la verdad. Ni siquiera podía tomar los “supresores falsos” que lo único que dejaban era la conciencia porque si no tendría que empezar de nuevo y pasar un celo completo solo seguía siendo una agonía bastante incomoda. 
—Oh, como la última vez que te revise…— El anciano frunció el ceño pero Severus lo interrumpió enseguida. El hombre había hecho malas interpretaciones cuando tuvo que verlo entre medio del año escolar algunos años atrás, pero para un medimago no debería ser difícil entender que el aroma de un alfa de alta categoría se pegaba a todo.
Tal vez por ello siempre se le hacía tan molesto tenerlo como otro profesor en Hogwarts, al ser una criatura sus feromonas nunca estaban del todo aplacadas.
—No, en lo absoluto no. Solo hacía pociones para él y actualmente, es el alfa de él. — inclinó un poco su cabeza hacia Lucius quien había fruncido ligeramente el ceño como tratando de entender la implicación.
—No quise ser indiscreto. — Se disculpó el anciano.
—No lo ha sido, se le enviará el dinero como de costumbre. — Lucius habló bastante quitado de pena antes de pararse, caminando hacia la salida. Severus suspiró y se despidió antes de salir detrás del patriarca.
—Lucius, no te comportes como un niño. — Lo regañó cuando pudo alcanzarlo y caminar a su par, los celos irracionales del omega siempre eran divertidos cuando no estaban dirigidos hacia él.
—Él tiene razón, ustedes dos serían más compatibles. — Lucius se detuvo antes de mirarlo, no tenía su varita en sus manos. Severus lo observó sin hacer caso a la expresión neutral del mayor.
—Lucius, no me hagas drama por esto. — Realmente esperaba que no lo hiciera, no por una tontería y por una suposición falsa del medimago.
— ¿Acaso me equivoco? Tienen muchas cosas en común y no serían una mala pareja. Cuando todo esto termine tal vez…— El rubio habló con tono neutral, como que si estuviera contando algo intranscendental pero conocía demasiado bien cuando usaba ese tono.
— ¡Por Merlín, Lucius! ¡No te atrevas a voltearme la cara ahora por un comentario inocente del medimago! — Sacó su varita pero no apuntó hacia el rubio, solo la sostuvo aferrándose a ella con una mano tratando de que se notara que estaba fastidiado y que no iba a tolerar eso.
— ¿Quién se sentiría amenazado por un omega como tú? — Lucius frunció el ceño y Severus se tranquilizó, ahí estaba. El orgullo del rubio siempre ayudaba en estos casos, sobre todo para hacerle ver que no tenía nada de que preocuparse.
—Entonces no te comportes tan ofendido, eres un dramático. — Sonrió ligeramente antes de seguir caminando hacia la salida, notó como el patriarca tardó unos segundos en caminar tras él.
— ¿Por qué no me respondiste? — Reclamó el mayor y Severus no entendió porque estaba enojado ahora.
— ¿Disculpa? — Se detuvo de nuevo mirando hacia Lucius como que si este fuera uno de esos estudiantes que habían cometido un error pero no uno tan grave.
—No te ofendiste en lo absoluto por la frase. — El rubio se cruzó de brazos, aun con el ceño fruncido en señal de molestia.
—Un omega de tu alcurnia no se sentiría amenazado por un omega de mi categoría, eso es demasiado obvio. — Remarcó, sin entender de donde venía el escándalo. Hacía unos momentos el rubio había estado molesto por la insinuación de que pudo haber algo entre él y Lupin y ahora… ¿Qué?
— ¡Deberías tener más autoestima respecto a ti como omega! — Oh, Lucius siempre había sido tan molesto con ello.
—Confío en mi mente, Lucius. — Respondió sinceramente porque no valía la pena engañarse con su aspecto físico o como era respecto a su parte omega. Siempre la había suprimido y era obvio que estaba atrofiada.
—Pero no en tu apariencia, ni en tus feromonas. No lo entiendo, sobre todo sabiendo la lista de alfas con los que estuviste en tu adolescencia. — Lucius atacó directamente.
—Nunca debí haberte dicho eso. Pero si no te lo decía no te iba a quitar de la cabeza que me habían violado o algo así. — Se pasó una mano por su cabello en señal de molestia, odiaba cuando Lucius sacaba a relucir conversaciones que tuvieron incluso antes de que naciera Draco.
— ¡Con el historial de tu vida no me sorprendería que alguna vez alguien lo haya hecho! — Reclamó con preocupación, Severus resopló ligeramente.
—Pero nunca ocurrió, desde el primero hasta el último fue consensuado. — Fue sincero en ello, su padre nunca lo había odiado por el hecho de ser omega, solo por ser mago. Si él hubiera sido alfa su padre lo hubiera matado sin miramientos, ser omega le había salvado la vida.
—Entonces no entiendo porque desconfías tanto de ti, siempre has tenido mano con ellos o al menos, lo tuviste antes de llenarte de supresores y anti feromonas. — Lucius le recordó, Severus suspiró ¿Cómo el rubio no notaba que no se trataba de eso?
