𖣔❫ཱི𝐘𝐨𝐤𝐨 ──[Kιmᥱtsᥙ ᥒo Yᥲιbᥲ]

Ｅｔｅｒｎａ ｎｏｃｈｅ

Iba ella corriendo por el bosque, no podía estar matando a todos aquellos demonios, eran demasiados, Genya corría lo más rápido posible pero a pesar de todo estaba muy atrás, Yoko tomo su mano. Su respiración se suavizó un momento, su velocidad se triplicó y saltando de tronco en tronco pronto se perdió de vista.

Ahora estaba parada junto a una Roca mientras Genya trataba de pasar el mareo, escuchó a lo lejos gritos, miró a Genya, no podía dejarlo solo pero no quería que nada le pasara a quien sea que fuera, parecía ser una chica por lo agudo de sus chillidos, miro a Genya otra vez y este la miro a ella.

-Ve a ayudarlos, no me importa- Mintió, no se quería quedar solo así que puso cara de pocos amigos al decirlo esperando a que lo notara, pero ella solo corrió al auxilio de aquel.

Yoko corría entre los árboles como un rayo logrando llegar al sitio, se topó con un demonio extraño, lleno de bocas por todo su cuerpo las cuales estaban mostrando sus lenguas, Yoko se asustó un poco pero era más el asco el que reinaba en su rostro, al otro lado estaba un chico de cabello en degradante desde amarillo a anaranjado, estaba sentado en el suelo con expresión de horror.

-¡¡AYUDENMEEE!!- grito mientras se enroscaba en el suelo y aquel demonio iba corriendo a cuatro patas hacia el, Yoko saltó haciendo que el demonio desviara su atención del chico, ella fue a cortar su cabeza pero una de las lenguas del demonio se elongó y tomo sus brazos, deteniendo su avance de golpe, logrando dislocar el hombro izquierdo de la chica por su brusco movimiento.

-Una chica, una chica, amo comer chicas, son dulces y sus cuerpos son suaves- Decía la desagradable voz del demonio.

-Aliento Ninetails, segunda forma: Fatuos fuegos acompañantes- Solto ella mientras su espada se encendía en fuego el cual recubría sus brazos, haciendo arder cada centímetro del demonio, alaridos de dolor salieron de cada una de sus fauces mientras el rubio hacía los mismos sonidos que el monstruo pero con desesperanza y miedo.

-Ahora cortare tu...- Se detuvo ¿Cual era la cabeza del demonio? Todo su cuerpo era una masa movediza llena de bocas pero sin ningún cuello a la vista, Yoko entró en pánico, aun viendo paralizada desde aquella gran altura y, por su pérdida de concentración, yendo en caída libre hasta el suelo.

-¡Disfrutaré comerte mocosa de mierda!- le insultó mientras las llamas de su cuerpo se consumían, Yoko, aún en una parálisis no pudo defender al chico quien fue golpeado contra el suelo por la lengua del demonio, dejándolo inconsciente.

La desesperanza comenzó a ganarle, pensó que quizá así había terminado su tío, solo mirando como Kanae era destrozada por el demonio, ella dejó caer un par de lágrimas de solo pensar que estaba cumpliendo al pie lo que dijo su tío.

"No seas inútil como yo"

Y reaccionó justo cuando el demonio la tenía entre sus fauces, dio un corte trasversal cortando la piel de su boca y lengua, logrando salir del sitio, arrastrando los pies por el suelo, colocando sus dedos en el piso hasta detener su retroceso en una pequeña nube de polvo.

-¡No seré como tu Kasuki! ¡Juro ser mejor!- gritó al demonio como si frente a ella estuviera el espíritu del Pilar, ella continuó cortando con furia, los brazos del demonio desaparecieron con unos segundos, la mitad de su cuerpo había caído al suelo y justo cuando lo vio a ese ojo en el medio de su espalda apuñaló la pupila con la punta de esa vieja Nichirinto, mientras la sangre le salpicó la lengua del demonio tomó su cuello con su punta, asfixiando a la joven quien se aferró a su espada, sin poder sacarla del cuerpo del demonio.

Ella volvió a sentirse inútil, vencida, cerró los ojos para no llorar y de un segundo a otro la presión se fue, el joven, estaba del otro lado sosteniendo su espada en la funda mientras el demonio se desintegraba lentamente debajo de sus pies, cayo incada en el suelo recuperando el aliento, mirando al chico quien cayó a su costado rendido en sueño, ella se impresionó bastante, ella había sido entrenada por un Pilar desde los seis años y ese chico de un corte pudo acabar con un demonio que ella no hubiera podido vencer tan fácil.