¿Quien lastimo a mi Tsuguko?

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Sus ojos estaban apretados aun en su inconsciencia, pero a pesar de no estar despierta nunca había soltado su espada, no quería perderla, no podía perderla.

Jajaja, Muzan-Sama estará feliz, seguro me dará más sangre, Jajaja— se reía el ave mientras volaba cargando a Yoko en brazos a lo nupcial, se insistía a si misma en despertarse, Genya, Nezuko, Tanjiro y Muichiro necesitaban su ayuda, tenía que ir y auxiliarlos.

—Deja a...— se escuchó un leve susurro y de un segundo a otro el cuerpo del demonio estaba abombado en cientos de Cortes —...Mi Tsuguko—

Kasuki resbaló sus pies en el suelo, teniendo a Yoko sobre su pecho y la mirada fija en los trozos de demonio que pronto cayeron y como por arte de magia volvieron a unirse, los ojos de la menor se abrieron de golpe y con gran impresión, viendo a su maestro resguardandola del peligro bajo su brazo como lo hacía desde siempre.

—Kasuki ¿Como...?—

—Mitsuri me llamó, dijo que habían enemigos y quizá no podría llegar a tiempo... así que llamó al Pilar más rápido— le guiñó el ojo a su pequeña alumna a modo de juego, cosa que le hizo sonreír a pesar de todo —Los tres chicos ¿Están aquí?—

—Solo Nezuko y Tanjiro— respondió.

—Ve con ellos, yo me encargaré de auxiliar a Muichiro y deshacerme de este maldito de Urogi— los ojos de Kasuki mostraron su verdadera forma, el odio y el desprecio de nuevo revivieron en su corazón, atrañandolo, consumiendolo, haciendo que las marcas del cazador fueran vistas sobre sus brazos y pecho, revelando su cuerpo cubiertos de rasguños que parecían hechos por una bestia.

—Oh, y Yoko— le dijo antes de que ella se fuera, haciéndola voltear —Me enorgulleces—

Esas palabras fueron suficiente combustible para la joven, para sentir el poder que había perdido durante la pelea, corrió a donde sentía la presencia de los demonios y la poderosa aura de Nezuko, llegó en poco tiempo, viendo a Tanjiro con su espada levantada y prendida en fuego por la sangre de Nezuko como que impresionó a la albina, se colocó al lado del borgoña y lo miró.

Sentía como cada uno de sus amigos, de sus pilares y compañeros sujetaban su hombro, ellos les habían prestado sus fuerzas, sus espadas, las esperanzas y sentimientos de todos. Tenían que detener a esos demonios para proteger a las personas.

¡Kakaka! ¡Una vez que los cortemos no sentirán dolor o rabia!— se burló el ave desde atrás, quien intentaba huir de Kasuki, cosa que se le era imposible.

—¡Ven aquí grandísimo cobarde! ¡Gallina!—

Tanjiro tomó un suave respiro y en ese instante puso su espada por detrás de su cuerpo... solo fue necesario un vaivén y todas las cabezas rodaron, exceptuando por un milagro la de Kasuki, quien logró escapar de la escena antes de que le hirieran.

—El cuarto... ¡El cuarto! ¡¿Donde...?!— la mirada de Yoko se posó en un árbol no muy lejos, un Genya con la cabeza del demonio del tridente sobre su mano, respirando agitado —Genya-Kun, lo log...—

Solo tuvo que voltear para Yoko quedar helada, sus ojos oscuros de pupila Blanca brillante, colmillos que sobresalían de su boca al mostrar la molestia en sus dientes apretados, parecía un depredador, su presencia era de depredador.

¡¿Qué mierda fue ese corte?! ¡No me puedo regenerar! ¡Es como si estuviera ardiendo vivo!— gritó el demonio de las hojas mientras sostenía su cabeza y tomaba la cortada con su mano libre.

¡Calmate, eres muy molesto! Nos regeneramos pero es lento como un infierno— gruñó el demonio molesto mientras sostenía su cabeza en su regazo.

𖣔❫ཱི𝐘𝐨𝐤𝐨  ──[Kιmᥱtsᥙ ᥒo Yᥲιbᥲ]Where stories live. Discover now