No puede ser cierto

3.8K 502 53
                                    

-El es Kibutsuji Muzan-

Yoko comenzó a temblar en su sitio mientras lentamente soltaba su agarre del demonio, se sentó en el suelo suavemente mientras trataba de asimilarlo, ahora tenía sentido el porqué los pilares fueron al pueblo a la vez que él, ahora entendía por qué su presencia cambiaba tan repentinamente, entendía porqué desapareció justo cuando Sanemi se vio libre gracias a ella... entendió tanto que no entendía nada.

-Yoko, espera Yoko... no es lo que crees, no iba a hacerte daño- el Kibutsuji extendió su mano a la joven que soltó un chillido al verlo cerca, la retrajo de inmediato con el corazón roto de ver el miedo en sus ojos, había estado protegiendo al mayor asesino del mundo, a quien mató a su tío... sintió odio, rencor... pero no quería matarlo.

Muzan entendió el gesto de Yoko, quizá si la había corrompido, convencido de que no era malo, mientras el Kamado trataba de entender lo que pasaba entre ambos el Kibutsuji se desvaneció. Yoko se desplomó en un pesado llanto de estupidez, de inmadurez, un llanto que solo decía que no podía creer lo que había pasado.

-No es tu culpa Yoko-Chan... el te engañó... horriblemente- dijo Kamado con algo de dolor en el tono, quizá ella hubiera sido feliz en la ignorancia... pero de ser así peligraba de ser asesinada o convertirse en demonio.

-Gracias Kamado-Kun... siempre me salvas... siempre me ayudas- dijo mientras se abrazaba de su cintura, dejando de sacar lágrimas de sus ojos, aún lo asimilaba, asimilaba la verdad, pero debía agradecer a quien le salvó la vida... por tercera vez.

Estuvieron ahí un rato hasta que les llamaran, les hicieron análisis para saber que heridas tenían, Yoko estaba bastante mal, aunque no grave, tenía una costilla rota, el hombro ligeramente dislocado y su tobillo casi roto, no entendía como no le dolía al caminar, no tardaría demasiado en sanar, pero si algunas semanas.

Estuvieron ahí un rato hasta que les llamaran, les hicieron análisis para saber que heridas tenían, Yoko estaba bastante mal, aunque no grave, tenía una costilla rota, el hombro ligeramente dislocado y su tobillo casi roto, no entendía como no le ...

Oops! Această imagine nu respectă Ghidul de Conținut. Pentru a continua publicarea, te rugăm să înlături imaginea sau să încarci o altă imagine.

Mientras cenaban apenas conversaban a veces, todo porque Inosuke les robaba cada bocabo que ellos velaran, en especial los de Tanjiro y Yoko, era gracioso ver a Inosuke y la peliblanca en una constante riña de miradas.

-Cometelo, no tengo hambre- dijo finalmente y con un tono algo decaído que Zenitsu noto de inmediato, estaba actuando bastante distante.

El rubio al acabar de comer decidió ir a recoger algunas flores para hacer un ramillete para la chica, recogió algunas glicinias, margaritas y jazmines que encontró por ahí, y dando pequeños saltos fue a llevarlos donde estaba Yoko, ella estaba en ese mismo sitio donde había estado la última vez con Kibutsuji... pensando, recordando, interpretando todo.

-Yoko-Chan~- dijo el mientras alargaba la última sílaba, tendiendole a aquella hermosa chica el ramo de flores, ella necesitaba eso, un lindo detalle para olvidar momentáneamente lo que había pasado, sonriendo ante el gesto.

-Gracias Agatsuma-Kun- dijo ella con tono decaído, tomando uno de los jazmines para olerlo, ese aroma suave y dulce que le recordaba tan lejanamente al perfume de Kanae, ese que usaba cada que iba a ver a Kasuki y paseaban animadamente por los senderos de tierra, y pensar que luego de su misión su tío tenía planeada una complicada petición de matrimonio con un ramo de jazmines, una cena, ella vestida elegante y un anillo. Yoko se rió leve al recordar el vestido que el quería que usara, era espantoso.

