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La sala en la que se hallaban los veintiséis competidores tenía un aire tan denso que se era posible tocarlo y repelerlo por las malas vibras de las que se componía. Todos estaban callados, los más ingenuos mirando con inocencia un espacio del área del lugar o los demás simplemente escudriñando el cuerpo débil de Jimin. No sabían por qué los habían reunido en la Sala de los Hombres (excepto Jimin), pero a juzgar la situación tan incómoda, se trataba de algo importante.

Uno de los Seleccionados harto de soportar y permanecer en el sitio tan negativo empezó a conversar con su amigo de cualquier tema mientras esperaban a Dara, quien era la más probable de que atravesara las altas puertas cuidadas por soldados, diciéndoles el motivo de la inesperada reunión. Después, cada muchacho de apoco se fue integrando en el leve murmullo que crecía lentamente en la sala hasta que, a duras penas, se convirtió en un griterío agradable. El castaño amargado sonrió interiormente por la distracción que se construyó sin previo aviso a su alrededor.

De reojo, Jimin apreció los cabellos negros y rubios de sus dos amigos acercándose sigilosamente hacia él con el propósito de conocer lo que raramente le ocurría. No era normal que Lord Park estuviera con ánimos de perros y deseoso de matar a alguien, a una persona en concreto, eso era demasiado violento para tal pequeñez que representaba Jimin. Y, además, ¿por qué alguien —un estúpido lo haría— querría lastimar a Jimin, un chico tan bueno, esforzado y alegre?

Jungkook se hincó de rodillas al frente del castaño, con un rostro incómodo al sentir el pantalón apretar sus extremidades inferiores y cierta parte delicada entre ellas. Puso su mejor cara de confianza para que Jimin soltara todo de una vez lo que tenía retenido dentro de sí, enfureciéndolo, convirtiéndolo en alguien despreciable, alguien que sería insoportablemente malvado si llegaba a tomar una completa posesión de la anatomía de Jimin. ¡Qué desperdicio de muchacho si ocurría!

—Oye, amigo, ¿qué te ocurre? Has estado muy raro desde el Report —comentó Jeon Jungkook, preocupado.

—¿Y tu chaqueta blanca? —mencionó Taehyung—. Era muy linda. Cuando estábamos en la sala te veías estupendo, llegué hasta envidiarte, pero luego saliste sin ella... Ojalá tus doncellas hicieran mi ropa, son geniales —murmuró demás. Otra vez en la tarde se tensó, los jóvenes lo notaron.

En el campo visual de Jimin alcanzó a divisar el cuerpo encogiéndose de la risa de YoungJae junto con otro chico, de seguro contándole su gran hazaña antes del Report. ¡Es un maldito desgraciado! El que carcajeaba con él tenía un rostro satisfecho, como si el sufrimiento de Jimin le diera vida, como si el tiempo que esperó por eso valió la pena, estaba demasiado encantado con lo sucedido.

«Es Yu Barom», reconoció el castaño al instante. Un joven castaño, engreído de pies a cabeza, sus ojos azules grisáceos adornaban su perfecto rostro liso, sin antecedentes de haber sufrido espinillas, aquella rosa sonrisa malévola, pero coqueta y engatusadora que nadie podía percatarse del veneno que portaba.

De repente, el bullicio cesó tan de prisa que para algunos le provocó un pequeño susto de muerte; en la puerta estaba erguida correctamente la mujer respetada por los Seleccionados. Dara los miraba atentamente demostrando, sin inmutarse en ocultar, su disgusto hacia los muchachos presentes; nombró a Jimin para que abandonara un momento la sala y ella pudiera explicar el por qué de la reunión o decir una excusa que lograra calmar la tensión en los participantes.

Para sorpresa de Lord Jimin, la mujer salió de la sala junto con YoungJae. Esto, claramente, alivió un poco al castaño al ver que las facciones de su enemigo estaban absortas de terror, pero dispuestas a despojar esa emoción con la mentira y superioridad.

—¿Es cierto lo que dice Lord Jimin sobre lo sucedido? —soltó de inmediato, sin pelos en la lengua, directa.

Antes de que todos los chicos se retiraran del set de Seúl Capital Report, Dara conversó con el castaño sobre el percance, éste dijo absolutamente toda la verdad queriendo sollozar de rabia, pero se contenía por las palabras frías de Dara: "No llores, compórtate, sé fuerte, con tus sentimientos y con lo que te rodea. No los demuestres si no quieres que sepan que eres débil. Ten una máscara, al igual que la tienen todos."

. ⇢ príncipes ˎˊ˗ ꒰ ymWhere stories live. Discover now