Capítulo 16

4.5K 564 332
                                    

Stark observó a su compañero, ensanchando una sonrisa. Desde el accidente se ha percatado de pequeños detalles, esos que solo se conocen cuando convives a diario con una persona.    

—Stephen, no seas tan paranoico—dijo despreocupado, en un intento de relajarlo—. ¡Tranquilo! Mejor disfruta tus últimas horas en mi hermoso cuerpo.

—No puedo estar tranquilo cuando siento que acabo de cometer una gran tontería—suspiró agitado—. De verdad, dudo que Loki realmente quiera ayudarnos—mencionó bastante arrepentido de haber aceptado—. Ya ni sé como fui que accedí a esto—se dejo caer en una silla, llevando la diestra a su cabeza.

—Tienes que confiar más—comentó, colocando una mano en el hombro ajeno, apretándolo un poco.

—¿Confiar? ¿Cómo se puede confiar en un tipo que se hace llamar "El Dios de las Mentiras"?—inquirió sobresaltado—. ¿Te das cuenta de lo estúpidos que hemos sido?  

—Tenemos que intentar todo lo que este a nuestro alcance. ¿Qué podemos perder? Algo peor ya no nos puede pasar, ¿no crees?

—Ni lo menciones, porque siempre que alguien dice algo así, pasa todo lo contrario. 

—¡Relájate! Mírame—lo estrecho de ambos brazos—. Me ha pasado de todo, problema tras problema, y, ¿acaso me ves actuando como un desquiciado?

—¿En serio quieres que te responda?

—Stephen.

—Lo siento, todo esto me altera.

—A mi también y mucho, pero no sirve de nada alterarse. 

—Sí.

—Sé que existen muchos motivos para desconfiar de Loki, pero tengo una corazonada. Algo bueno saldrá de esto y te lo dice un hombre de ciencia que le cuesta creer en esos asuntos que tienen que ver con magia. 

—Ni hablar. Habrá que esperar—se resignó y visualizo a su compañero, recordando el incidente previo—. ¿Por qué tus armaduras estaban atacando?

—Esas no eran mis armaduras. Yo no hago cosas tan simples—respondió con una mueca de enojo. 

—Mmh, es evidente que esos ataques son de índole personal. Alguien tiene algo contra ti. 

—Querido, cuando eres brillante y exitoso como yo, es imposible no hacerte de unos cuantos enemigos. 

—¿Tienes alguna idea sobre el responsable de estos ataques?

—No tengo una idea, tengo la seguridad de quién es el imbécil que quiere colmarme la paciencia. Un pobre infeliz que está obsesionado conmigo. No hay gran misterio. 

—¿Y qué piensas hacer al respecto? ¿Esperar paciente que vuelva a atacar a otro ser que estimes?—cuestionó impaciente por la actitud tan relajada que adopta. 

—Sí, fíjate que me sentaré aquí en este cómodo sofá a comer galletitas con chispas de chocolate mientras ese maniaco destruye todo lo que amo. ¡Strange, por favor! ¿Crees que me voy a quedar aquí a pintarme las uñas? En lo que el hechizo surte efecto, reforzare la seguridad del complejo. De cualquier forma, ya se metieron con la persona más importante en mi vida, así que más daño no me pueden hacer. 

Por alguna razón, el doctor Strange sintió como el corazón se le estrujo cuando éste finalizo aquella oración. 

—Supongo que en ese caso, no hay mucho de qué preocuparse—comentó con un rostro enseriado.

—Supones bien—expresó de brazos cruzados, observándolo de reojo.

En el lugar pronto reino el silencio, convirtiéndose incómodo cada vez que el mismo se vuelve más duradero. No saben porqué las palabras abandonaron sus bocas y sus ojos son incapaces de verse, estos se mantienen viendo todo menos a su persona. 

Un pequeño accidente (IronStrange)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora