El cabildo

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El 25 de mayo era una fiesta muy importante en el calendario escolar: el aniversario de la formación del primer gobierno patrio y durante la semana de mayo los trabajos más destacados de los alumnos se exhibían en el salón de actos para poder ser visitados por los padres y autoridades escolares del distrito.

Yo cursaba el tercer grado y me había esmerado en la ilustración del cabildo, lugar de reunión de la junta de gobierno en 1810. Como era sabido por las crónicas de época, se trató de un día de lluvia gris y frío; entonces, mi dibujo bien detallado no lo dejó al azar: con papeles de colores cortados muy pequeños fui realizando las gotas que cubrían el paisaje, los paraguas con ceritas (crayones) y hasta los ropajes de los presentes que esperaban impacientes las novedades, respetaban las características indicadas en los manuales de estudio.

Las obras fueron recibidas y  aguardábamos ansiosos para que nuestra familia se enorgulleciera de todo el esfuerzo que pusimos en el proyecto.

Pero; sucedió que días antes del acontecimiento un voraz incendio terminó con la escuela. Lo poco que se conservó fue la entrada y la dirección, mientras el resto era una pila de escombros humeantes. Los niños llorábamos, pero en nuestra mente infantil no lo hacíamos por la escuela, sino por todo el trabajo realizado que se destruyó en un segundo.

"El mío tenía papel metalizado", "el mío tela de terciopelo en los sombreros", "el mío..." contábamos frente al baldío, en donde antes se alzaba nuestra escuela.

Álbum de familia ¡Se va la segunda!Where stories live. Discover now