Una tarde juntos

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-¿Yoko?-

-G-Genya- dijo en un jadeo, no lo había visto, quizá porque estaba detrás de una Roca de la cual no se fijó, sus mejillas se tornaron de un suave rojizo al ver su cuerpo al descubierto hasta poco más abajo de su cintura, apenas cubriendo las áreas personales del muchacho con el agua y el vapor.

-Vaya, cuanto tiempo ha pasado, mírate, no crei que te vería con el cabello tan largo- dijo, si, su cabello ahora caía por si espalda, pero el también estaba cambiado -Se te ve lindo-

-N-No hablemos de mi, mírate, te ves genial ¿Como has estado?- comenzaron una charla sobre lo ocurrido ese año que no cruzaron miradas ni una vez, Yoko había logrado pasar la incomodidad con aquella agradable conversación, pero el no había logrado dejar pasar el cuerpo de la joven y su sentimiento de nervios, no podía evitar bajar la mirada a veces sobre el pecho casi descubierto de la albina lo cual le hizo sonrojar en varias ocasiones.

-Yoko-Chan...- se aproximó a ella suavemente, sentándose a su lado, cosa que hizo sobresaltar a la pequeña chica quien se hizo algo de espacio entre ambos -¿Recuerdas lo que te dije en la selección final...? ¿Lo importante que eres para mi?-

-Y-Yo... ah... este... s-si- dijo avergonzada, le acababa de tomar la mano por debajo de las aguas de la terma, cosa que le provocó una pequeña taquicardia a Yoko.

-Aún sigues siendo así de importante... no pude olvidarte... y ahora que te veo yo...- sus mejillas se pusieron algo Rojas -Lo pienso con aún más fuerza-

-¡¿Eh?! ¡G-Genya! Ya hablé de esto contigo, no quiero una relación amorosa, no estoy lista para esto- dijo apartando su mano, el Shigasugawa le miro algo sorprendido y en parte avergonzado, no era muy bueno con las mujeres y se notaba.

-L-Lo siento, solo estoy algo... je... emocionado- dijo en una pequeña y avergonzada risa su acompañante, Yoko aún no se sentía del todo confiada con Genya, quizá eran sus intenciones ocultas o la forma en la que actuaba con todos, tenía dos caras, un lado bueno y otro malo, aún no le perdonaba lo que había hecho con Kanata.

-¿Quieres ir a comer?- pregunto ella.

-¿Y-Yo? No tengo dinero, por eso cuando pedí quedarme no exigí comida... lo siento-

-No te disculpes, tranquilo, yo te pago la comida ¿Si?- dijo ella sonriendo, el corazón de Genya saltaba enamorado con esos pequeños cristales blancos que mostraba Yoko al sonreír, era adorable, era preciosa, así la veía el pelinegro.

Apenas estar en el establecimiento Yoko pidió la comida para ambos, esta transcurrió en tranquilas pero a la vez entretenidas charlas llenas de risas y jugueteos con la propia comida, los herreros los veían a escondidas ya que cuando llegó con el Kamado pensaban que eran pareja ya que se despidieron hasta con un beso en la mejilla, el que ella conversara tan feliz con otro hombre les hacía pensar que era su amante... o bueno... algo así.

-Prueba Genya-Kun- dijo mientras colocaba tempura a la boca de su contrario con los palillos, haciéndolo abrir la boca para darle ese rico bocado empanizado, el lo recibió con gusto haciendo que Yoko se riera bajo, mientras comían felizmente Kamado y Mitsuri ingresaron en el lugar, Tanjiro llevaba en manos un bento con algo de comida y Mitsuri los miro sorprendidos, se veían tan lindos y se podía sentir el amor de el por ella que era atrapado por una pequeña barrera de negación, pobre, pensó Mitsuri.

-¡Shinasugawa Genya!- Gritó Kamado, los herreros pegaron el oído a la puerta, querían oír el drama -Te traje comida pero veo que Yoko-Chan se me adelantó-

Yoko le sonrió a Tanjiro y le hizo un gesto para que tomara asiento al lado de ella, cosa que molesto un poco a Genya quien de inmediato comenzó a ser interrogado dulcemente por Kanroji, quien preguntaba por sus alientos y de esas cosas que a él lo dejaban en blanco.

-¿Pudiste obtener una espada, Kamado-Kun?- Preguntó Yoko mientras comía su tercer tazón de arroz y curry a toda velocidad, mirando al Kamado mientras devoraba los granos y el delicioso guiso de a bocados grandes.

-No, pero quizá mañana pueda encontrar alguna ¿Tú hayaste a Tenshi-San?- Preguntó el Kamado, mirando la mesa y a Genya, quien solo lo observaba fijamente.

-Si, y me dio un libro, no entiendo todos los símbolos... quizá al llegar a la Sede busque un libro de diccionario de culturas o algo- Comunicó Yoko con una dulce sonrisa que hizo a Genya hervir en celos del Kamado, él estaba obteniendo toda la atención de la albina, se veía molesto, muy molesto.

-¡Genial! Si quieres puedes venir a mi habitación esta noche y leerlo- la cara de Genya fue un poema al oír eso del Kamado.

-No lo creo, no entiendo estas letras de aquí, casi todo esta en japonés, pero esta escritura es muy redonda y... no se entiende- dijo, las escrituras estaban en latín antiguo, solo capaz de traducirse del español. Yoko se quedó mirando el escrito en silencio.

-Tengo muchos libros que me han obsequiado algunos cazadores y muchachos de mi Aldea, hay diccionarios de otras lenguas, quizá ahí esté el idioma que buscas- anunció Kanroji quien comía unas frituras de arroz que estaban sobre la mesa.

-Oh, eso no estaría mal- siguieron conversando un par de horas hasta que se hizo la noche, Yoko se quedó dormida entre diccionarios y libros, solo logrando descifrar una de las posturas. Vaya que la vida sin Google era difícil, tuvo que traducir el texto de latín a español, de español a ingles, de Inglés a chino y de chino a japonés, estuvo casi dos horas solo en ello. Todo esto con la gran ayuda de Genya.

-Genya-Kun, gracias por ayudarme- Decía la joven somnolienta mientras miraba al muchacho sentado a su lado a la luz de un farol -No podría haber logrado esto sin ti-

-Sabes que es un placer, Yoko- dijo acariciando su cabeza que estaba aún entre los libros, ellos solo habían descifrado tres de las cinco formas del aliento efervescente, era un gran avance -Duerme un poco, mañana será un día pesado-

Acarició su cabello, viendo los ojos de la albina cerrarse.

Kamado por otro lado había caído rendido con Nezuko luego de su baño y su trenzado de cabello. Genya se habían ido, luego de que Yoko se quedara dormida, plantó un beso en su frente y cubrió su cuerpo con una manta para así retirarse.

𖣔❫ཱི𝐘𝐨𝐤𝐨  ──[Kιmᥱtsᥙ ᥒo Yᥲιbᥲ]Where stories live. Discover now