La carta de Oyakata-Sama

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Yoko llevaba semanas esperando a su tío, dejó de entrenar con la misma intensidad que antes, dejó de comer como normalmente lo hacía, solo miraba la entrada de los terrenos esperando el alegre canturrear de su tío con esa canción del zorrito de la pradera. Pero no llegó.

Yoko comenzó a perder la esperanza lentamente, Shinobu trataba de alegrarla y darle ánimos pero no funcionaba, no se quitaba su máscara nunca, no salía de su habitación y se pasaba los días abrazando la funda que su tío le había regalado. Pronto cayó en depresión, pero días después llegó un cuervo con una carta en su pata.

-¡Carta del pilar kitsune, Carta del kitsune! ¡Caw!- gritaba en cuervo mientras volaba en círculos, Yoko salio corriendo y agarró al cuervo en vuelo, arrancando de sus patas el papel enroscado, causando terror al ave que no pudo ni reaccionar.

Ella comenzó a leer la carta en voz alta por el desespero.

-Para mi querida Tsuguko- dijo, sabiendo que era ella -Te pido que dejes de llorar y seas fuerte, no volveré a casa ya que seguro habre fallecido, lo siento, lamento ser tan débil, deje que Kanae se fuera sola a pelear con ese demonio, nos separamos, en este momento puede que haya muerto o no haya podido salir de este laberinto... soy inútil. Te pido Yoko que... no seas como yo-

Y las lágrimas cayeron, no había terminado de leerla cuando ya lloraba, dejó caer la carta y se quitó la máscara, golpeando su pecho con su puño cerrado, soltando alaridos de dolor, pensar que esa persona que estuvo para ella toda su vida estaba muerta la hacia retorcerse en sufrimiento.

"Para mi querida Tsuguko."
"Te pido que dejes de llorar y seas fuerte, no volveré a casa ya que seguro habre fallecido, lo siento, lamento ser tan débil, deje que Kanae se fuera sola a pelear con ese demonio, nos separamos, en este momento puede que haya muerto o no haya podido salir de este laberinto... soy inútil. Te pido Yoko que no seas como yo, entrena, haste fuerte, crece y conviértete en la Hashira que debes ser, te adoro mi niña, vive y reina por encima del mal... porque mi espíritu te protegerá durante el tiempo necesario, hasta que estés lista."
"Con amor: Kasuki Sunazuka"

Kanao se quedó mirando a Yoko en silencio, tomando sus manos frente a su cuerpo manteniendo su vista baja, Shinobu no dudó y se fue corriendo lo más rápido posible pidiéndole al cuervo que la guiara hacia el sitio, Yoko no pudo asimilarlo, no quiso creerlo y suspiro con miedo y horror.

-No te creo Tío, no estás muerto... lo siento aquí en el pecho... entrenaré para ser como tu, para ser igual a ti, no eres inútil tío, eres genial... y yo... te quiero mucho, de aquí hasta el infinito-

Y dejó ir todas las tensiones mientras las lágrimas caían por su mentón, se levantó y miró a Kanao quien se le acercó y tomó su mano.

-Estoy contigo, Yoko- Le dijo

-Estoy contigo, Yoko- Le dijo

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[Four years later]

Ahora teniendo Yoko Quince años de edad y Kanao catorce hermosas primaveras, ambas estaban entrenando en el patio de la casa de Yoko mientras sus padres leían una carta que acababa de llegar a sus manos, se miraron preocupados, alertando a Yoko que sintió ese ligero cambio en el ambiente, ella pasó por debajo de la hoja de Kanao, golpeando con su codo el lado sin filo de la katana haciéndola bajar la guardia, quitando su katana de sus manos al ver su agarre débil por la sorpresa que le dio.

-Boom, muerta- dijo en burla a lo que Kanao solo suspiro vencida. Yoko se acercó a sus padres y se sentó junto a su madre en el porche -Papá, mamá ¿Qué pasa?-

Sus padres se miraron, su madre suspiró.

-Recibimos una carta en la que piden que... vayas a la selección final-

Yoko se paralizó y justo en ese momento su máscara de le resbaló al ceder el hilo, estaba boquiabierta y con la mirada brillosa.

-Selección... Fin-nal- jadeo mientras sus manos se iban hacia su pecho.

-Se que quizá estés en shock y no quieras ir así que enviamos una carta de tu negación a Oyakata-Sama-

-¡¿QUÉ?! ¡¡DETENGAN A ESE CUERVO!!- Grito mientras salía corriendo, dejando a sus padres en shock por haber mal interpretado su gesto, ella saltó del suelo a una rama y de la rama hacia el cuervo que iba saliendo de los terrenos, arrancandole la carta otra vez -Lo siento Kotoko-

El cuervo solo comenzó a chillar y a batir sus alas, Yoko le dijo al oído su respuesta para que se lo informara al patrón.

-Dile a Oyakata-Sama que es un honor recibir esta notificación, y que con gusto voy a asistir a la selección final para convertirme en cazadora de demonios, espero su próxima carta-

Sus padres tuvieron una taquicardia inmensa al escucharla, Kasuki en su momento había participado y casi muerto en el camino, ellos no querían eso para su hija, pero contemplar la emoción de Yoko les hizo ver algo más allá de sus preocupaciones, Kasuki le había dado aquella nota hacia años para que siguiera sus pasos, ella complacida aceptó aquel ultimo deseo... era realmente hermoso ese sentimiento... esa felicidad que emanaba, suscitaron, sabiendo que su pequeña niña había crecido y ya no necesitaba que sus padres la atendieran, necesitaba hacer su propio camino, dejar el nido para madurar sola.

-Empaca tus cosas entonces- dijo su madre sonriendo levemente.

-No olvides llevar algo de comer- aconsejo su padre, una semana en una montaña llena de demonios no sería fácil y mucho más sin alimentos.

-¡Gracias mamá! ¡Gracias papá!- dijo Yoko mientras saltaba a abrazarlos a ambos -Prometo venir seguido y traer dulces para mis primos, prometo que seré la mejor cazadora e hija del mundo-

Sus padres acariciaron su cabeza, aspirando a que el jueves en la tarde jamás llegara.

𖣔❫ཱི𝐘𝐨𝐤𝐨  ──[Kιmᥱtsᥙ ᥒo Yᥲιbᥲ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora