Emociones negativas

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No se dio cuenta cuando aquellos dragones de tierra salieron del suelo, tratando de atacarlos y devorarlos, Yoko sintió un miedo atroz, dio un salto potente en el suelo y se impulsó lejos de ellos, apenas logrando alejarse de las fauces del monstruo, cayendo al suelo de una manera terrible ya que no logró frenarse, causando se algunas heridas leves, nada mortal.

—Agh... ¿Qué? ¿Q-Que fue lo que...?— susurro mientras jadeaba, volteando a ver en dirección donde estaban las bestias, viendo un demonio nuevo y completamente diferente, Nezuko y Tanjiro llegaron detrás de Genya.

Salvajes que atormentan a un pobre sumiso... despecho... rivalidad... nada más que odio— decía el demonio mientras miraba a Yoko directamente a los ojos causando un escalofrío brutal —Para aquellos que se bañan en maldad pura...

El demonio era una combinación de todos los anteriores que fueron absorbidos por el de la ira, transformándose en eso, un niño que podría ser llamado el demonio del odio, su presencia era aplastante para Yoko, verlo lastimaba los ojos por lo potente de su aura, te dejaba sin aire si lo veías a los ojos.

—E-Espera... ¡Detente! ¡No seas cobarde y deja a esa cosa estúpida pelear!— dijo Yoko sacando valor de lo más profundo de si, siendo observada de inmediato por el demonio menor, directamente a los ojos, quemandola por dentro como si consumiera su Alma.

¿Qué pasa? Basura ¿No te gusta lo que estoy haciendo? ¿Vas a llorar? Anda... hazlo...— dijo cruelmente, haciendo temblar a Yoko quien le costó ponerse en pie —Son unos malditos cerdos de mierda...

Yoko sintió una mano amiga sobre ella, miró y era Tanjiro tomando su hombro con el mismo rostro de temor que ella.

—¿P-Por qué... porqué...? ¿Por qué somos malvados?— la voz del Kamado tembló, haciendo a la chica mirar al frente.

Están atormentado al "débil" ¿No? Ustedes mierdas solo trataban de cortar al "pequeño debilucho" que podía entrar en las palmas de sus manos si lo tomaban... eso es simple injusticia, solo un salvaje haría eso

—¿Pequeño debilucho?— dijo Yoko, alzando una mirada de desprecio, la mirada ahora sorprendida era la del demonio, ambos ojos de la linda chica eran de un color rojo brillante y su voz era más dura —Tú, una luna superior, atiborrada de la sangre de miles de inocentes "pequeñines debiluchos" esta diciendo toda esta falacia... dime... "pequeñín" ¿Quien aquí es el que se baña en maldad? ¿Quienes defienden a los humanos inocentes...? ¡¿Y QUIEN CARAJOS MATA POR PLACER?!—

Soltó con palabras que se clavaron en el cerebro del Hantengu oculto dentro del capullo quien comenzó a gritar y llorar, el niño miró hacia ahí y luego a Yoko con algo de miedo, esa voz, esos ojos, los había visto, los había sentido. Todos observaban al demonio y a la chica, Yoko comenzó a avanzar en completo silencio mientras se sentía esa presencia pesada y rencorosa saliendo de ella, una presencia que solo las almas torturadas emanan.

—Mataste a quienes amaba, te llevaste a los míos solo por gusto, ahora... te destruiré— Su voz, cada vez era más familiar para el demonio, la imagen de un hombre joven se vio por encima de él de la chica.

Hiro...— murmuró.

El bosque estaba enojado ¿Pero por qué? Simple... porque la joven estaba enojada.

—Pelea, bastardo, vengaré a mi apellido... vengaré a los Tsuyoichi y a los Sato ¡¡AQUÍ Y AHORA!!— Gritó y justo debajo de ella apareció una cabeza que trató de atraparla.

—Aliento efervescente, segunda postura modificada... Vaiven del bosque iracundo— apenas decir aquello un despliegue de Cortes monumentales abombaron el cuerpo del dragón que estalló en pedazos.

El aliento efervescente es un tipo de aliento liado y entrelazado con dos alientos distintos, la combinación perfecta entre los dos alientos originales, el sol y la luna, el ocaso, la vida. Es por ello que los ataques de tierra eran débiles y podían ser cortados fácilmente por su mano, porque esa respiración representaba la naturaleza y el ambiente verde, que alguien le atacara con raíces era estupido.

—Woah...— soltó Tanjiro incrédulo.

—Kamado, Shigasugawa... el demonio— dijo mientras caía, echando su espada hacia atrás, tomándola con ambas manos para dar un golpe al frente.

Tú, maldita— más de aquellas cabezas trataron de atrapar a Yoko, recordó lo que hizo durante el ataque del demonio de los tambores, recordó la respiración maldita y la forma en la que corrió por los muros, puso su pie en la cabeza de uno y se impulsó hacia el frente, corriendo a toda velocidad hacia adelante para poder ubicarse entre las serpenteante criaturas que comenzaron a atacarla aún estando sobre el cuerpo de uno de ellos, rayando al tratar de morder, solo logrando que se pelearan entre ellas... hasta que una de aquellas le lanzó un grito, este hizo sangrar sus oídos y perder el equilibrio, apenas logrando caer al suelo en pie.

—Ah...— jadeo Yoko, tomando la espada y dando un corte al niño quien toco uno de los barriles detrás de él, un Rayo cayó sobre la joven, haciendola caer al suelo con un colapso pulmonar, había llegado a ese punto riesgoso, no podía usar más los alientos, no podía cambiar los estilos, tenía que usar solo uno de los dos... tenía que hacerlo o moriría por cambiar los alientos tan constantemente.

Muere, Sato— le musitó el demonio, y en ese momento, cuando la cabeza del dragón la iba a devorar... fue cortada, al igual que la que había tratado devorar al Kamado.

Era Kanroji.

—¡Perdón por llegar tarde! Creo que estoy justo a tiempo, jejeje!— dijo ella mientras descendía, dejando al Kamado en el suelo seguro, volteando hacia el demonio —¡Hey tú! ¡Tus bromas se pasaron de la raya! Tomare a Genya, a Nezuko y a Yoko de regreso ahora—

Cierra la boca, ramera... no sigo tus órdenes— el silencio consumió el lugar un segundo, el ojo izquierdo de Yoko tiqueaba descontroladamente mientras la vena de su frente se expandía por el aumento de su ritmo cardíaco por su odio.

—Que patán— dijo Yoko mientras se alzaba, sujetando su espada como si nada le hubiera pasado, cruzando miradas de odio con el demonio.

El demonio lanzó un grupo de chillidos hacia Kanroji y varios truenos a la joven Sunazuka, quien tuvo que alejarse corriendo del lugar para no ser impactada. El demonio usaba fuerzas de la naturaleza, el trueno, el viento, la tierra... cosas que ella conocía muy bien.

—¡Ya me enojé! Puede que te veas como un niño, pero eso no me importa ahora— utilizo una de sus posturas, la cosa se puso seria en ese momento... aunque los nombres de las posturas de Kanroji no lo fueran tanto.

𖣔❫ཱི𝐘𝐨𝐤𝐨  ──[Kιmᥱtsᥙ ᥒo Yᥲιbᥲ]Where stories live. Discover now