Kim Namjoon aveces es malinterpretado por su aspecto, él es una buena persona pero no muchos lo saben.
"𝒆𝒔 𝒖𝒏 𝒈𝒂𝒏𝒔𝒕𝒆𝒓"
"𝒎𝒆 𝒅𝒂 𝒎𝒊𝒆𝒅𝒐 𝒔𝒖 𝒄𝒂𝒓𝒂"
"𝒅𝒊𝒄𝒆𝒏 𝒒𝒖𝒆 𝒕𝒖𝒗𝒐 𝒖𝒏...
Logré ver a Seokjin en la esquina hablando con unos chicos que no vestían el uniforme de la escuela y fumaban un cigarrillo.
El me miró y caminó hacía a mí.
— ¡Hey Namjoon! Pensé que no vendrías.
— Emm.. y-yo si vine.
— sí, como sea. ¿Quieres jugar?
— ¿Jugar? ¿Qué juego? Sé jugar cartas.
— No idiota. Golpea a este tipo.
Dos de sus amigos arrastraron a un chico con uniforme de escuela diferente a dónde estábamos ambos.
Miré al chico en el piso, ¿Acaso necesitaba más golpes? Estaba con la cara casi destrozada. Y no parecía ser amigo de ellos...
— ¿Qu-Qué? ¿Por qué? N-No podría.
— Claro que sí puedes Nam, hazlo por mí, eres mi amigo.
¿Soy su amigo? Él acaba de decir que soy su amigo.
— ¿Qué es lo que hizo? ¿Por qué debe ser castigado? ....— pregunté con un poco de temor.
— Preguntas mucho Nam. Él digamos que robó mi dinero.
— Ah, pero si le das tiempo podría pagartelo... — El chico del piso no podía ni moverse del dolor...
— No le cobraré el dinero, solo lo cobraré de está forma. — respondió a la vez que comía una paleta de cereza.
No soy tonto. Él chico no había robado el dinero, sería más posible que no haya querido darles su dinero a ellos y por eso es golpeado. Si me niego a hacer lo que dice ¿podría salvarme yo?
— No puedo hacerlo. Lo siento.
No puedo. No me importa ser golpeado.
— Eres un inútil. —La mirada en sus ojos no era para nada la de un ángel. — Lárgate.
Tomé mi mochila y me fuí de ese lugar, agradeciendo que no me pusieron una paliza.
Toda la noche pensé en como aquel ángel cambiaba completamente en un pequeño demonio. Su mirada era totalmente distinta.
Al día siguiente en la escuela lo ví caminar en dirección opuesta a la mía.
No esperaba nada, pero me saludó.
— Hola Namjoon.
Solo lo dijo caminando y con una mano alzada, todas las chicas miraron y pensaron en lo amable que era por saludarme.
Fue un saludo simple, pero hizo que algo dentro de mí se revolviera.
Toda la clase no pude quitarle los ojos de encima.
A la salida quise aclarar las cosas con Seokjin así que lo alcancé fuera de la escuela.
— ¡Seokjin! Espera, tengo que decirte algo. — corrí tan rápido para que se detuviera.
Seokjin paró intimidante y sin el más mínimo interés me contestó— ¿Qué?
— Sobre lo de ayer... No debí marcharme después de aceptar tú invitación. Lo siento.
Yo mismo sabía que estaba equivocado, pero no quería ser alejado tan rápido por una persona que es mi amigo.
Seokjin pensó lo que dije por un par de segundos, hasta que rompió el silencio con una oración— Invítame algo de comer. — fue lo que dijo, con insensible serenidad.
— ¿He?
— Si estás arrepentido de verdad, invítame algo de comer.
Él quería comida y yo no tenía suficiente dinero para llevarlo a un restaurante.
Así que lo llevé a comer a casa.
—Adelante, pasa.— Seokjin entró un poco desconcertado y mi madre apareció en la cocina— oh madre, él es Seokjin, va a mí escuela.
— oh, ¡es la primera vez que traes un amigo a la casa! Y es muy apuesto. Les prepararé algo rico de comer. ¿Te gusta el Kimchi?
Al parecer flechó a mi madre.
— Sí claro, muchas gracias. — y extrañamente su personalidad amable y dulce apareció, justo como la de un ángel.
El ángel Seokjin había regresado.
— Disculpa a mi madre, ella es un poco eufórica con las visitas. — rasqué mi nuca y reí nervioso.
Comimos en silencio el Kimchi de mi madre en lo que ella regresó a hacer sus cosas y atardeció.
— ¿Te gustaría que te acompañara a la parada de autobuses? — pregunté nervioso. Él me miró profundamente— N-No quiero decir que seas una chica o algo así, solo que estoy preocupado que te pase algo en el ca—
— ¿Puedo quedarme a dormir en tu casa?
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