Capitulo 17: Quien es quien?

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Semanas después

Hacía mucho que no la veía, pero necesitaba hacerlo. La odiaba pero era la única persona que representaba para ella su debilidad. No le importo que pudiera ser descubierta por Isabella o por Alejandro; Meredith fue a ver a Rosalía después de meses sin verla. Rosalía ya podía al menos hablar y mover sus manos pero le faltaba mucho para volver a la normalidad. Meredith entró a la habitación y Rosalía al verla se alteró.

— Shhh, tranquila que no vengo a matarte ni a hacerte daño. Antes si..., quise matarte pero ahora pienso que no valdría la pena. Sería muy fácil, mereces vivir con tu consciencia torturandote.

— Vete de aquí

— Por años no me escuchaste, yo era igual que nada en tu vida pero ahora me vas a escuchar. Isabella te cree santa, ante todos eres la víctima pero la única que te conoce tal y como eres soy yo.

— Vete o llamaré a la policía.

— Fijate, es buena idea porque no iría yo sola a la cárcel y sabes de lo que hablo.

— ¿Que quieres?

Meredith la miro y llena de resentimiento se sentó frente a ella mirándola fijamente.

— ¿Por qué no me abortaste? Era mucho más fácil que destruirme la vida. Desde que tengo uso de razón, a mi alrededor no hubo más que dolor. ¿Que hice para merecer tu desprecio?— Sollozando añadió — Lo único que hacía era buscar la forma de que me quisieras. Pero tu solo me ignorabas, me hacías sentir menos que Isabella. Toda la vida fue así, no importaba cuantas veces te dijera "te amo" o cuantos dibujos te hiciera, siempre me obviaste. ¿Y como una niña de seis años entiende eso?

Rosalia algo insensible replicó

— Hay cosas que no tienen explicación; y esa es una de ellas.

— Si la tiene, eres un ser despreciable que solo ve por sus intereses. Te convino mas cuidad de Isabella que de ambas. Pero hasta eso te hubiera perdonado, porque este mundo está lleno de padres que son una mierda. ¿Sabes que no te perdono? — Derramando una lágrima prosiguió— No te perdono el que hayas permitido que mi propio padre me violara cuando aún no tenía idea de lo que me hacía. Mucho menos te perdono que lo permitieras para salvar a Isabella de que le ocurriera lo mismo. ¿Cuántas veces te dije llorando que me dolía? ¿Cuántas veces te suplique que no dejarás que entrara a mi habitación? Te hiciste de la vista larga y así fue por años. Tantos años que había perdido la cuenta, Por tu culpa quede esteril, por tu culpa esa bestia me destrozo por dentro y tu siempre supiste como guardar la apariencia de vieja abnegada. Mientras cada día que pasaba yo perdia mas y mas la cordura. Ya no se lo que es estar equilibrada por tu maldita culpa, tengo mil trastornos, no se hacer otra cosa que no sea odiar y desear no vivir un solo dia mas. Pude haber querido a mi hermana, tener una relación como cualquier hermano pero eso también lo jodiste. Tanto que la protegiste al punto que prefirieras que me violaran a mi antes que a ella, y ahora su vida es una mierda.

Rosalía no respondía, solo la miraba sin saber que decir, no sentía arrepentimiento alguno. Nada la unió lo suficiente a ella como para sentir que necesitaba protegerla también.

— No quieres a nadie, ni siquiera a Isabella. Ella es sólo tu instrumento favorito. Tu no amas a nadie, eres un ser lleno de mentiras. Te escondes detrás de esa farsa de mujer buena, pero eres lo mas despreciable que puede existir.

— Nada de lo que digas hará que algo cambie, Isabella siempre ha estado por encima de ti en todo, ha sido tu envidia la que te ha destruido, no yo. No debiste haber nacido y esa es la realidad. Dime Meredith, ¿Quien te quiere? ¿A quien en este mundo le importas? A nadie, todos te detestan, no voy a fingir lo que no siento. Eres producto de una violación, ¿Realmente crees que podría quererte?

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