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Temeroso.

Esa palabra describía a Jimin completamente de pies a cabeza. Sus manos entrelazadas en sus piernas las apretaba tratando de saciar la inquietud que quería dominarlo. Se mordía el labio reteniendo el miedo que anhelaba evacuar con la verdad, percibía la mirada penetrante de la mujer sentada frente suyo, inspeccionándolo, admirando las características físicas que poseía el castaño.

Él mantenía la cabeza gacha, no quería ser pillado y castigado. A Jimin le era imposible mentir mirando a las personas a los ojos, a toda costa las evitaba; aquella técnica siempre la utilizaba su madre para saber qué pasaba u ocultaba su hijo cuando se comportaba de manera extraña. Algo que cada día, y más ahora, jugaba en contra del joven.

- ¿Puedes mirarme, por favor? -pidió amablemente.

El menor tembló, escalofríos corrieron por toda su espalda divirtiéndose de lo que provocaban, los nervios aumentaron y el rojo de sus manos se volvió más intenso. Jimin levantó la vista aparentando estar tranquilo y esa actitud tan miedosa que representaba solo la produce la timidez.

- ¿Cuál es tu nombre? -inició con el principal dato.

-Park Jimin, señorita.

- ¿Por qué estás tan nervioso, Jimin? Es una entrevista, nada más. ¿Acaso escondes algo? -bromeó escribiendo en el libro. Como no escuchó ninguna risa, de inmediato supo que pasaba algo con el muchacho.

Muchos candidatos eran tímidos al comienzo, pero luego con las palabras que fluían durante la conversación surgía un gran alivio y la confianza nacía a su alrededor; los temores se evaporaban y con una entrevista exitosa se iban a sus casas. Pero Jimin estaba tenso, al borde del pánico, iba de la mano con la preocupación. La mujer omitió las primeras preguntas, se alertó pensando que sería algún maleante en busca de venganza con el rey mediante la Selección; ella sin inmutarse en cambiar las facciones de su cara indagó en la vida del joven.

- ¿Qué ocultas? ¿Quieres hacer un atentado contra el rey si es que ingresas en el palacio real?

Jimin frunció el ceño.

- ¿Atentado? ¿Cree que soy un terrorista?

- Si no es eso, ¿entonces qué?

Él negó con la cabeza, quedándose mudo, incapaz de decir una palabra acerca de su amistad de años con Dahyun.

-¡Soldado! -llamó la mujer a la autoridad. El muchacho abrió los ojos asustado; no sabía cuál era peor, ser azotado en el Centro, quedar con heridas que se tardarían meses en regenerarse, o ir a la cárcel donde no podría trabajar, no podría llevar dinero a su familia, su madre tendría que trabajar el doble y si eso ocurriera su progenitora no viviría mucho tiempo, sus hermanas quedarían huérfanas y morirían de hambre. Ni en sueños permitiría eso.

Estaba en jaque.

-Tengo una amiga. -La mujer volteó al oír la voz baja del joven-. Y es una Cuatro.

La entrevistadora negó con la cabeza sopesando qué debía hacer, Jimin estaba cometiendo un delito y aquello no debía pasarlo por alto; ella era muy apegada a las leyes de Seúl y siempre las cumplía porque era su deber. Pero algo en el castaño le hizo confiar y por primera vez ser una inmoral en su trabajo, suponía que él iba a hacer un gran cambio en el reino. Quizás se estaba confundiendo, quizás sentía compasión, pero ella sí reconocía que no era un chico malo.

-Por favor, soldado, traiga un vaso de agua -pidió cuando el hombre de uniforme llegó a la oficina, apiadándose de Jimin.

El muchacho le sonrió contento.

-Gracias.

-¿Número de casta? -continuó con la entrevista.

-Siete.

La mayor levantó las cejas impresionada, era el dígito más bajo que había anotado.

-¿Edad?

-Diecisiete.

-Sólo una pregunta más, ¿por qué quieres entrar? -dejó el lápiz en la mesa y entrelazó sus dedos debajo de su barbilla.

Algunos minutos pasaron junto con el silencio de Jimin, éste estaba derrotado, ya no le importaba seguir con otra farsa.

-Por el príncipe Min Yoongi -mintió.

La mujer no muy convencida de su respuesta finalizó el interrogatorio, dándole una sonrisa por el tiempo que le dedicó al venir ahí y su honestidad aunque haya tratado de ocultarla. Le pidió que se retirara y al soldado le ordenó que hiciera pasar al siguiente. Para el joven todo iba de una esperanza a la mismísima porquería. ¿Qué era de esperarse siendo pobre, acaso iba a ser "¡Por supuesto, ya has entrado; tu familia tendrá una mejor vida ahora, despreocúpate!"?

Jimin pensó cuando estaba saliendo del lugar que esa entrevista había sido corta a comparado con las otras que duraban casi veinte minutos y la de él solo diez. O lo había arruinado o era un peligro seguir estando ahí. Apretó sus manos por última vez antes de encontrarse con la gran muchedumbre destartalada y chillona, despojó la tensión retenida en sus músculos y se encaminó en el encuentro con su hermana.

Se ordenaba a sí mismo mantener una postura donde no demostrara el inmenso fracaso que tuvo, aguantaba la frustración aunque las ganas de despedazar a cualquier cosa estaban a punto de colapsar e ir más allá de límites ordenados.

Cuando la divisó, no tenía ganas de responder la nueva ronda de preguntas por parte de SoDam, sabía que estaría interesada en saber lo que pasó, pero no quería a nadie cerca de él, ni siquiera a Dahyun que estaba seguro que le daría ánimos; pero con lo ocurrido solo deseaba estar lejos de ella. Su hermana se acercó y con el mejor positivismo del mundo le dio un abrazo fraternal, el castaño dolorosamente la rechazó.

Caminaba como si le hubieran arrebatado el alma, sin energías, sin vida; observó a sus espaldas a Dahyun para ver si se encontraba en la fila todavía y la halló mirándolo preocupada, con sus hermosos ojos avellanos cuestionándole qué ocurrió. Quería abrazarla en ese momento, conversar y recordar la misma nada, pero los números de las castas se le interponían y le hacían el favor de olvidar esa acción. Jimin la ignoró y retomó el camino a su casa junto con SoDam.

En su mente se arremolinaron sus pensamientos y concluyó que esas oportunidades de vivir estaban más que enterradas bajo tierra, y no debería volver a tomarlas en cuenta. Nació siendo un Siete, vivirá siendo un Siete y morirá siendo un Siete. Era lo que era.

Perdón por la demora xd

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Perdón por la demora xd.

2/7

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