Soy la jefa

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-A mi oficina, ahora mismo -le dijó en cuánto ambas pusieron un pie fuera de la oficina- no se te ocurra soltar un solo comentario porqué hoy te pasaste, Danvers -le recriminó molesta en cuánto la rubia intentó soltar una palabra- la linea ni siquiera existe ahora.

Caminaron en silencio el corto trayecto qué las separaba a una sala y la otra, Lena podía sentir las miradas de varios empleados mientras empujaba a Kara no tan delicadamente tomándola por su cintura baja, también podía sentir a Kara algo tensa junto a ella.

"Bien, quizás un susto sea lo que necesite para recapacitar".

Continuando su camino la pelinegra no pudo evitar pensar en lo mucho que se le antojaba un café en esos momentos (no estaba durmiendo mucho últimamente, maldito Jack), mientras pasaban por la cocina de la oficina. Cuándo estuvieron paradas frente a la gran puerta, ambas en silencio, Lena abrió la puerta para que la mujer a su lado pudiera pasar.

-Toma asiento Kara.

La pelinegra observó como la rubia melena se movia por el espacio, con precaución, como si estuviera esperando a algo por explotar. La mujer mayor no pudo evitar rodar los ojos.

-Voy a suponer que sabe por que estamos aqui, señorita Danvers -Lena alzó una ceja mientras se acomodaba en el borde de su escritorio a un medio metro de Kara.

-Tengo una idea del porqué, no realmente segura -intentó bromear.

La pelinegra iba a aprovechar esa ventaja, parecía su oportunidad para volver a ser esa jefa de mierda a la que todos temían y, más importante, respetaban, sin que la chiquilla de palabras rápidas frente a ella le saltará con algo que le quitará las ideas. Acomodándose mejor frente a Kara, para quedar una frente a la otra con Lena ligeramente en una posición superior, y cruzada de brazos, la mujer la miró ceñuda, con los ojos clavados en los faroles azules de su jovencísima asistente.

-Habló en serio Kara -murmuró suavemente, causando que escalofrios se esparvieran por la espalda de la muchacha- has estado cruzando limites toda la mañana -bueno eso era decir poco, bufó- mejor dicho, has estado cruzando la línea desde el momento en el que entraste a mi oficina por primera vez, pero eso ya lo sabes, no has parado de hacer todo a tu antojo, incluso lograste bajarme de mi puesto con tus estupideces, he cometido errores porque no estas dispuesta a renunciar y obedecer una negativa -Lena le sonrió, bajo la mirada de cachorro maltratado que la rubia de otorgaba- y, en un ambiente laboral, no puedo estar más segura de que serás grandiosa, eres inteligente, eres capaz y por sobre todas las cosas eres persistente... bueno por eso estamos aqui, ¿No? -sonrió, abriendo sus manos para señalar el espacio en el que se encontraban.

Inclinándose ligeramente sobre Kara, solo unos centímetros, como si de un secreto se tratara, Lena acarició su mejilla con suavidad, recorriendo su labio inferior, ese labio lleno, suave y delicioso, con la mirada de la joven que intentaba seguir el paso de la conversación, sin entender realmente a dónde iba con todo eso.

-¿Y por no hablar de tus otras cualidades?, ¿Verdad? -su pulgar arrastrándose por su labio suavemente junto a su murmullo- una mujer de muchos talentos, ¿No es así Kara? Debes tener a un montón de mujeres tras de ti.

La pelinegra pudo oír a Kara tragar y fue duro, Lena esperó por una respuesta, alzando una ceja a los ojos frente a ella.

-No tantas como creerías -murmuró, sus ojos pegados en los labios de su jefa.

-Uhm, seguro que estas siendo modesta -se acercó a ella- una mujer como tu... -recorrió a la joven con la mirada, sus manos sobre su regazo, jugando con uno de los anillos en sus dedos, piernas cerradas fuertemente, bajo esa corta falda- una mujer tan hermosa e inteligente, pondría mis manos al fuego a que solo estás siendo modesta, he visto como te miran, y se de ese talento tuyo para besar, así que no creo que estés escasa de material para mantener tus bragas ocupadas un par de horas a la semana -rozó su labio con el de Kara, quién intentó avanzar un poco más para coservar el contacto, pero fue detenida por la suave mano de Lena en su mandíbula- alto ahí linda, como dijé, tienes sufiecientes mujeres detrás de ti, y estoy segura de eso, para mantenerte complacida, ¿Me equivocó?

La joven se limitó a mirar sus labios a unos pocos centímetros y asentir, sin realmente saber lo que estaba diciéndole la mujer frente a ella. Podía sentir como comenzaba a mojarse.

-Y siendo una mujer tan inteligente sabrás que las conductas de acoso sexual en esta empresa son tomadas muy en serio -el peso de las palabras la hizo volver al mundo real, pero la forma tan lenta, casi seductora con la que Lena le hablaba le hacia perder la concentración- así que lo que te propongo es que dejes de poner partes de tu cuerpo cerca de ciertas partes de mi cuerpo, y busques a alguien que pueda apagar esa obvia falta de atención a tus necesidades, soy una mujer mayor para ti, casi diez años Kara -intentó razonar con ella- tu todavía estabas pidiéndole a tu madre que te trenzara el cabello cuando yo estaba entrando en la universidad, además soy tu jefa, y una madre, no tengo espacios en mi vida para escandalos de oficina.

Pudo ver la burbuja sexual que recubría a su asistente explotar, pero sus ojos aún no habían perdido del todo el tono oscuro, inclusive después de sus palabras.

-Espero que lo entiendas, y no hayan resentimientos -asintió alejandose y soltando su rostro- eres ahora una parte importante de esta compañía y tus conocimientos son fundamentales para esta oficina -caminando fuera del radar de la rubia y dirigiéndose hacia la puerta, se giró a mirarla- puedes volver a la sala de conferencias cuando estes lista, y prepara café, los empresarios llevan esperandonos un buen tiempo.

-Pero que rayos acaba de pasar -murmuró Kara bajo los pensamientos que aún rondaban su cabeza.

La puerta volvió a sonar al ser abierta, era Lena, asomándose por el espacio liberado.

-¿Y Kara?

-¿Si?

-Coquetea con Andrea Rojas una vez más en esta oficina o dime señora otra vez, y  creeme cariño, las consecuencias no van a gustarte.

-Entendido -respondió, realmente sin haber entendido mucho de lo que había ocurrido.

-Bien. Espero mi café en cinco minutos.

Después de un incómodo asentimiento por parte de Kara, Lena se retiró a la junta. Iban a ser un par de dias interesantes.

Luego de unos horrorosos y difíciles veinticinco minutos intentando lograr que la cafetera le hiciera caso, la rubia camino a paso apresurado hacía la sala de juntas. Abriendo la puerta con dificultad, se abrió paso por el espacio, repartiendo cafés y paquetes de azúcar, edulcorantes y leche descremada en polvo. Intentó poner leche a calentar, pero esas maquinas la odiaban, quizás debió haber aceptado las clases que Barry de la cafetería del primer piso le ofreció semanas después de lo ocurrido con Kieran.

A llegar a Lena, Kara dejó el café sin la más mínima expresión facial, la pelinegra pareció ligeramente aliviada por eso y la joven asistente decidió que quizás eso eran lo que estaban destinadas a ser, dos personas que se conocían, trabajaban juntas y se deseaban, o al menos eso creía Kara, pero no estaban destinadas a llenar ningún otro casillero, ni siquiera el de amantes, para decepción de la rubia.

Al dejar la taza humeante frente a Andrea, pudo sentir a la castaña sonreír coqueta, y ella le devolvió la sonrisa, después de todo ella no estaba bajó ningún compromiso, ¿verdad? Y si lo hacía porqué Lena tenía su mirada clavada en ella, no era más que una demostración de lo que se perdía, no tenía nada que ver con lo que la mirada de esa mujer causaba en ella cuando la miraba con esa peligrosa advertencia colorada en esos ojos verdes, ni en que quisiera dejarle en claro que no le temía a la amenaza de meterse en problemas, Kara era una mujer adulta, ¿Qué más daba si coqueteaba con una mujer exitosa frente a su jefa?¿Importaba por qué era su socia o importaba por qué a Lena le interesaba?

De cualquier manera, Kara era una adulta y haría lo que sea que quisiera hacer.

Black Water [Supercorp] TERMINADAWhere stories live. Discover now