—El sexo no se trata de ser atractivo o no, Lucius. El sexo es tener un hoyo donde meterlo y ya. — Se sinceró. No era tan difícil obtener sexo ¡Mucha gente lo obtenía! Y no era necesario ser bonito para ello o tener algo especial, solo era necesario estar lo suficientemente caliente como para que no importara.
— ¡Creí que te había quitado esas ideas! Yo te dije que era lo que ellos veían en ti pero no me creíste. — El rubio lo miró con enojo.
—Lucius, el único que lo veía eras tú. No puedes decirme como ellos me veían, eres un omega. Entre omegas sentimos más respeto entre nosotros, sabemos cómo satisfacernos pero no es lo mismo. — Trató de aplacar la pelea, no estaba muy dispuesto a re abrir ese tema.
—Sí, había olvidado lo que yo fui para ti. — Lucius sonó genuinamente herido y eso hizo reír al pocionista.
— ¿Por qué diablos suenas tan ofendido? ¿No toleras que alguien no te haya querido? — Se burló, sabiendo que el patriarca podía sacar muchas de sus conversaciones. Si, había creído las palabras de Lucius, pero luego Lily murió, todo se volvió un caos y tuvo que empezar a dar clases.
Había suprimido su parte omega porque era una debilidad, porque los ciclos de celo distraían, porque no dejaban su mente despejada. Había sido útil no llamar la atención de nadie y se dio cuenta que era bueno haciendo eso.
Las palabras de Lucius se habían vuelto solo palabras bonitas a las cual se había aferrado por un ego estúpido.
— ¡No tolero que no te quisieras a ti! ¡Y que reflejaras ese poco cariño hacia ti conmigo! Y por si no te acuerdas, en ese tiempo estaba enamorado de mi esposa y eso no evitó mi debilidad contigo. — El patriarca lo miró furioso.
—Solo tuviste lastima. — Severus habló con frialdad.
— ¡Golpearé tu cabeza contra la pared! ¡Cómo te atreves! ¡Yo no me acuesto con nadie por lástima! Solo porque me atraen. — Reclamó antes de empezar a caminar, abrió la puerta para salir y la dejó abierta para que el pocionista también pasara.
—Con Lupin fue para obtener algo. — Le recordó, aunque no comentó el hecho de que Lucius se seguía acostando con él seguramente porque le atraía.
—-¡Pero tú no eres un alfa! ¡Y no había nada que obtener contigo! ¡Ya te habías unido a los mortífagos! — Lucius apretó los puños.
— ¿Eso debería hacerme sentir mejor? — Se burló el menor.
— ¡Es tan difícil hablar contigo! — Negó con la cabeza, Severus casi quiso reírse ¡Como que si fuera fácil hablar con Lucius!
—A Lupin no le gustará escuchar esta conversación. — Atacó mirando a los ojos grises, notó como el patriarca apretó la mandíbula.
— ¡A quién le importa! — Reclamó el rubio sin desviar su mirada.
— ¡A ti! ¡Por qué lo único que te aterra de tener un bebé es que él creerá que te aprovechaste de su confianza y estás obteniendo más beneficios por detrás! — Se sinceró y apretó más la varita en su mano, respiró profundo tratando de calmarse. No le gustaba perder así sus estribos, sobre todo en presencia de Lucius porque al final del día le daba la razón al patriarca.
— ¿A qué viene eso? ¿Es por mi unión? ¡Es una simple tregua! ¡Es una ilusión que se romperá en seis meses! — Lucius alzó su varita pero no pronunció ningún hechizo, Severus solo la alzó en reflejo.
A veces Lucius podía ser tan terco y cabeza dura, cegándose ante su propio ego para no aceptar algunas cosas que sucedían.
—Bueno, te acuestas con él todas las noches. — Remarcó, con tono más bajo pero aun manteniendo la burla en sus palabras.
— ¿Y te sientes celoso de ello? — Lucius se acercó un paso y Severus casi resopló ¡No se trataba de eso!
— ¡Ninguno de los dos me interesa, Lucius! ¡Pero si, es algo envidiable lo que tienen aunque sea falso! — Porque sabía que no era del todo falso. Hacían cosas que no tenían que hacer y encajaban de una manera extraña pero encajaban al fin.
Todos parecían darse cuenta eso excepto ellos.
—Lo único que obtenemos del otro es sexo, no hay nada que envidiar. — El patriarca bajó su varita, una ligera confusión podía verse en su rostro.
—Por Merlín, Lucius. Eres inteligente, si no te das cuentas es porque no quieres. — Siseó empezando a avanzar otra vez, quería llegar a algún lugar donde pudiera desaparecer.
— ¡Ey, espera! — Lucius reclamó antes de ir tras él, pero el pocionista desapareció antes de que lo alcanzara.

No te metas con el lobo.Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