¡Entrenamos por la marca!

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—Te recomiendo quitarte el uniforme, será muy difícil ver si aparecieron marcas si lo usas— dio el dato Makio, esposa de Usui, quien estaba dándole algunas instrucciones a Yoko, la primera en llegar —Llegaste algo temprano, aún faltan veinte minutos para que amanezca y Usui-San comience a entrenarlos—

—Lo siento Makio-Sama, es solo que me emocioné demasiado... hice una promesa por mi sangre y debo cumplirla— dijo Yoko con un rostro serio, algo decaído, cosa que notó Makio.

—¿Que clase de promesa?— preguntó mientras acomodaba las vendas del pecho de ella, quien sostenía su coleta sobre su hombro para que fuera más fácil para la mujer atarla.

—Una de muerte... ante Kibutsuji— dijo, Makio alzó la mirada a ella, dudosa.

—¿Hablas de matar a Muzan?— Yoko asintió ante la pregunta de la mujer quien suspiro levemente —Tengen-Sama hizo una promesa parecida... pero se retiró porque logró su prometido de asesinar una luna demoníaca... eso le costó... pero de no haber sido por ti no lo habría logrado—

—Yo no recuerdo esa pelea— murmuró Yoko con su mirada caída en el suelo, Makio acaricio el cabello de la joven suavemente, ella veía el dolor de la perdida en su actuar, una chica sonriente y animada... era tan triste.

—Usui esta vivo gracias a ti... estamos en deuda—

—Pues no deberían... todo lo que toca mi mano... muere... es mejor si se olvidan de que siquiera existo antes de que algo les pase a ustedes— musitó seca, se levantó y se fue.

Yoko había pasado decepciones, pero las superó, había pasado perdidas, pero las superó, había pasado traumas, pero los superó... había pasado por mano de Kibutsuji... y no pudo superarlo. Su frustración por no poder alzar la espada correctamente en su presencia era increíble, quizá si no lo hubiera conocido antes, si no hubiera pasado tiempo con el... si tan solo su memoria fuera como la de Tokitou no tendría problema en matarlo... no tendría problema en vivir para morir más tarde.

Apenas el entrenamiento comenzó ella se vio decidida, veía el final del recorrido como su meta, cada vez que llegara al final se haría más fuerte, se había retrasado por su recuperación, tenía que alcanzar a Inosuke y Zenitsu lo más rápido posible, no podía esperar.

—¡Vaya! Cuanto tiempo sin vernos, Kamado, Sunazuka— salido Usui al ver llegar a la joven y a Tanjiro —Escuché que se enfrentaron a una luna superior, y debo decir que los únicos que están en buena condición física son los más suertudos—

—No necesariamente— fue lo único que dijo Yoko, Usui dio una mirada a la chica y le detalló, todo su cuerpo estaba cubierto de cicatrices, grandes, pequeñas, todo tenía suturas, incluso quemaduras que ella misma se había hecho para cerrar las heridas.

—Eh... ¡Muy bien! Al menos déjenme convertirlos en seres de condición superior— sonrió el hombre, haciendo al Kamado hacer lo mismo, las esposas del Albino pidieron a los tres ir a comer, más Yoko solo se quedó parada mirando la nada.

—Yoko-Chan, te daré un consejo— dijo el hombre, poniendo su mano buena sobre el hombro de la chica quien dio un pequeño respingo al sentir su mano, bajando la mirada de inmediato —No te estanques en la pérdida, será doloroso para ti si llegas a fallar en tu objetivo—

Dijo Usui, a lo que Yoko le dio una mirada leve y volvió el rostro al suelo.

—Yo no voy a fallar... si lo hago cortaré mi aorta con mi espada y me arrojaré a un río con piedras en los bolsillos— dijo, era una promesa a muerte, si lo lograba podría vivir en paz, si no... moriría e iría al infierno.

—Esas promesas te envenenan y absorben tu humanidad, Yoko... tienes que respirar, observar hacia adelante y tomar todo con calma—

—Muzan mató a mi familia, Usui... mató a mi familia... biológica y adoptiva... destruyó mi vida... me quería ver suplicando... no le daré ese deleite...— murmuraba ella mientras apretaba los puños, mirando hacia el frente sin siquiera dirigir su mirada al peliblanco.

𖣔❫ཱི𝐘𝐨𝐤𝐨  ──[Kιmᥱtsᥙ ᥒo Yᥲιbᥲ]Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora