"Entre lo falso y lo enfermizo no puedes negar que te queremos, que nos amamos más que nosotros mismos. Sin importar lo demás, la realidad es que el amar nos consumirá"
Pairing: YoonMinKook [Min Yoon-Gi x Park Ji-Min x Jeon Jung-Kook] - Yoonkook - O...
El tirón de cabello es tan fuerte que lo lástima. No le molesta, todo lo contrario. Respira miserablemente por la nariz, con dolor en la comisura de los labios asquerosamente húmedos y sucios. El miembro que tuvo sale de su boca y el líquido blanquecino que tiene mojado todo su pecho, clavícula, piernas y cara se derrama por lo abundante que es. Mira arriba, con ojeras enormes luciendo en su rostro.
—Abre—Ordena en jadeos—. Yoongi abre la boca.
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—Solo debes coger conmigo y... lo haremos en el infierno ¿Vale? Gatito, gatito, gatito, gatito. —balbucea neurótico, acariciándole las mejillas.
Primero toma el teléfono. Llama a la policía.
El hombre toma el cuchillo con el que suele infringirle heridas y se corta el cuello, llenándolo de la sangre y salpica y cayendo al suelo. El charco de sangre aumenta a medida que los minutos pasan. Yoongi escupe la pastilla. Que decepción más grande que este giro.
Lame la sangre que está cercana a su boca y con un gemido dolorido se levanta y sienta. Estimulándose con el vibrador hasta que el palillo en su uretra sale y puede finalmente venirse. Bufa agotado y recostado. Insiste, que decepcionante. Con razón estaba tan fastidioso con que viniera.
Viejo ridículo.
Pervertido inútil.
Lo único favorable es que la tenía grande.
Al menos una hora después llega la policía y obviamente la escena se les hizo muy particular. Al estar libre Yoongi finge suave vergüenza, pero aun así no impide que vieran la sangre que bajo por sus piernas ni el semen que queda en su boca. Los policías -que uno tiene especial mirada fija en él-, tienen el horror plasmado en sus rostros.
Pues para ellos que no saben. Esto es una enfermiza escena de tortura y violación a un niño de dieciséis años, perpetrada por uno de cincuenta y seis.
—Te llevaremos a la comisaría y contactaremos con tus padres ¿Vale? También necesitaremos que nos cuentes que pasó aquí. —Asiente, sumiso y tímido a fuerza.
—Yo lo llevo. —Se deja dirigir por el oficial que no le ha quitado la mirada de encima. Son la última patrulla en irse. Se acerca al cristal.
— ¿Puedo ir adelante?
—No.
—Vale. —Se recuesta, notando la mirada en el retrovisor acomodado para verlo.
Sube las piernas al asiento amplio. Las abre e introduce un par de dedos a su entrada lacerada. Un par a su boca, gimiendo ahogado y con la velocidad del auto disminuyendo. Es una carretera vacía con gran extensión de bosque.
