En mi oasis siempre hay Luna llena (Spin-off. Fauces II)

22. La boca del lobo

Jun

Es difícil desaprender aquello que te han repetido incesantemente desde que tienes memoria, que tu vida solo tiene un propósito, que si te vencen no vales nada, que otros tienen derechos sobre ti. Es difícil, pero no imposible. Mi familia me enseñó que la vida podía ser diferente, que un alfa puede comer junto a su manada, que un omega puede mandar en casa, que disculparse no es una debilidad, que se puede discutir sin hacerse daño. Mi terapia me enseñó a comprender esas enseñanzas, a reconocer mis miedos e inquietudes, a reconocer las actitudes que me dinamitan y alteran, a quitarme la culpa poco a poco y comprender que no debo odiarme si vuelvo a sentirla, que está bien fallar, que lo importante es seguir intentándolo, que viviré mi vida en un proceso de sanación, porque vivir trae toda clase de experiencias consigo, buenas y malas, pero mientras sepa reconocerlas y reconocerme, podré avanzar.

Y está bien pedir ayuda.

Los lobos tenemos una gran necesidad de existir en manada, de compañía, para cazar es muchísimo más fácil hacerlo cuando te acompañan los tuyos, para existir es mucho más fácil si otros respiran a tu lado, pero en Océano, la manada funcionaba de una forma perversa, divisora, tal vez más animal que humana, allí nadie va a ayudarte si pueden evitarlo, se unen para verte destruido, no triunfando. En mi familia es distinto, quieren que triunfes, porque cuando ocurre se siente como un triunfo de todos, celebran contigo, te abrazan y si no pueden ayudarte, buscarán quien pueda hacerlo.

Soy afortunado de tenerlos. De haber salido de ese lugar y que ellos me enseñaran con acciones cómo se ve no solo una manada, sino una familia. No pensé que podría pedir nada más, porque con todo lo que me han entregado han hecho ya tanto por mí. Tal vez me he vuelto codicioso, porque tomo otro poco de ellos, pido a Rhea.

Rhea...

Su amor se siente como el sol que calienta tu pelaje cuando descansas en un claro, cuando el bosque helado te ha congelado las patas, él es todo aquello que parece calmar tu dolor, aliviar tus músculos cansados y darte vida. Llevo queriéndolo tanto tiempo, pero fue luego de vivir juntos es que me enamoré realmente de él. Antes no habría sabido reconocer la diferencia, siempre lo quise a mi lado, tener su atención, pero ahora creo que para amar a alguien, amarlo de verdad... necesitas haber visto más que solo su rostro y sus ojos sorprendidos. He visto tantas partes de Rhea, hermosas y difíciles, y estoy enamorado de cada una de ellas, cuando se pone caprichoso o irresponsable, cuando se sienta en silencio mirando a la nada, cuando me llena de caricias solo porque es increíblemente dulce.

Por un momento pensé que estaba soñando, no era fácil creer que la realidad fuera tan maravillosa, que él también se hubiese enamorado de mí. Pero solo mi Rhea podría hablar acelerado de ese modo, solo él podría sonrojarse así, solo él podría protestar de ese modo porque no quería ir a clases mientras su estómago gruñía de hambre.

Él me eligió, eligió amarme. Yo no estoy seguro de haber tenido otra opción, es decir ¿cómo podía no enamorarme de él luego de conocerlo como lo hacía? Era una incoherencia para mí que cada persona que se lo topaba no se enamorara de él cuando es tan increíble... nunca entendería cómo es que Riri lo veía solo como un amigo o por qué algunos parecían creer que solo por ser omega no valía nada. Idiotas. Rhea es talentoso, amable, dulce, fuerte, increíblemente fuerte y decidido ¿cómo podría algo de eso opacarse solo porque él podía dar a luz? Al contrario, eso solo lo hacía más especial.

―Jun ―su voz me provoca sonreír, entra con la naturalidad de siempre al salón de computación y aunque solo ha sido por poco más de una hora que estuvimos separados, me saluda con un tierno beso. Mis labios hormiguean por más, me contengo porque estamos en el colegio― ¿te falta mucho? ―en realidad sí, porque lo que estoy creando es complejo y complicado, pero por lo mismo no es algo que pueda terminar hoy, así que no tengo problema de solo dejarlo.