Aracnophobia

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—Inosuke...— susurró mientras los chorros de sangre comenzaban a descender por su mentón, sintiendo las uñas del demonio clavandose cada vez más profundo en su piel.

Yoko estaba a punto de morir ¿Pero como? Resumamoslo desde su inicio.

—¡Tienen que seguir a este cuervo! ¡Tsuguko y compañía, vidas corren peligro! ¡Caw!— decía Momoku, el cuervo que Yoko había apodado como Jojo solo para verlo molesto mientras veía a los chicos alistarse. Yoko colocó sobre sus hombros su haori y terminó de arreglar su ropa.

—¿Donde está mi máscara?— se preguntó en un murmullo, buscando alrededor con cuidado, alcanzo a ver a Nezuko correr dentro de su caja estando en su forma más pequeña en un intento de ocultar el hurto de su máscara —Nezuko-Chan, necesito eso—

Nezuko se asomó, teniendo sobre su cara la máscara de Yoko, ella se enterneció como nunca lo había hecho con un brillo de dulce cariño en sus ojos desiguales.

—Nezuko— Tanjiro rió bajo al ver a su hermana y le  quitó la máscara, viendo su mirada suplicante y sus bracitos extenderse en busca de tomar de nuevo aquella máscara de zorro —No, Nezuko, esta máscara es de Yoko—

—¡Mgh! ¡Uhm!— hizo un leve berrinche hasta que Yoko acaricio sus mejillas, haciendo que entrara en una calma sublime.

—Le traeré a Nezuko mi máscara vieja de cuando era niña, creo que podría gustarle— dijo, era la máscara que Kasuki le había hecho con la madera de un árbol de Sakura que Yoko había cortado por accidente, ella había llorado pidiéndole perdón a aquel gran árbol, como si fuera una persona, le había dolido cortarlo sin necesidad... Así que su tío para animarla usó aquella madera tirada para hacerle una hermosa pieza de artesanía, Yoko la atesoraba mucho, pero si Nezuko quería una se la daría, realmente se había encariñado con la pequeña demonio.

El Kamado mayor le dio la máscara a la chica a su lado, esta la colocó a un costado de su rostro para así comenzar a caminar, Momoku volaba sobre el blasón, luego de recibir la bendición de la mujer el quinteto se retiró del lugar.

Yoko iba comiendo ese dango que había guardado del almuerzo, comiendo ese dulce que por excelencia era su favorito, quizá era el sabor gomoso y dulce que le encantaba o simplemente la combinación entre colores.

Ella llegó luego de una caminata algo larga a una espeluznante montaña mientras era acompañada por aquellos tres chicos, aún mordiendo el palillo observó el camino al interior en silencio, mirando a sus compañeros quienes asintieron sin más, solo Zenitsu se quedó paralizado mirando la montaña, los ruidos del interior eran aterradores, no quería ir.

—Agatsuma-Kun, puedes quedarte aquí si no quieres ir, volveremos en un rato ¿Si?— dijo con una pequeña sonrisa sobre sus labios, jugando un poco con sus ropas causando que el muchacho la mirase.

—P-PERO ¡Yoko-Chan! ¡No puede dejarme así!— Se puso de rodillas pretendiendo que Yoko se apiadara, pero no, ella solo palmeo su cabeza acompañando su acción con un "estarás bien" y se fue con los otros dos jóvenes.

—Yoko-Chan... no me dejes Yoko-Chan—

El trío se adentró en el bosque en silencio, Yoko iba al pendiente de todo, sentía sus pelos de punta, las presencias en el lugar eran espeluznantes.

—¿Uh? ¡Moco cuidado!— Inosuke utilizó su espada para frenar la de un cazador que había intentado atacarla, su mirada estaba muerta y su respiración entrecortada, parecía un muerto viviente con tan solo verlo, estaba lleno de heridas y rasguños, era espeluznante de ver.

—¡I-Inosuke se pronuncia Yoko!— Dijo ella en modo de defensa a sus palabras —Y gracias por salvarme—

—Jaja, solo el gran Inosuke-Sama podría salvar a Moco como lo hace— dijo hinchando su pecho de puro orgullo, era algo molesta su forma de hablar. El jabalí empujó hacia atrás al chico quien torpemente retrocedió.

𖣔❫ཱི𝐘𝐨𝐤𝐨  ──[Kιmᥱtsᥙ ᥒo Yᥲιbᥲ]Where stories live. Discover now