Black Water [Supercorp] TERMINADA

Podría ser escandalo de oficina

Esto era una catástrofe, y nadie debía enterarse de ello, podría ser el escándalo de oficina que todo el mundo estaba esperando para quitar a Lena de su trono y empezar a tratarla sin miedo. No podía dejar que eso pasará, no podía dejarles saber a los demás que tenía cierta pequeña, diminuta, casi nula debilidad por su guapa asistente que, por si fuera poco, era unos bastantes años menor. No que eso realmente le quitará el sueño.

Ni que en ese momento importara demasiado. No cuando Lena se encontraba rendida en su escritorio, con la respiración agitada y sus piernas abiertas, dandole espacio a la muchacha. No mientras Kara mantuviera su dulces labios pegados a ella. Sí Lena era completamente sincera, así no era como esperaba pasar esa mañana en la oficina.

Definitivamente la idea de estar bajo los labios de Kara Danvers, suspirando y jadeando, no estaba ni siquiera cerca de lo que pensó que sería una secuencia rápida para deshacerse de la insoportable niña que había contratado, era estúpido pensar que Lena no habia tenido las agallas para despedirla antes, pero estaba tan furiosa ahora.

La rubia mujer frente a ella, bajo más por su cuerpo antes de detenerse donde el pantalón de su traje ejecutivo comenzaba. Lena la miró, su respiración entrecortada le dejaba ver a la joven quién estaba a cargo en ese momento, y ciertamente no era Lena. Acariciando las caderas de la pelinegra suavemente mientras la miraba a los ojos, Kara dejo sus manos vagar hasta la parte delantera de la prenda, donde la cremallera se encontraba, bajandola un poco, esperando por la reacción de la mujer mayor, no hubo nada, solo expectación. La rubia tomó eso como una luz verde para continuar con su propósito, una vez que a prenda estuvo suficientemente abierta como para evitar molestias se acercó a la mujer para besarla, comenzando a quitar la chaqueta negra que llevaba sobre ella.

Las manos de Lena se mantenían en el prolijo borde del escritorio, aferrándose con fuerza. Mintras que las de la joven, se mantenían explorando y volviendo loca a la pelinegra. Le entretenía pensar en como una niña como Kara había logrado tanta habilidad, como para hacerla suspirar con solo un toque. Jesús, realmente quería saber que es lo que esa jovencita podría llegarle a provocar.

Cuando Kara comenzó a besar su cuello con delicadeza, inclinándose más cerca de la mujer, Lena suspiró pensando en lo lejos que eso estaba llegando, pero lo bien que se sentía. La joven rubia dejó vagar sus dedos por el abdomen de Lena, quién sintió las caricias con escalofríos, todo iba bien hasta que su asistente introdujo su mano en sus pantalones. Ahí, justo en ese momento, todo se había ido a la mierda.

La pelinegra soltó un suspiro arrastrado mientras sentía los dedos de Kara pasar por sus labios, hidratandose con su humedad y su pulgar presionar con maestría su botón, dónde todos sus nervios conectaban. Con su otra mano se dedicó a desabotonar su camisa, con menos dificultad de la que la pelinegra pudiera haber creído posible. Cuando la volvió a besar, Lena pudo sentir como el aire se iba de su cuerpo, y tomó la mano de Kara para apretarla más en ella. Con la risa de la rubia atrapada en su garganta, sabiendo lo que su jefa experimentaba, complació a la mujer mayor, dándole más de lo que estaba buscando. Justo cuando estaba por vocalizar sus deseos el teléfono sonó en la oficina, y como cualquier mañana en la ofinina se esperaba que Lena contestará, por eso, cuando el llamado fue pasado por alto y desestimado por Kara quién murmuró: "Deja que suene, tengo un negocio más interesante para proponerte en mente", Lena no pudo evitar soltar un pequeño gemido mientras asentía, con la rubia sonriendo engreída.

Kara comenzó a trazar un camino de besos, sin apartar su mano de la intimidad de Lena, quién no sabía de donde aferrarse gracias a las grandes sensaciones que oleaban en su cuerpo. Cuando la jovencísima asistente llego a enfrentarse con sus caderas, la pelinegra estuvo segura de que jamás había tenido una imagen más erotica frente a ella.

