Capítulo XXIX

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Habian pasado algunas semanas y en el inframundo Hades no se separaba del trono, Minos le llevaba siempre comida y bebida, pero el Rey del inframundo no comía nada, era como si el trabajo se hubiera vuelto lo único importante en su vida, Hécate estaba preocupada por él, habían pasado días y parecía no querer hablar con nadie, así que decidió hablar con Artemisa para que lo retará en tiro con arco. Ella aceptó porque también quería hablar con Hades sobre Ares.

—Te reto—le dijo Artemisa mientras le lanzaba el arco con las flechas.

—¿Disculpa?—Hades estaba extrañado por la Diosa de la Caza.

—Lo que oíste, estoy harta de siempre ganarle a Ares y decidí retar al Rey del inframundo.

Hades se levantó y bajó del trono con ella a su lado, comenzaron a andar a las orillas del río, Hades era malo con el arco y flechas pero no sabía decirle que no a un reto.

—¿Como te tratan? ¿te gusta vivir aquí?—preguntó Hades.

—Es un buen lugar pero he pensado en ir de vuelta a la Tierra—Artemisa dudo un poco de lo que iba a decir pero se decidió por soltarlo—, en realidad quiero hablar contigo de Ares.

—Claro—Hades lanzó la flecha y cayó fuera del objetivo como era de esperarse, hizo una mueca—¿Qué quieres saber de él?

—¿Por que nadie lo soporta?—preguntó ella de todas las preguntas era la que más ruido le causaba.

—Ares tiene un pasado rebelde, molestaba a todos y causaba guerras de todo tipo, grandes pequeñas, ya sabes

Ella tomo una de sus flechas para darle al blanco y lo hizo, ella era muy buena en esa disciplina, había pensado en participar en Roma pero no la aceptarían.

—Un chico malo—bromeó.

—De esa clase que vuelve locas a las mujeres pero que los hombres odian—Hades solto un suspiro al recordar como lo conocio—después de la última guerra que causó, pensaron encerrarlo en el Tártaro pero no lo permití, les dije que lo vigilaria, se reivindicó y le dije que podía irse cuando quisiera, a veces se va por una o dos semanas pero siempre vuelve. La verdad es que creo que me ve como a ese padre que no le apoyaba en lo más mínimo

—¿Que hay de su relación con Afrodita?

—Helios no debió hablar de eso con tu hermano y tu hermano no debió correr a avisarle a Hefesto—el puso los ojos en blanco—no todos saben esa historia y te agradecería que no ho hables de ello.

Hades conocia la historia, Zeus había casando a Afrodita con Hefesto para evitar que Ares siguiera cortejandola, obviamente también quería poner en contra a todos de Ares por hacerle daño a alguien tan noble como Hefesto. Pero de eso no se hablaba.

—¿Crees que siga interesado en ella?—esa era una de las preocupaciones de Artemisa, que el corazón de Ares siguiera perteneciendo a Afrodita.

—No lo creo, paso por una etapa de sanación y creo que la ha superado—Hades le sonrió y se dio cuenta que tenía tanto sin hacerlo—¿porque tanto interés en él? Hasta donde sabía estabas por ser una Diosa Virginal.

—Todavía estoy en ese proceso pero Ares es tan...—ella no sabia como definirlo—... Ares.

—¿Hestia y Atenea saben de esto?

Él preguntó porque conocía el carácter de su hermana y el hecho de que todo su trabajo y sus enseñanzas se las tomaba en serio era algo que Artemisa debía contemplar antes de abandonar todo en favor de lo que estaba sintiendo por Ares.

—No, y no deben enterarse, no aprobarían que este poniendo en duda mi vocación por alguien como él.

—Si quieres mi opinión, la mentira no es buena—Hades y ella caminaron para arrancar las flechas de la madera y en suelo—quizá ellas no aprueben tu relación con él pero deben entender que aún no tienes un título en el Panteón Olímpico.

Amor Divino: Hades Y PerséfoneWhere stories live. Discover now