Un pequeño accidente (IronStrange)

Capítulo 28

Un duro silencio se hizo presente, solo hay miradas. Lo único que resuena son las pisadas que las suelas de esos elegantes zapatos producen al chocar con el suelo. El hombre trajeado camina con las manos en los bolsillos para acercarse a su rival. Una sonrisa llena de autosuficiencia decora su rostro. Detuvo su andar, quedando a dos metros de distancia. Fijo la vista en aquel duo y prontamente la sonrisa petulante desapareció de sus fauces, en su lugar, apareció un gesto repleto de confusión. 

—¿Qué es esto? ¿Acaso estoy viendo doble?—cuestionó y antes que pudiera pronunciar una palabra más, un sonido proveniente de su saco inundó el sitio, interrumpiendo el extraordinario encuentro—. Disculpen un momento—extrajo el celular y atendió la llamada—. Aló. Ahorita no, chikistrikis, estoy ocupado. Sí... ajá... 

Mientras el hombre de gruesas gafas habla por el celular, Tony piensa en algo para acercarse a Peter y liberarlo, en una estrategia que no significará un riesgo para el joven. 

Hammer culminó rápidamente la llamada, regresando el aparato tecnológico a su saco y su atención al peculiar duo. 

—Bien, ¿en qué nos quedamos? ¡Ah sí!—clamó, recordando lo que tenía pendiente, lo cual no tuvo reparo en expresar—. Estoy confundido con su pinta—mencionó, llevando su dedo índice a su mejilla, contemplando detenidamente a su archienemigo portar una capa roja y al otro enfundado en aquella armadura escarlata con toques dorados. 

—¡Basta de estupideces, Hammer! No vine aquí a que admires mi gran atractivo—vociferó Tony en la grave voz del doctor.

—Anthony, ¿este animal parlanchín habla por ti?—preguntó realmente confundido, dirigiendo su vista al hombre de cabellera marrón.

—No soy Tony—negó velozmente sin titubear.

—¡Ash! No tienes porque darle explicaciones, Strange—reprochó, acompañado de un rodar de ojos.

—Yo creo que sí. Deberíamos aclararlo, porque seguramente vas a decir alguna tontería que me dejará muy mal parado.

—Que no... ¡Eso no es importante!

—Esperen un momento, ustedes dos actúan como si...—mencionó señalándoles con el dedo índice.

—Como si fuéramos otra persona—completó Strange.

—¿Qué? No no, iba a decir que como una pareja de casados, pero... lo que mencionas...—llevó una mano a su mentón.

—Ah—paso una mano por el rostro—, por millonésima vez, ¡no somos pareja!

—¡Ay! ¿Y eso qué importa?—Stark se interpuso con fastidio—. ¿Qué importa si estamos casados o intercambiamos cuerpos? ¡Da igual! Lo único que importa en este momento...

—Aguarden—, una sonrisa entre incrédula y burlona apareció en el rostro de Justin—. ¿Están bromeando? ¿Es en serio? ¿O esto es una clase de ilusión?—se acercó a pellizcar el brazo del ingeniero.

—¡No me toques! Es asqueroso—repuso Tony.

—Es magia—agregó el hechicero.

—A ver, déjenme ver si entendí, ¿intercambiaron cuerpos?—los enseriados rostros de aquellos le confirmaron su suposición—. ¡No inventen! ¡No es cierto! No lo creo, ¿es mi cumpleaños o qué? Esto es... ¡Guau!—exclamó impresionado y hasta eufórico—. Ya no sé si tengo que referirme a ti o a ti. 

—Hammer, el asunto es conmigo—alegó el millonario—. Suelta al niño—insistió, lo que más le importa es el bienestar de Peter. 

—Mmmh, déjame pensarlo, mmh... no, yo creo que no se va a poder—objetó con descarada burla.