07

737 70 12
                                    


| Capítulo 07 |

Incomodidad

Kaia Abney

Es el último día de clases y estoy hastiada con las tantas tareas que tuve que entregar, por suerte me iré temprano. Me encuentro sentada en la cafetería comiendo unas manzanas como de costumbre, esperando por horas a que toquen el timbre para marcharme.

Minutos más tarde, el timbre resuena en la estancia y todos salen como locos de la cafetería, espero a que el lugar se desocupe para luego salir también.

Me dirijo a mi casa con Taylor en la cabeza, tengo días sin verlo debido a todo lo que tuve que hacer, en realidad no tenía tiempo ni para perder el tiempo, y es raro decirlo, pero no verlo me está matando.

Ya que estoy libre de obligaciones, iré a verle.

Llego a casa y me siento súper bien porque mamá no está, así que iré donde Taylor sin problemas.

Me doy una ducha mientras tarareo la canción de Morat, antes de los veinte, termino rápido y salgo de allí. Voy al clóset y me permito lucir un atuendo bonito.

Tomo una chaqueta y una blusa roja con unos shorts corto, me limito a dejarme el pelo suelto para sentirme más cómoda conmigo misma.

Ya lista, aseguro el cerrojo de la puerta porque si mamá llega y nota la puerta así, creerá que estoy durmiendo y me dejará tranquila.

Emprendo la huida y bajo por las escaleras con mucho cuidado de no ensuciarme o darme un golpe.

—¿Taylor? —le llamo con voz suave, se encuentra con el torso desnudo.

Taylor se voltea hacia mí y me mira como si estuviera detallándome, sus músculos se marcan muy seductoramente y sus cuadritos en su abdomen se ven perfectamente definidos, pero no me concentro en ello.

Él se ve algo cansado y con ojeras, literalmente, como si no ha dormido en todos estos días.
No me gusta verlo así, Taylor es muy atractivo para estar todo el tiempo como si estuviera enfermo.

Si él no fuera como es, diría que se sonrojó al verme, pero no lo creo, él es muy apático.

—Hola Kaia—, saluda sin preámbulos.

—¿Cómo estás, Taylor?, extrañé verte—, confieso con suma sinceridad.

—Estoy bien Kaia —Taylor hace una pausa y prosigue—. ¿Qué te trae por aquí?

—Quería verte, ya que tenía varios días sin venir por acá—, musito, observándolo detenidamente.

—Ah, sí, ya me preguntaba donde estaba la fastidiosa de mi vecina—, sonríe.

Me alegra tanto verlo sonreír, la verdad es que tiene una sonrisa hermosa, y para que siguiera haciéndolo, opto por sonreír con él.

Taylor no está bien, por más que pregunte y dijera que todo estaba bien, sé que no, sé perfectamente que nada en él está bien. Así que lo abrazo, lo abrazo porque siento la necesidad de hacerlo, por el tiempo que tenía sin verlo, y también porque mamá suele decirme que si una persona está triste, no se le pregunta nada, simplemente se le abraza, y eso hice.

Final Inesperado © [✓]Where stories live. Discover now