-Bueno definitivamente comienza a gustarme trabajarte... -observando a Lena con una sonrisa negó con su cabeza- lo siento, trabajar contigo, creo que realmente comienzo a ver cuán productivo puede ser.

La pelinegra pudo sentir el cálido aliento de Kara, incluso antes de que sus labios la tocarán, pero el maldito teléfono volvió a interrumpir. La rubia lo tomó para desconectarlo de su base, cuando miró a Lena bajo ella, una sonrisa de suficiencia apareció en sus labios.

-Oficina de Lena Luthor -dijó colocando el auricular contra su oido, estaba tan arriba sobre su jefa que sus pechos estaban aplastados, unos con los otros, sus cuerpos enteros rozandose por el "inocente" movimiento que Kara hacía mientras escuchaba al otro lado de la linea.

Lena no podía más que mirarla desde abajo y rezar por que no se escapará ningún sonido de sus labios por la mano que aún seguía sobre ella.

-Lamentablemente no puedo comunicarla con ella ahora mismo, pero puedo darle un mensaje si así lo desea -Lena suspiró, esos dedos estaban haciendo maravillas de sensaciones en su cuerpo, hasta que las palabras de Kara la apagaron como un baño de agua helada- bien, le daré su mensaje señor Spheer.

Kara colgó antes de que Lena pudiera conectar un pensamiento pero basto para alejarla y comenzar a arreglar su ropa.

-¿Y ahora que te pasa?

-Creo que deberías volver a tu puesto de trabajo Kara -maldita cremallera no subía.

-Bien -dijó quitando las manos de Lena para subir ella misma el cierre- ya me llamarás sí necesitas algo.

Sin más la rubia desaparecio de la escena dejando a su jefa mirando el teléfono pensando cuando sería adecuado volver a llamar. Al diablo, tenía muchas cosas que hablar con ese idiota como para dejar pasar un minuto.

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-Explicamelo de nuevo -le dijó su hermana con el ceño fruncido- Tuviste una sesión de besos MUY intensa con tu jefa... ¿Porqué se enojó contigo... por lo que le enviaste a su madre de regalo? -la rubia asintió- ... y esta jefa, ¿Es la misma que ha estado portandose como una idiota contigo? -su hermana volvió a murmurar en acuerdo con lo que su hermana le había dicho- ¿Quieres explicarlo para mi Kara? Realmente no creo estar siguiendo lo que me dices de la forma correcta.

-Lo estas entendiendo bien -dijó la joven, de cabeza en el sofá de su hermana intentando comer desde su posición- me he besado con el diablo mismo, y cuando ha llamado este tipo me ha mandado a volar, pero estoy segura de que lo estaba disfrutando...

-No entres en detalle, por favor, no entres en detalle.

-Estoy segura de que esta casada, y que el hombre que llamó es su esposo, el padre del niño -proporcionó- ¿Crees que le haya entrado la culpa?

Alex se encogió de hombros antes de darle un trago a su cerveza. Era posible que su hermana no tuviera una respuesta para eso.

-Quizás solo debas mantenerte alejada de ella Kar, después de todo solo estas en esa empreza por trabajo y déjame recordarte lo mal que la pasas trabajando allí.

Kara podía pensar en un montón de cosas que hacían divertido su trabajo, empezando por molestar y provocar a Lena, cosas que no le contaría a su hermana por obvia razones.

-Si... creo que será lo mejor, es posible que ella ni siquera quiera acordarse de ello.

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El recuerdo de sus manos y sus labios sobre su cuerpo era demasiado para ella, no podía dejar de pensar en esa niña sobre ella, y aún que odiara admirirlo, realmente estaba esperando que acabará con ella en la oficina, esperaba que el día que tuviera sexo en su escritorio sería sucio y salvaje, pero solo le había parecido intenso y muy erótico, aunque claro que quizás sí Jack no hubiese interrumpido Kara se habría dado el tiempo de hacerla gritar y temblar. Dios, se preguntaba que cosas podría hacerle la rubia sí estuviera a su lado en esa enorme cama. No, no, definitivamente había sido poco profesional, y debía mantenerlo como algo de una sola vez, debía mantener alejada a Kara Danvers hasta que al verla no se le empaparan las bragas, como había pasado de camino a casa cuando pensó en ella. Definitivamente debía mantenerla lejos.