Sick or Fake || YoonMinKook

32. Entorno tranquilo.

Debido a que las habitaciones están juntas no se le ha hecho cuesta arriba escuchar o ver accidentalmente como Jungkook y Yoongi lo hacen. Lo sorprende que Yoongi sea tan así. Con lo orgulloso que es diría que espera esa actitud de Jungkook sin importar el tamaño que tenga. El estado en el que queda es sencillamente horrible y mientras más se retrase mejor. No hay teléfono fijo, le quitaron el chip de línea a su celular y bloquearon las redes por las que puede hablar con nadie.

Aún si lo hicieran no se ven preocupados, con la certeza de que nadie lo escucharía y ellos se encargarán de que así fuera.

Puede jugar, ver televisión, dibujar, incluso tiene un espacio para poder bailar, Jungkook lo usa normalmente para entrenar y montar músculos en sus músculos. En líneas generales puede decirse que no lo han tratado mal, tampoco le han mentido u ocultado absolutamente nada. Es extraño. Es una cordialidad inesperada llevada por la idea que Jungkook no para de repetir cual perico verde: Son una "pareja", son novios, por tanto hay que tratarse bien.

Están todos enamorados y llega a sentir pena por lo mal que está para creer semejante forma. Quizá hay maneras extrañas de querer a las personas, pero no considera que un par que llega al punto de amarrar hasta perder la circulación, cortar tramos de carne y golpear el rostro contra una pared sea posible de llamar pareja o un amor. Es tóxico. Así de simple. Una tóxica, enfermiza y muy desviada relación. Incluso une más puntos de conversaciones con Yoongi, hasta llegar a la conclusión de que el mismo no lo disfruta, sino que eso cree hacer.

—Hace tiempo me dijiste que no lo disfrutabas.

—Se volvió continuó hasta que me gusto—Mira los dedos insistentemente mordidos. Jungkook de forma suelta le dijo que hace eso cada vez que le duele—. Aprenderás a sentir gusto.

—No te gusta.

— ¿Unmm?

—Es mecanismo de defensa. Realmente no te gusta y si así fuera no estarías haciendo eso—señala los dedos mordidos, Yoongi baja la mano de la mesa—. Tú solo-

— ¿Me hundí? Si. Me deje hundir. A diferencia de ti nadie me quiso, nadie me ayudó y valía mierda si ocurría porque la culpa acababa siendo mía por ser un desviado. Así que—Chasquea la lengua encogiendo los hombros—. Aquí queda.

—Qué triste.

—La gente no se salva sola.

—Si puede, pero tú te rendiste.

— ¿Tu no?

—No. Porque si tanto te dolía y tanto te disgustaba te hubieras matado. Te rendiste. No intentaste salir. Solo te quedaste ahí.

Y va a su habitación. Yoongi rueda los ojos y le da cierta razón. Es un débil que se rindió a todo. Tan cobarde que ni siquiera buscó una forma extrema de salir. Solo permaneció inmóvil en el mismo hoyo hasta el punto de buscar a personas que lo hicieran igual de miserable, seguir sintiéndose una víctima a la que nadie tendió la mano. Corrección. Jimin le ofreció ayuda.

En compensación lo va a violar tan fuerte que va a olvidar su propio nombre

. . .

—Jungkook contrólate, aún no es tiempo de hacer eso.

—Pero-

—No.

Jungkook a pesar del regaño se queda agarrando a Jimin con fuerza. Al entrar en la habitación le estaba comiendo la boca de una manera en la que Jimin tiene los labios rojos y más gruesos de lo normal, sin mencionar que la ropa está ligeramente escasa entre los dos. Da un bufido, lanza la camisa de Jungkook a la cara de este.

—La primera reacción se tiene que grabar. Nos van a linchar como no lo hagamos.

—Pero-

—Después haces lo que quieras con él. Deja de estresarte. Está aquí. —Resta importancia al tema. En su estima, no hay porque darse tanta prisa. En primera porque Jimin va a quedarse en este departamento hasta que aprenda a que intentar irse es inútil –o su instinto de supervivencia haga lo suyo-, y en segunda porque realmente tiempo sobra.

Y a Jungkook le sobran erecciones. Empieza a creer que debe llevarlo a un médico y saber si es normal que pase tanto rato excitado. Lo tiene como un perro en celo veinticuatro siete. Antes de decir nada más Jungkook lo atrae en el abrazo más apretado e incómodo que ha tenido jamás, siendo una especie de sándwich por tener a Jimin en medio. Igual de incómodo que él.

—Quiero estar ya ¿Por qué demoramos tanto?

Yoongi se queda callado. La realidad es que quiere que Jimin gane un poco de masa muscular. De otro modo no va a poder aguantar mucho rato. Su complexión es delgada y pequeña, pero es muy claro que le faltan un par de kilos para estar en su peso correspondiente. Jungkook los apretuja con más ganas y sonriente.

—Estoy muy feliz de tenerlos aquí. Porque ustedes no se van.

El corazón blando de Jimin no puede evitar sentir ternura y tristeza por él. Diría que Yoongi es quien se aprovecha de la condición notablemente dependiente de Jungkook. Le da unas cuantas palmadas de ánimo, siendo que está llorando, no muy claro de si lo hace de alegría o tristeza. Yoongi da un suspiro, escurriéndose para acabar subido en Jungkook y darle un suave beso en la boca.

—Tranquilízate. Nadie te está dejando

Jimin toma asiento, jala las mangas de la camisa y hace una especie de pequeño puchero. No los entiende ¿No están bien juntos? ¿Para que un tercero? Son un par de enfermos felices en su enfermedad juntos ¿Por qué incluirlo por mero gusto? No tiene sentido y nadie lo haría pensar lo contrario.

. . .

—Tae fue quien tuvo la idea. No soy fanático de esto

— Que importa. Pruébatelo y ya.

—No.

—Yoongi también podría usarlo. —Y unas pantis sale volando debido al estirón que le dio Jungkook. La cara de Yoongi revela un total No ante esa "propuesta".

—La idea es que le luzca el culo a él. No a mí.

—No voy a usar nada así frente a ustedes.

—Lo hiciste, solo que no lo sabías —Afirma Yoongi y Jimin se pone aún más colorado por la vergüenza—. Si te hace sentir mejor, no pudimos agarrar tanto porque Taehyung guardo bien todas las demás. Una pena.

Ah, bueno, eso sí lo hace sentir más tranquilo.

—De todos modos, ya lo compramos. Vas a usarlo en algún momento. —afirma relajado con el tema. Forzarlo ahora sería igual a pasar una irá innecesaria. no está para estreses.

—Igual que el pijama de pollito.

—Eso es distinto.

—Sabes que su enfoque a veces no va del todo bien.

Frunce los labios. Realmente ya no sabe qué hacer con este par. Es tan raro que ni siquiera llega a sentir odio percé sino una enorme lástima y fastidio por lo locos que están. Ni siquiera llega al punto en que realmente capturó su atención ¿En qué maldito momento? Los trató con la misma familiaridad que cualquiera. Quizá un poco más íntimo por el tema de compartir la orientación sexual y poco más.

Ridículo.

Una cotidianidad ridícula.

Sin embargo, sería tonto de su parte decir que no la prefiere a tener el espanto de alguien persiguiéndolo y amenazando a cada vez que hiciera algo que sea de su agrado.