25. Donde mis demonios se esconden

3.3K 441 586
                                    

Jun

Creo que Rhea fue un sueño maravilloso. Una parte de mí siempre supo que él pertenecía a alguien más, pero me permití tomarlo de todos modos, me permití soñar que siempre sería mío y que nos quedaríamos en ese sueño por siempre, sin embargo, nos había tocado despertar. Esos meses de paraíso serían los mejores de mi vida, es imposible que algo vaya a superarlos. Todo lo que quiero para él es que los recuerde con la misma felicidad que yo, que le parezcan igual de maravillosos y perfectos, que se llene de felicidad con lo que viene, pero que incluso con la abrumadora alegría de cumplir su sueño, el recuerdo de nuestros besos y caricias no sea amargo, que no se arrepienta de ellos. Porque sus sonrisas y suspiros son lo más hermoso que vive en mi memoria.

No quiero dejarlo. No quiero salir de casa y abandonarlo en medio de la madrugada. Pero sé que si me quedo Rhea no va a seguir adelante, si me quedo mi presencia será un recordatorio constante del amor que siente por mí y no podrá entregarse por entero. Me marcho por él. Y me marcho por mí, porque aunque lo pongo primero también sé que esto me hará daño, que no debo forzarme a sufrir esto, que será mucho más fácil para mi corazón aceptar que el muchacho que amo se encuentra con alguien más si no tengo que verlo. Y sí, prometí volver y pienso hacerlo, pero por ahora duele demasiado... y necesito tiempo.

Pensé que saliendo temprano en la mañana solo papá y dada se despertarían para ir a dejarme, pero los gemelos aparecieron también. Nuestros padres les habían dicho lo que pasaba la noche anterior, durante una cena especialmente silenciosa y difícil. Pensé que si no se despertaba Rhea no habría nadie rogándome que no me vaya.

Me equivoqué.

―Tienes que quedarte ―Themis me miraba demasiado serio mientras Atlas solo me abrazaba, se me hacía tan difícil―, es ese el que debe marcharse, no tú. Esta es nuestra ciudad y él es el intruso.

―No te vayas ―Atlas apretó más su agarre y miré a nuestros padres, le acaricié el cabello largo y observé a Themis con disculpa.

―Tengo que ir, y volveré pronto.

Era descorazonador decepcionarlos. Atlas y Themis habían sido las primeras personas con quienes había jugado, y sí, estaban obsesionados con su deporte y tenían más energía de la que parecía posible. Pero nunca me habían rechazado, incluso aunque tomé tanto del tiempo de Rhea, fueron felices con que me uniera a ellos, me invitaron a compartir, a lanzarles el balón, hicimos del fin de semana una tradición de partidos entre todos. Me enseñaron tanto, lo que es tener amigos, hermanos. Mi amor por Rhea me impedía verlo de ese modo, porque él era mi compañero, mi alianza, mi sonrisa. Pero los gemelos... ellos habían sido gran parte de lo que me enseñó lo que era una convivencia sana, lo que era jugar y a veces molestarse por perder, pero sin hacerse daño. Eran caóticos, sí, pero su energía era tanta que se volvía contagiosa... eran la clase de persona que te anima a tomar un aliento más, a seguir jugando, a no rendirte todavía porque no has perdido la batalla.

No sé cómo agradecerles, tampoco creo que ahora sea el mejor momento, porque si se los digo ahora sería como estar despidiéndome. Y no lo estoy haciendo. No aún.

―Vamos, solo va por unas semanas ―dada aparta suave pero firme a Atlas de mí, le besa la frente―, vayan dentro y cocinen el desayuno, volveremos pronto ―sus palabras son definitivas, Atlas me abraza una vez más antes de marcharse dentro, Themis se me acerca, me mira muy serio.

―Lo odio ―susurra bajo y lo abrazo con fuerza.

―No lo hagas ―le pido al oído y él aprieta los labios y se va también dentro de casa.

Van a dejarme al terminal de buses, serán algunas horas de viaje para alcanzar el tour en la ciudad en que se encuentran ahora. Papá me abraza y se nota que quiere decirme algo pero se aguanta, creo que para no ponerse a llorar. Dada en cambio me susurra «regresa sano y salvo», me da dinero extra y me pide que me cuide y que no olvide llamar a casa.

En mi oasis siempre hay Luna llena (Spin-off. Fauces II)Where stories live. Discover now