Pedagogía de otro tiempo

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La escuela primaria, estuvo plagada de experiencias traumáticas, no desde el punto de vista académico, pero sí desde el enfoque con que se trataba a los alumnos de mi época. La psicología infantil y los derechos del niño no formaban parte de la historia escolar de los estudiantes de nuestra generación.

Entre los ejemplos habituales de sufrimiento, se encontraba una de mis primas quien fue atormentada durante los años de educación básica, por el hecho de ser zurda: algo que era "inaceptable, intolerable y debía ser corregido a como diera lugar". Su maestra de turno ataba el lápiz a su diestra fuertemente, mientras ella sufría la tortura antinatural entre llantos y súplicas que no se tenían en cuenta. Si los padres iban a tratar de hablar, las docentes desestimaban su opinión recalcando el hecho de que ellos no eran "profesionales instruidos en educación".

Nosotras asistíamos a diferentes divisiones, pero en algunas oportunidades se juntaban los grados y entonces la veía llorar sin poder hacer nada. Tan traumatizada estaba que abandonó la escuela en el tercer grado y luego, de adolescente, cuando su personalidad fue adquiriendo aplomo continuó en el turno vespertino con los adultos que no finalizaron la primaria.

Los niños no atacábamos a nuestros pares, tal vez, porque ya teníamos suficiente con sobrevivir al autoritarismo que regía la formación educativa de esos lejanos tiempos.

Álbum de familia ¡Se va la segunda!Where stories live. Discover now