Relaciones complicadas

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Dios, era patetica, escondida detrás de su gran escritorio, la puerta cerrada con pestillo, rezando para que su asistente no la necesitara, de forma presencial y urgentemente por alguna razón. Llevaba alejandose de Kara desde hacía exactamente 3 semanas. A veces le pedía que trabajará en conjunto con otros empleados, en un piso diferente. A veces tan solo la sentaba en su escritorio para trabajo de oficina que duraría horas, mientras Lena se iba a diferentes reuniones, que la rubia le informaba por correo electrónico, por pedido de su jefa. Y sí no había razón alguna para que alguna de las dos estuviera alejada de su puesto de trabajo, pues entonces la pelinegra simplemente adoptaba esa postura, encerrarse en su oficina hasta terminar su trabajo y poder correr a casa.

Correr como la cobarde que era.

Se sentía estúpida, era una adulta, una mujer hecha y derecha, y estaba escondiendose de su joven asistente porque habían tenido una sesión de besos de tan solo unos pocos minutos, es decir, pudo haber llegado a mayores si no fuera por la llamada de Jack, pero realmente, había sido tan poco profesiobal que sentía merecer todo lo malo que pudiera pasarle. Es decir, ella era Lena Luthor, no cualquier otra idiota que no sabía controlarse o lo que hacía, pero allí estaba, escondiendose como una mocosa salida de la preparatoria después de que su novio de secundaria la dejara por alguien más popular. Pero para la pelinegra era más que solo el manoseo o que se hubieran besado, era que se había dejado hacer por la rubia, habia dejado que la dominen en su propio escritorio, casi suplicando que la hiciera suya en ese mismo momento, como sí fuera una adolecente enamorada y no una empresaria multimillonaria a nivel mundial ¡Mundial! No podía parar con la vergüenza que sentía, debia mantenerse alejada de ella a toda costa.

La llamada en su inter-comunicador para las oficinas, la sacó con poca sutileza de sus pensamientos.

-Carajo -saltó levantando el auricular con torpeza- Lena Luthor -murmuró aclarando su garganta.

-Buenos días jefa -el tono burlón en la voz de la rubia le hizó saber que sonreía.

-E-Estoy ocupada, señorita Danvers. ¿Podría llamar en otro momento?

-Oh, Len, no estoy llamando para ponernos al día, aunque se que te gustaría -la acusó en lo que pareció un murmullo divertido- te llamo porqué ha aparecido aquí este... sujeto, dice que es tu esposo -Lena cerró los ojos, frustrada- ¿Debería dejar que pase a verte?

La voz de Kara sonaba sutilmente hostil. La mujer sentada tras su escritorio suspiró. Asintiendo.

-¿Te das cuenta qué realmente no puedo verte asentir y de que debes expresarlo con palabras?¿Verdad?

Lena se separó del auricular para mirar el dispositivo, ¿Como mierda?... clavó su mirada en la pequeña ventana dónde vió a la joven saludarla sentada en su enorme sillón ejecutivo con las piernas cruzadas, moviendo sus dedos rítmicamente, mirándola con burla en sus ojos. Le señalo su propio auricular antes de señalarla. Lena volvió a colocar el teléfono contra su oído.

-¿Si, señorita Danvers?

-¿Crees que podrías quitarle el cerrojo a tu oficina? No es como que tu esposo pueda atravesar paredes -había algo en el tono en el que Kara había soltado las palabras que hizo sentir a Lena un poco incómoda con Jack entrando a solas a su oficina.

-Yo no... -pero Kara ya había colgado- él no... y yo...

Haciéndole caso omiso a la negativa de Kara por dejarle explicar algo que no era de su incumbencia, Lena se paró, caminando hacía la entrada de su oficina mientras alisaba su ropa. Al abrir la puerta se encontró con los oscuros ojos de Jack, mirando a su asistente y ella mirando a Lena, con los ojos oscureciendose de a poco, su ceño frunciendose de a poco.

Black Water [Supercorp] TERMINADAWhere stories live. Discover now