-Vi que estaba triste y quise animarla con unas flores- dijo el mientras se sentaba, Yoko sonrió con un pequeño sonrojo, estaba muriendo de ternura, reprimiendo uno de esos graciosos ruidos que causaban esa sensación.

-Eso es muy lindo de tu parte... la verdad ha sido un día difícil... vencimos a un demonio muy fuerte... conocimos a un desquiciado... tuve un par de... revelaciones y pues... fue extraño todo- dijo ella mientras suspiraba, rascando su mejilla y hombro suavemente, mirando a su costado con aquella sensación de culpabilidad en el pecho.

-Quizá pueda ayudarte, observa, cierra los ojos- pidió Zenitsu mientras se acercaba más a la chica que lo hizo caso -Ahora piensa en todo lo bueno que ha pasado esta semana-

-Pues... volví a encontrar a Kamado-Kun... te volví a ver a ti... vencimos a un demonio fuerte... nos volvimos un equipo, esa es mi parte favorita... me trajiste flores y ahora hacemos esto- soltó una leve carcajada al pensarlo, abriendo sus ojos para ver a Zenitsu algo sonrojado, quizá por lo que había dicho ella.

Se quedaron en silencio, no incomodos, solo disfrutando la compañía del otro, Yoko tenía sus ojos cerrados mientras la brisa movía su cabello dándole a Zenitsu una hermosa vista de su rostro, estaba boquiabierto mientras la miraba, no podía dejar de verla, se le hacía perfecta, sublime, una obra de arte.

-¿A-Agatsuma-Kun?- le interrogó ligeramente al verlo tan perdido en la nada, casi babeaba, el rubio solo sonrió bobamente mientras se levantaba.

-Iré a dormir Yoko-Chan~ debería venir- decía mientras se iba danzante en un bamboleo a la habitación, Yoko rió entre dientes para así ir a dormir.

Al llegar Tanjiro puso la caja en una esquina de la habitación, Yoko se acercó a esta y la tocó levemente, incluso podía sentir la tranquila respiración de Nezuko sobre la madera.

-¡Quiero esta!- gritó el Hashibira mientras se arrojaba a uno de los futones, Tanjiro tomo el que estaba entre el jabalí y Zenitsu, yo arrastré el mío hasta estar junto a la caja, me sentía mejor si dormía junto a Nezuko para que no pasara su noche sola. Los chicos discutieron un rato sobre la pelea que tuvieron con Inosuke, diciendo que debía disculparse por golpear a Yoko y que Yoko debía disculparse por el golpe y que Tanjiro le había pegado y que Zenitsu estaba herido y que todos se disculparon con todos. La verdad fue una pelea tonta y absurda.

-Como nadie lo menciona lo diré yo... ¿Por qué viajas con un demonio Tanjiro?- Preguntó oportunamente ya que la pequeña niña comenzó a moverse dentro de la caja, haciendo que el chico se asustara.

-Ah- Musito Yoko mientras veía la caja.

-Yo-Yoko-Chan... es mejor si du-duermes aquí- dijo el nervioso joven mientras tocaba a su lado, la peliblanca negó.

-Dormire aquí para asegurar a Nezuko- dijo mientras tocaba la caja suavemente, produciendo un ruido que fue devuelto por la demonio en el interior. La jovencita lentamente salió de la caja en su forma más pequeña, mirando a su lado a Yoko a quien abrazó dulcemente al reconocer su máscara, ocultando su carita en su pecho.

-Es... e-es es- murmuyos y sollozos salían de boca de Zenitsu quien temblaba, la niña creció entre los brazos de Yoko, dejando a la joven debajo de aquella linda niña -¡GYAH! ¡ES HERMOSA! ¡Tanjiro ¿Como te atreves a viajar con una chica tan linda sin decírmelo?! ¡¿Eh?! ¡Te mataré Tanjiro!-

-¡Zenitsu! ¡Con la espada no Zenitsu!- decía el Kamado mientras el rubio sacaba su espada, las dos chicas estaban sentadas mirando al rubio persiguiendo al borgoña en una cómica escena mientras el jabalí dormía como tronco.

𖣔❫ཱི𝐘𝐨𝐤𝐨  ──[Kιmᥱtsᥙ ᥒo Yᥲιbᥲ]Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum