Aclarando

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Se despertó con Alexandra entre sus brazos y le pareció lo más cómodo del mundo tenerla ahí junto a él, se encontraba tan tranquila, tan relajada. Esperaba poder seguir con ella y solucionarlo todo pues ni siquiera con Cassandra había sentido la pasión que Alexandra le producía, estaba dispuesto a darlo todo de su parte pues sabía que podía amarla, como no hacerlo si era tan dulce, tan hermosa, tan tierna y cálida, buena hasta la última fibra de su ser. Diferente de cualquier otra mujer que hubiera creído amar en el pasado.

Cuando Alexandra despertó minutos después, pensó que nunca había habido una mujer más dichosa que ella en todo Londres, pues el futuro con Henry ahora si parecía prometedor. Acaricio su pecho recibiendo una mirada tierna y una sonrisa que hasta ahora nunca le había dedicado.

Esa mañana después de recibir nuevas noticias Lady Sharpe decidió que ya no podía seguir esperando para acabar con su prima al recibir a su infiltrada le entregó el veneno que debía colocar en el té de Lady Cavill, la muchacha Lilith estaba asustada cosa que molesto a la mujer logro amenazarla y le proporcionó más dinero con tal que cumpliera su deseo de ver muerta a esa maldita como ella decía.

Esa mañana después del desayuno Alexandra fue citada para hablar con Lord Cavill, cosa que la tenía nerviosa se arregló y agradeció a Victoria al ver su imagen tan impecable en el espejo, ella había sido de gran ayuda en estos últimos meses.

Se sintió hermosa con su vestido verde oliva y su recogido que hacía justicia a su cabello pelirrojo trato de maquillar sus pecas para disimularlas un poco. Quería que Henry se sintiese satisfecho.

Toco la puerta recibiendo la orden de entrar, respiro tratando de darse valor, se acomodó y entró en la sala, siendo recibida por un Henry más animoso que de costumbre. La ayudó a acomodarse en su asiento y beso su mejilla antes de ocupar el suyo. La intensidad de su mirada la puso nerviosa.

-Disculpe que la hiciera esperar tanto por una explicación pero al regresar tuve muchas cosas que ordenar. Le tomó una mano, gesto que la sorprendió.

- Yo también tengo varias cosas que decirle mi Lord y quisiera hablar primero si no hay inconveniente. Espero que él asintiera. – Hace un tiempo le compartí mis intenciones de llevar este matrimonio lo mejor que podamos y en esa época usted se negó sin embargo creo que después de estos meses puede buscar la forma de hacer esto más llevadero y poner de su parte, estoy dispuesta a colaborar quisiera ese mismo compromiso de su parte, sé que tal vez nunca sea lo que usted desea y que las posibilidades de conseguir su amor son bajas pero me comprometo a tratar de hacerlo feliz. Termino diciendo, Henry la observó en silencio y se preguntó cuánto tiempo le tomaría a ella memorizar ese discurso y darse valor para repetírtelo.

- Como usted mismo dice querida en otro tiempo le juzgaba mal y tenía otros sentimientos rondándome el corazón y la cabeza sin embargo ahora puedo asegurar que nunca me atrapó como yo afirmaba, no la creo capaz de algo así, ahora conozco su naturaleza, lo mío simplemente fue un golpe de suerte. Quería a una mujer para mí pero no era la correcta la vida simplemente cambio mi curso y me envió a la dama correcta, que resultó ser usted. Miró el rostro sorprendido de su esposa y continuo. – Estos últimos meses me ha conquistado con su forma de ser, como usted dice todavía no puedo asegurar que la ame, pero no niego que podría llegar a hacerlo pues aún no se la intensidad de mis sentimientos hacia usted, lo único que le puedo pedir es que sea paciente, perdone todas mis ofensas con su gran corazón y que me dé la oportunidad de hacerla feliz. Termino diciendo para abrazar a la dama que derramaba sus lágrimas y esperar con paciencia su respuesta.

Después de todo ese discurso Alexandra lloraba con una emoción grande se dejó abrazar sin querer soltarse, aclararon todo dejando tras rencores, traiciones y cuando Henry propuso salir de Londres  buscar un nuevo futuro juntos en Holmes Chapel el alivio anhelado llego a su corazón aceptando inmediatamente.

TROUBLEWhere stories live. Discover now