Glicinias

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Ella llevaba un atuendo blanco y rojo con un haori blanco que caía en punta tras sus piernas, tenía en manos el mango de su katana mientras esperaba a Kanao, observó a todos aquellos chicos y solo acomodo su máscara, estaba muy nerviosa, sudaba, tenía miedo, pero a la vez estaba muy feliz y emocionada por todo lo que estaba pasando.

Ella respiro profundamente y miro a un curioso chico con haori de nubes, el también llevaba una máscara de zorro pero no la traía puesta, a Yoko se le hizo realmente curioso aquello, quiso acercarse pero vio a Kanao no muy lejos jugando con una mariposa.

-Kanao- se acercó para saludar ya que llevaban muchos días sin verse, ella al verla sonrió y dejó a la mariposa -¿Estas lista?-

Pregunto Yoko a lo que ella asintió suavemente.

-Me alegro- dijo muy nerviosa, mirando al frente sintiendo varias miradas sobre ella, quizá era porque Yoko es una de las pocas chicas en el lugar, o por llevar esa hermosa prenda para que fuera destrozada durante la batalla, pero no era por eso, era por su cabello y esa máscara que ocultaba su identidad, a todos se les hacía extraña y misteriosa, a otras personas se les hacía linda, pero todo acabó apenas aquellos dos niños se detuvieron frente a todos, comentando los días que pasarían y los tipos de demonios que encontrarían, ambos luego se alejaron un poco mientras cada uno de los jóvenes ingresaban a la montaña.

Yoko dirigió su mirada a las niñas quienes miraron a esta y mostraron una sonrisa de confianza, Yoko sonrió por debajo de su máscara y despidió a ambas niñas con la mano, inhalando con fuerza.

-Recuerda Yoko, respira rápido y en bocanadas pequeñas, tu musculatura aumentará el rendimiento y las heridas no te dolerán-

Recordó los consejos de Kasuki como si fuera él quien se los susurraba al oído, inhalo de nuevo con fuerza y comenzó a correr, si llegaba a la cumbre de la montaña el sol daría primero ahí, así que tendría que cruzar todo para llegar al lado noreste de aquel lugar, no hizo falta mucho tiempo para que los demonios la estuvieran persiguiendo.

Ya no sentía miedo.

-¡Aliento Ninetails, primera cola: Luna zorro menguante!- la luz de la luna se reflejó en su espada y dando una vuelta corto tres cabezas de demonio en un movimiento, revisó alrededor, nada.

Siguió corriendo sin mirar atrás, saltando entre las ramas, sobre el suelo con la agilidad de un felino y la velocidad de una frágil gacela, ella miró a sus costados un segundo para identificar dónde estaba, bajando de un salto, dejando salir el aire sostenido entre sus pulmones, mirando alrededor una vez más, no habían demonios a la vista, quizá porque estaban cazando a los chicos al pie de la montaña.

-Me pregunto si Kanao estará teniendo problemas- Suspiró suavemente viendo no muy lejos a un chico de cabello negro que peleaba con un par de demonios con dificultad, parecía tener problemas ya que no utilizaba ningún aliento, Yoko corrió hacia el sitio a toda velocidad, inhalando con todas sus fuerzas y dando un salto.

-¡Aliento Ninetails, quinta cola: Destrozo del zorro travieso!- alrededor del chico Cortes comenzaron a surgir, los demonios fueron destrozados en pedazos mientras que el quedaba a salvo en el medio de toda la sangre.

-¿Te has hecho daño?- pregunto Yoko cayendo con gracia frente a el, levantándose.

-¡¿Qué te importa?!- el era Genya Shigazugawa, el hermano del Pilar del viento, el chico sin alientos del que Kasuki le había comentado que encontraron unos días luego del ingreso del Pilar, ella infló su mejilla levemente al reconocerlo.

-Soy Yoko Sunazuka... Tsuguko del Pilar Kitsune- Aparto la máscara de su rostro, mirándolo a los ojos, un color intenso se mostró en el rostro del Shigazugawa mientras veía el hermoso rostro de Yoko, con solo verla su corazón se vio acelerado y un sentimiento comenzó a crecer en lo más profundo de su cuerpo, se había enamorado a primera vista.

𖣔❫ཱི𝐘𝐨𝐤𝐨  ──[Kιmᥱtsᥙ ᥒo Yᥲιbᥲ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora