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| Capítulo 22 |

Doble cara

Entreabro los ojos y veo como la luz del sol se cuela dentro de mi habitación, es de día y ni siquiera quiero salirme debajo del calientito de mi manta, pero unas náuseas terribles me asaltan y me obligan a salir de la cama.

Me voy directo al baño. Me siento súper mal... Creo que terriblemente fatal.

Salgo del baño y llamo a mamá para que me dé una pastilla para aliviar el malestar.

Me trae una analgésico enseguida.

—Tomátela y recuéstate  —dice, preocupada —ya verás que te sentirás mejor en unos minutos.

—¿Eso crees? —intervengo con cara  terrorífica.

—Por supuesto, ya la he usado antes—, objeta.

Asiento y me tomo el analgésico, hago cara de asco porque tiene un sabor sumamente raro que para nada me gusta.

Me recuesto en la cama nuevamente en la cama.

—Estaré abajo, cualquier cosa me llamas.

—De acuerdo, mamá.

Sale de mi habitación cerrando la puerta consigo. Tomo mi celular para chequear el Instagram ya que no estoy haciendo nada en este momento, no obstante, no abro la app de Instagram, voy directo a WhatsApp, para escribirlr a Taylor, para saber de él, como siempre.

Le envio unos buenos días para ver si ya se encuentra despierto, pero por lo visto, aún sigue durmiendo o no tiene su teléfono celular en manos, porque no recibo respuestas.

Cierro los ojos un momento y siento que el sueño me corroe nuevamente, pero no quiero dormir más, siento que el analgésico está haciendo su trabajo así que decido pararme de la cama y ducharme para así sentirme mucho mejor.

Al incorporarme de la cama, solo provoco sentirme más mal, porque al momento siento el estómago incontrolable, así que no puedo evitar volver a vomitar.

¿Qué es lo que me pasa? Es muy extraño que yo esté sintiendo náuseas si no he comido nada raro que me cayera mal, y mamá no cocina con condimentos que me hacen daño.

Vuelvo a la cama con el estómago echo un desastre, con ganas de cocerme la boca del estómago y no sentir más náuseas y no vomitar más porque me dolían absolutamente todos los órganos del cuerpo.

Escucho que mi celular vibra con frecuencia, me ha llegado un mensaje de WhatsApp, pero no me apresuro a ver el mensaje porque sé que es Taylor —porque a mi nadie me escribe, excepto él— y no quiero ni moverme para que las náuseas no se alteren más.

Me quedo tranquila bajo las cobijas de mi cama y dejo que el sueño me envuelva en el...


En medio del sueño, siento que me siento un poco mejor así que, abro los ojos con pesar y me incorporo de la cama. El malestar sigue allí pero ya no con tanta violencia como minutos atrás.

Me visto y opto por ponerme un vestido suelto de color azul de mangas cortas y, el cabello en vuelto en una coleta alta.

Salgo de mi habitación y voy abajo.

—Mamá —farfullo.

Pero no recibo respuestas de nadie.

Me parece muy raro porque siempre mamá me escucha, y no está en su habitación mucho menos en la cocina, y dudo mucho que saldría sin avisar.

No me pasa desapercibido que el ambiente no tiene buena pinta.

Me detengo en el antepenúltimo escalón y escucho como murmullos de una voz, pero no puedo detectar qué es lo que dice ni de dónde proviene el ruido.

Sigo bajando los escalones y en silencio, echo un vistazo a la cocina, recorro la sala de estar y mamá no está. Efectivamente.

Empiezo a buscar por toda la casa misteriosamente, no sé porqué, pero algo me dice que algo extraño está pasando. Podría creer que son loqueras mías y que simplemente mamá salió afuera rápidamente y como estaba durmiendo no me avisó. Podría irme a mi habitación y ya está, pero no, sé que algo no anda bien.

Me tenso.

Ya no siento ni las náuseas ni mucho menos el dolor fuerte en el estómago, ahora yo solo estoy corrompida por la curiosidad y al mismo tiempo, por el miedo. ¿Por qué? No lo sé.

Lo único que sé, es que lo que sentía hace unos minutos, ha pasado a un segundo plano.

Busco cautelosamente por todas las partes de la casa pero no encuentro nada, mejor dicho, no encuentro a mamá. Quizá no esté y yo aquí perdiendo el tiempo.

Me dirigo al área de lavado y el lugar está inpregnado de oscuridad y soledad, no puede evitar pensar en aquel día que escuché la conversación de papá con el tal Piter.

Salgo de allí de inmediato y me limito a echar un vistazo en el cuarto de huéspedes. Nada personal, solo para supervisar la zona.

Tomo la perilla en mi mano y la giro para que se abra. Al momento de abrir la puerta, siento un escalofrío recorrer todo mi cuerpo. Me quedo inmóvil, sin creer lo que veo. Estoy ilesa, no puedo hacer más que mirar la escena que está en frente de mí. Es mamá...

Con otro hombre

Engañando a mi padre.

Secillamemte no lo puedo creer, en este momento mi garganta no funciona, mis pies tampoco y para completar, mi corazón late tan fuerte que temo a que sufra daños.

Siento tanta rabia que empuño las manos y las uñas se me clavan en mis palmas, y sin poderlo evitar, ya siento mis manos sangrar. ¿Cómo es posible que engañe a mi padre de esta manera y en nuestra propia casa?

La mujer que estaba allí, desnuda a horcajadas sobre ese hombre que no es mi padre, no es mi madre, la desconozco. Ella no haría eso.

Mi corazón se quiebra por completo, me siento fatal ahora y no puedo evitarlo, esto es asqueroso, doloroso y decepcionante...

Con esto, está clarísimo que ella ya no ama a mi papá, y tal vez, ni siquiera a mí, por no respetar esta casa y no tener la poquita desencia de irse hacer esas cochinadas por ahí. Pero está tan concentrada en mantenerme en cerrada, que ha traído a este perro aquí a la casa.

Me niego a creer que les importamos tan solo un poquito.

—Hija, puedo explicarlo —escucho que habla, cubriéndose con la primera cobija que encuentra a su alcance.

El hombre al que desconozco, se cubre un poco pero no se inmuta, se queda en la cama acostado.

—¡¿Qué?! ¡¿Qué vas a explicar mamá?! ¡¿Qué eres una perra que no sabe ser fiel?! ¿Eso vas a explicar? —Suelto, molesta, con lágrimas en los ojos cayendo por mis mejillas.

Pero ella es tan descarada que no dice nada, no tiene qué decir porque así son las cosas. Tira la piedra pero luego enconde la mano. Ahora no tiene argumentos, no hay explicación, ha ha engañado tanto a papá como a mí y eso ya no se puede remediar.

Ahora no sé qué hacer, encontrar a mi mamá en esta cochinada me ha destrozado el corazón y no me quiero imaginar a mi papá. Se desmoronará, esta mujer es la luz de sus ojos y mira lo que ha hecho.

Mamá lo ha arruinando todo, sin importarle ni siquiera yo.

Salgo de allí corriendo, alejándome de su vista. Salgo de casa sin rumbo a ninguna parte, no sé a dónde ir ni mucho menos qué hacer a partir de ahora. Las lágrimas no dejan de salir a borbotones y mi corazón amenaza con colapsar.

Ahora tengo muy claro que, hay quienes te muestran una cara, pero en realidad, es otra.

Final Inesperado © [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora