En mi oasis siempre hay Luna llena (Spin-off. Fauces II)

5. Siempre con el salvavidas no aprenderás a nadar

Jae

No me gustaba que mis hijos tuvieran que cambiar de forma y salir de allí corriendo, huyendo... pero sabía que si Arny había tomado esa decisión, era la correcta. Me senté junto a él con el pecho apretado de saber que corrían sin nosotros por un bosque desconocido, imaginarlos solos me repateaba las entrañas, pero sabía que llegarían bien, que Len los guiaría, era una excelente rastreadora. Mis ojos viajaron a los clanes que se presentaron antes de nosotros, ninguno parecía estarlos siguiendo, nadie se había movido y los que faltaban para presentarse no podían marcharse, no aún, y para cuando Desierto terminara de presentarse y quisiera perseguirlos, nuestros cachorros les llevarían demasiada ventaja para que siquiera los pudieran tocar, todos eran muy veloces.

―Estarán bien ―quería darme calma y lo agradecía, pero no me sentiría bien hasta que esta reunión terminara y volviéramos a casa, a Silvius, donde nuestros hijos estaban protegidos por el aislamiento y el territorio de nuestro clan.

Miré cómo se presentaba el Clan guardia del desierto. La familia principal siempre tenía solo dos hijos, para que el líder tuviera dos opciones de dónde elegir en descendencia, Aldebrand había elegido a su hijo menor, Vatra. Que ahora presentaba a sus nietos. No tenía verdadero interés en ellos pero recordaba que el menor de los suyos había ayudado a Rhea una vez. Mars, un alfa, como era de esperarse, su rostro parecía serio como el de su hermano, pero en realidad era difícil distinguir las emociones cuando estaban en esta forma, aun así, su hermano era más grande y denotaba mucho más orgullo, sabía que a Rhea le había causado una gran impresión todo este tiempo, lo suficiente para no olvidarlo, pero ¿cuáles serían las posibilidades? Cuando viera que no eran destinados seguro se olvidaría de él, mi experiencia con los lobos (con Arny) me había enseñado que no se conformaban con menos que su destino. Y era lo mejor, estaba en la línea de sucesión de su clan, si de verdad fueran destino querría que Rhea se uniera al suyo y, lo peor, era un lobo puro, si ahora había quienes codiciaban a Rhea, no quería ni imaginar cómo sería si Rhea llegaba a tener hijos con un lobo puro como él... no. Era cosa de niños, y de todos modos era demasiado pronto para pensar en ninguna de esas posibilidades.

El viento soplaba fuerte, muchos clanes habían ganado miembros, otros los habían perdido, algunos a sus ancianos, otros a lobos jóvenes por peleas, los lobos no solían enfermarse muy seguido. Gruñí bajo, impaciente, quería que esto terminara, Arny a mi lado buscó mi mano y la apretó, su pelaje oscuro se sobrepuso al mío de ese castaño rojizo. Quería estar con mis cachorros, quería que volvieran a ser pequeños, con Len siendo mi cachorrita negra, Rhea mi bizcochito dorado y Atlas y Themis mis pequeños chocolates. Quería volver al tiempo en que se acurrucaban contra mi pelaje y entre Arny y yo podíamos protegerlos por completo, cuando podía agarrarlos del pescuezo con mi boca y cargarlos de vuelta a casa (lo que hacía a menudo con los gemelos porque vivían escapando).

Se seguían presentando clanes hasta que el último, el que tenía el líder más anciano, cerró la reunión. Me apresuré a levantarme para que nos fuéramos de una vez pero, antes de que alcanzara siquiera a bajar del asiento en que estaba Zhirayr corrió al centro del lugar y alzó la voz, deteniendo a todos los que querían hacer lo mismo que yo: marcharse.

―¡Compañeros lobos, por favor deténganse! ―mi corazón se aceleró.

Mierda, mierda, mierda.

―Hoy hemos visto algo insólito ―sus ojos viajaron en nuestra dirección, Arny se puso de pie, todo mi clan se puso de pie, el lobo no se intimidó en lo absoluto―, un omega puro ha nacido, hace siglos que no se veía tal cosa... y es un lobo dorado, nacido en Luna llena.

―Cuidado con lo que vas a hacer, Zhirayr ―Dalia había corrido para enfrentarlo, se puso a dos pasos de distancia, frente a él, aun siendo más pequeña era una líder, pero el líder de Guardia del Océano solo negó con la cabeza.