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Jimin estaba atemorizado ante lo que presenciaba, todo era tan a sangre fría que aún permanecía en el mismo lugar con el príncipe. Estaba congelado escuchando los vidrios romperse en mil pedazos, las balas de los soldados defendiendo el palacio, la familia real y los Seleccionados. El miedo le estaba carcomiendo de a poco, su cuerpo no reaccionaba ni sus cinco sentidos estaban al cien por ciento.

En la lejanía oía su nombre siendo gritado en tono desesperado y preocupado, su anatomía era removida arduamente, pero siquiera de esa manera habían indicios de la estabilidad del castaño. Sintió las manos del príncipe en su rostro ofreciéndole seguridad y no fue hasta ese momento que volvió, milagrosamente, en sí, observó los ojos grises de Yoongi y solo pudo acurrucarse en sus brazos temblando de miedo.

¿Por qué los rebeldes estaban atacando el palacio? ¿Querían asesinar a la familia real o tan solo iban en busca de riquezas para robarlas? Por otra parte, ¿sus doncellas se encontraban bien? ¿Jungkook y Taehyung estaban a salvo?

Interiormente se le desarrollaba un lío de preguntas que varias veces intentaban desmontarlo de su sistema, por lo que a medias su conciencia captaba lo que sucedía alrededor. Sintió sus dedos entrelazándose con los del príncipe, percibió el calor que emanaba la palma de Yoongi y cómo este lo transportaba a la cruda realidad.

Luego de despertar de su inoportuno lapso de parálisis mental, reconoció el largo pasillo por el cual estaban corriendo, todo destrozado, rayado con distorsionadas letras rojas de las que, el castaño podía asegurar, causarían terror puro para cualquiera que lo leyera, las altas paredes plagadas de orificios ya sea por la llegada final de la bala, el suelo bañado de grandes pedazos filosos de vidrio que amenazaban con provocar una herida profunda en el cuerpo de un despistado.

Min Yoongi detuvo sus enérgicas piernas y miró las dos direcciones que le abrían paso a nuevos peligros, no tenía la certeza de cuál camino era el más "seguro", ambos pasillos representaban la desconfianza y la sangrienta muerte por uno de los rebeldes. El príncipe no sabía cómo salvar sus vidas en ese momento, siquiera tenía en su poder algún arma u objeto para defender a Jimin y a sí mismo. ¡Estaba completamente indefenso!

-Jimin -se dirigió al castaño cuando no pudo trazar un plan en su cabeza y solo perdía el valioso tiempo-, tenemos que escondernos. Todos los refugios están cerrados, no me arriesgaré a que recorramos todo el palacio en medio del ataque en busca de seguridad -explicó rápido. Tomó su mano y la besó-. Estaremos bien.

Dicho esto último, prosiguieron su escape, de vez en cuando observando a sus espaldas por si alguien malvado les perseguía. Jimin aún oía los disparos, no importaba qué tan lejos o cerca estaban, él los escuchaba con la misma fuerza de intensidad. Estaba tan trastornado con el repetitivo ruido que, en ocasiones, imaginaba un rebelde a su lado jalando el gatillo como desquiciado infinidades de veces lo que en muchos momentos casi murió del susto. Se había convertido en una alarma ante cualquier movimiento que no fuera el de ellos.

Lord Park siguió al príncipe hasta que ingresaron a la Biblioteca, como era bastante amplia, llena de libros y estantes se haría difícil encontrarlos, apenas notarían sus presencias si es que llegaran a cruzar por aquel aburrido lugar. El castaño respiraba agitado, su corazón latía tan fuerte por el acecho del miedo, pensaba en todos los demás, si estarían asustados como él o, a pesar de todo, mantendrían la refinada compostura. Era increíble lo que ocurría: el paraíso se estaba desmoronando hasta quedar demacrado y horrible, tétrico y tenebroso. De tan solo pensar en lo devastado que quedaría el palacio, le provocaba inmensos escalofríos de pies a cabeza.

Abrazó al príncipe escondiéndose en el calor que ofrecía el cansado cuerpo, se apoyó en su pecho y el ruido de los disparos comenzó a desvanecerse para ser reemplazado por el palpitante corazón de Yoongi. Aquello le agradó y respiró hondo; el aroma del pelinegro se mezcló con el aire denso de la Biblioteca causando una suprema tranquilidad en su fuero interno.

. ⇢ príncipes ˎˊ˗ ꒰ ymDonde viven las historias. Descúbrelo ahora